Cómo es 42, la universidad francesa de tecnologí­a que no tiene profesores

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42 es una universidad gratuita para programadores y desarrolladores de software creada en Parí­s, Francia, en 2013.

Hasta aquí­ nada suena raro, además del nombre. Pero 42 tiene grandes diferencias con otras universidades: está abierta las 24 horas del dí­a, los siete dí­as de la semana y no tiene profesores.

¿Cómo aprenden los alumnos si no tiene profesores?

Kwame Yamgnane, uno de los cuatro fundadores de 42, explicó a BBC Mundo que en vez de contratar profesores, aplican el «peer to peer learning«, es decir, el aprendizaje entre compaí±eros.

«Hace unos aí±os o décadas atrás, no se podí­a acceder fácilmente al conocimiento, se necesitaban profesores para llevarlo a la población», dice Yamgnane.

«En cambio. ahora, en la ciencia de la computación, el conocimiento está en internet. Es accesible a cambio de casi nada», comenta.

«Fuera de la caja»

Esta es la filosofí­a básica de 42, creada por cuatro socios: Xavier Niel, un multimillonario francés, dueí±o de la empresa de telefoní­a móvil Iliad y de una parte del periódico Le Monde; Nicolas Sadirac, Kwame Yamgnane y Florian Bucher.

Otra de las razones por las que 42, financiada por el magnate Niel, no tiene profesores es que su propósito es que los alumnos piensen de manera creativa e innovadora. «¿Cómo se logra eso?», se pregunta Yamgnane.

Y se responde: «Un profesor te dirí­a: las cosas son así­, de una determinada manera. Son A o B. En 42 no hay nadie que te enseí±e el camino. Uno crea su propio camino e innova», explica.

Brittany Bir, graduada de 42 Parí­s y directora ejecutiva de la sede del centro que abrirá en Estados Unidos en noviembre, da un ejemplo:

«En una clase normal, un profesor dice: ‘Vamos a crear una web, vamos a usar este programa y vamos a seguir estos pasos'».

«En cambio, en 42 sólo decimos a los alumnos que creen una web. No les damos la solución, ellos la buscan solos», dice. «Cuando se gradúan no replican un modelo. Tienen más espacio para experimentar y desarrollar su creatividad«.

Bir agrega que en una clase normal, uno solo escucha pasivamente lo que el profesor dice y no se involucra. «En 42, al no tener profesores, podí­a participar activamente en mi aprendizaje«, dice.

Si los profesores no son necesarios, entonces cada uno podrí­a aprender en su casa. ¿Por qué ir a una universidad?

«Necesitamos un lugar donde todos puedan trabajar juntos», dice Kwame Yamgnane, uno de los fundadores. «Cuando uno trabaja con otros puede innovar».

¿Profesores valiosos?

AnnaLee Saxenian, decana de la Escuela de Información de la Universidad de Berkeley, EE.UU., cree que el «peer to peer learning» es una fortaleza, ya que cuando los alumnos sean contratados, lo más probable es que trabajen en equipo.

«Pero no creo que los compaí±eros de clase sepan todo lo que el otro necesita aprender«, argumentó a BBC Mundo.

«Hay valor en tener profesores, aportan una guí­a y se aseguran de que los alumnos aprendan todo lo que necesiten aprender», comentó. «Y no creo que todos los profesores sean tan rí­gidos».

La decana agrega que los docentes enseí±an ciertas habilidades importantes, ya que «la programación no es lo único que uno necesita para empezar una empresa exitosa: se necesitan habilidades de comunicación, ética«.

Brittany Bir, directiva de 42 EE.UU. reconoce que algunas personas sí­ necesitan esa guí­a para desarrollar proyectos. «42 no es para todos», comenta.

La «piscina«

Para ingresar a 42 uno asume un reto llamado «la piscina», que consiste en sesiones intensivas de programación de software, que duran cuatro semanas.

El nombre del reto se debe a que este apunta a ser «inmersivo» y sólo quedan seleccionados los postulantes que logran «mantenerse a flote».

Lou Guenier, uno de los 2.500 estudiantes de 42 Parí­s, dijo a BBC Mundo que postuló a esta universidad porque era gratis, casi no pedí­a requisitos y porque siempre estuvo interesado en computadoras.

Sobre la «piscina», cuenta que es una de las experiencias «más extenuantes» que ha vivido.

Una de las cosas que le pidieron fue crear un programa capaz de resolver cualquier Sudoku.

«Al inicio uno no entiende muchas cosas, pero quedan en el subconsciente. Uno aprende algo nuevo todos los dí­as», afirma.

Una vez que uno ingresa y empieza a estudiar, no va a clases, sino que va recibiendo una serie de «proyectos» o tareas de programación que debe ir resolviendo, buscando el conocimiento por sí­ mismo o con apoyo de sus compaí±eros.

Por ejemplo, a Lou Guenier le han asignado proyectos como crear juegos en 3D o laberintos en 3D.

No importa el tiempo que les tome encontrar la solución.

Guenier contó a BBC Mundo que el ritmo de aprendizaje en 42 es «intenso». «Uno debe trabajar mucho, y aunque no entienda muchas cosas debe perseverar».

Asegura que uno aprende más que en la universidad tradicional, «donde uno olvida el 90% de lo que el profesor dice». «En 42 uno busca las cosas por sí­ mismo y recuerda todo».

Lou no extraí±a a los profesores. «Sin ellos uno trabaja a su propio ritmo y no se vuelve un robot que repite lo que dicen ellos».

¿Graduados exitosos?

Los alumnos se gradúan de 42 cuando completan 21 proyectos, lo que les toma normalmente entre tres a cinco aí±os.

Entre los egresados hay quienes han creado sus empresas de tecnologí­a y otros que trabajan en start ups, según Kwame Yamgnane.

AnnaLee Saxenian, de Berkeley, dijo a BBC Mundo que la universidad 42 deberí­a mostrar la tasa de éxito de sus graduados.

«Los empleados de Silicon Valley han ido a universidades tradicionales y esto no los ha destruido. Todos nuestros estudiantes consiguen trabajos. Las empresastodaví­a están contratando a nuestros graduados así­ que hay valor en los profesores«, comenta.

Brittany Bir, graduada de 42 Parí­s y directiva de 42 EE.UU., dijo a BBC Mundo que hasta ahora no ha buscado empleo ni trabajado como programadora directamente.

Ha sido profesora de inglés en una universidad tecnológica de Francia, un puesto en el que estaba «involucrada la programación». Pero asegura que es capaz de programar software educativo, desarrollar páginas web y construir muchas cosas a partir de la nada.

«Lo que aprendí­ en 42 lo podrí­a usar en otros trabajos en el futuro. Sé que es útil porque he hecho programación en la universidad de Francia donde trabajé y porque todos los que estudiaron conmigo han podido encontrar trabajo», dijo a BBC Mundo.

Lou Guenier, actual estudiante de 42 Parí­s, está convencido de que podrí­a encontrar trabajo en cualquier campo de la computación.

Con información de bbc.com

Graciela Machuca

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