Mexicano participa en la misión que aterrizó módulo en el cometa

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NOTIMEX

El investigador del Instituto de Geofí­sica de la UNAM se encarga de la operación del monitor de polvo que analiza las partí­culas milimétricas.

El mexicano Alberto Flandes participa en la misión espacial europea Rosetta, que busca ahondar en el origen y la evolución del Sistema Solar y determinar la función de los cometas en la provisión de agua y material precursor de la vida.

Junto con otros cientí­ficos de otros paí­ses, el investigador del Instituto de Geofí­sica de la UNAM se encarga de la operación del monitor de polvo que analiza las partí­culas milimétricas que se desplazan sobre la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, donde se colocó el módulo de aterrizaje Philae.

El objetivo es obtener información sobre la radiación, los gases y el polvo, así­ como tomar fotografí­as para conocer la calidad del terreno del cuerpo celeste, seguir su evolución a medida que se acerque al Sol para saber los procesos y su forma de activación.

El monitor de polvo que forma parte del conjunto de cinco instrumentos del tren de aterrizaje puede detectar diferencias de presión en el aire y registra cuando choca una partí­cula.

Con esa información pueden calcularse las propiedades fí­sicas de las partí­culas, como tamaí±o, velocidad o si es blanda o dura.

Ese instrumento se ubica en el borde del aterrizador y cuando el cometa se activa, las partí­culas comienzan a salir. También el flujo indica la actividad del cometa al instante de acercarse al Sol.

Una vez que se recaban los datos, éstos se concentran en Darmstadt y Colonia, Alemania, y de ahí­ se distribuyen a los cientí­ficos para que los analicen.

Flandes recordó que la composición de los cometas es 85 por ciento de agua, una proporción importante de bióxido y monóxido de carbono y poco material orgánico, y se ha observado que la constitución de los que provienen de regiones más cercanas a la Tierra es distinta a otros.

La mayorí­a de esos cuerpos están limitados a la periferia del Sistema Solar, pero cuando éste se formó prácticamente se moví­an por todos lados y chocaban continuamente con los planetas nuevos o en formación.

En un comunicado de la UNAM, el investigador destacó la importancia de la misión Rosetta, pues existe la posibilidad de que esos cuerpos y los asteroides hayan transportado agua a la tierra.

Consideró un logro que una nave haya llegado con precisión al cometa, liberar el módulo, colocarlo sobre su superficie y mantenerse en órbita mientras se acerca al Sol.

Graciela Machuca

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