Miradas de reportero: La última del aí±o. El retiro del periodista.

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Por Rogelio Hernández López
Creo que esta introversión podrí­a interesar solamente a nuestros pares. La gente de México no es como en otros paí­ses que por miles salen a la calle a protestar cuando agreden a sus periodistas. Aquí­, al padecer agresiones (se registra una diaria en promedio) lo más que logramos con nuestras quejas o denuncias son lamentos de ”pobres periodistas». Así­, menos interesará a las personas ajenas conocer porqué nunca se jubila quien contiene realmente la esencia de periodista.
La información que tengo sobre el tema del retiro del periodista es empí­rica, como resultado de observar a mujeres y hombres que, tras decenas de aí±os de ejercicio sistemático nutrieron esa naturaleza especial que los hace ser perseguidores crónicos de lo más nuevo de la realidad, o sea lo que es noticia; ejemplos de quienes educaron sus instintos para satisfacer, a la menor oportunidad, esa necesidad vital de seguir haciendo periodismo y acumular más sabidurí­a, sin dejarse vencer por los achaques y discapacidades corporales del envejecimiento.
Nombres, nombres dirán los escasos colegas que hayan llegado hasta esta lí­nea.
ALGUNOS EJEMPLOS
Me saltan las imágenes de cuatro periodistas –de quienes abrevé muchas pautas profesionales y comportamientos éticos–, colegas que merodean los setenta aí±os: Sara Lovera, Pepe Reveles, Jorge Meléndez. Carlos Ferreyra. También se me acumulan los perfiles de al menos ocho sesentones, contemporáneos mí­os. Y todos siguen igual o más productivos que muchos jóvenes del medio.
Sara Lovera López, reportera, indiscutible impulsora originaria de la visibilización en prensa de la desigualdad de las mujeres, difundidora de la teorí­a de la equidad de géneros, fundadora y desarrolladora del Centro de Información de la Mujer AC (CIMAC) que hoy le escatima su aportación, mezquindad que a Sara poco le importa porque hoy dirige SEM-México, una agencia de noticias y de opinión sobre asuntos de las mujeres de alcance latinoamericano y, a la vez, administra la Casa de los Derechos de Periodistas, una asociación civil dedicada a la protección de las y los colegas que lo requieran. Y así­ seguirá.
José Reveles Morado, reportero, ampliamente conocido por sus aportaciones como investigador en Excélsior, Proceso, El Financiero; especializado en la dicotomí­a de la defensa de los derechos humanos y delincuencia organizada. En los aí±os recientes, a falta de espacios para grandes reportajes ha producido los libros: Las manos sucias del PAN; Las historias más negras; Levantones, narcofosas y falsos positivos; El cártel incómodo; El affair Cassez, y otro sobre Joaquí­n Guzmán Loera para mostrar aspectos desconocidos de la segunda fuga de El Chapo. Sus impulsos más recientes lo ubicaron como coordinador de la Cátedra Miguel Angel Granados Chapa en la UAM-C y muy pronto presentará la nueva época de la Revista Mexicana de la Comunicación, de la que fungirá como Director.
Jorge Meléndez Preciado, reportero, conductor en radio y televisión, columnista de cultura y todo lo que la rodea (porque cultura es lo que el ser humano agrega a la naturaleza, dice). Su columna de nombre Botí­ca ha deambulado por Excélsior, El Universal, unomásuno, El financiero y muchos otros medios. Fue cofundador del semanario Oposición del antiguo PCM y de la Unión de Periodistas Democráticos; ha estado presente por décadas y sigue como conductor y comentarista en Radio Educación, como profesor de géneros y radio en la FCPyS de la UNAM. Se está preparando para ganarse un nuevo tí­tulo académico y, ahí­ viene con más planes para abrir su blog con historias inéditas.
Carlos Ferreyra Carrasco, ese reportero bien desarrollado profesionalmente en El Sol de México y en el Excélsior de los aí±os 70, el de la barba y figura garbosas con acento ligeramente espaí±olizado aunque naciera en Morelia. Carlos fue más de 12 aí±os vocero de la pluralidad del Senado de la República, luego Director del semanario de Milenio, luego columnista de Crónica y otros medios. Carlos, es quien más aí±os cuenta de todos los periodistas que conozco y hace muy pocos dí­as inició una columna que produce cada tercer dí­a para diversos medios digitales de nombre Los Lavaderos, desde la que amaga con poner en tensión su memoria fotográfica para ventilar lo qué sabe de muchí­simos polí­ticos.
Otros periodistas, estos sesentones –que conozco muy de cerca porque también tengo la fortuna de que me extiendan amistad— tampoco los he oí­do hablar de jubilación. Yo cuento 65 aí±os de vida y casi 40 de andar en el medio; la mayorí­a de estos me rebasan en talento y trayectoria y merodean mi edad: Julio Hernández López (mi-no-hermano); Alberto Witvrun Rosales; Raymundo Riva Palacio Neri; Roberto Rock Lechón; Humberto Musacchio; Ricardo Rocha; José Cárdenas, Carlos Marí­n… Ellos y más en los últimos dí­as de 2015 están en lo más alto de sus trayectorias profesionales y seguirán en lo mismo porque su naturaleza es ser periodistas de verdad….

Graciela Machuca

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