A dos años del asesinato de la periodista María Elena Ferral en Veracruz, solo se ha visto impunidad y negligencia de la Fiscalía y del Poder Judicial

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Necesariamente Incómoda

**La vida del periodista Héctor Valdez, preso en el Reclusorio Oriente de la CDMX está en riesgo.

Graciela machuca Martínez

La organización internacional Reporteros sin Fronteras (RSF) recordó este 30 de marzo el segundo aniversario del asesinato de María Elena Ferral, corresponsal del Diario de Xalapa, y fundadora del portal de noticias Quinto Poder, en el municipio de Papantla, en la zona norte del estado de Veracruz, uno de los más golpeados por la violencia contra periodistas.

Se trata de un asesinato que dejó al descubierto lo que se ha ido convirtiendo en un patrón constante en los asesinatos de periodistas en México, “la presencia de la narcopolítica y su aliada la impunidad”, dio a conocer la organización por medio de un comunicado.

Enfatiza que María Elena dejó muchas pistas sobre quiénes se sintieron agraviados con su trabajo periodístico. Los temas principales que abordaba eran de todos conocidos: corrupción, abusos de la policía local, inseguridad y asesinatos de líderes y militantes políticos en la zona norte de Veracruz, y que como ella bien dijo, “permanecen en la impunidad.”

Reporteros sin Fronteras afirma que a dos años del asesinato de María Elena el caso sigue en la injusticia e impunidad. “Las investigaciones realizadas hasta la fecha no han sido efectivas, sus perpetradores siguen libres, frente a esto, la Fiscal General del Estado Verónica Hernández Giadáns, así como, el Gobernador Cuitláhuac García, han preferido la salida fácil del discurso político y han asegurado que el asesinato de la periodista ha sido esclarecido y la investigación está cerrada, sin embargo, la familia de María Elena es clara en su exigencia de justicia, y en declarar que el caso aún permanece en la impunidad y que la investigación no está cerrada, ni se cerrará hasta que todos los responsables (materiales e intelectuales), sean llevados ante un tribunal de justicia”.

A la fecha, las investigaciones se encuentran prácticamente sin avance alguno, si bien es cierto, existen seis detenidos por su presunta participación material en el crimen, quedan aún por ejecutarse cinco órdenes de aprehensión, entre ellas las de los autores intelectuales del homicidio, y también resta que todos los implicados sean llevados a juicio y sentenciados a una condena de prisión por el atroz crimen, y la familia sea reparada de manera integral, se explica en el documentos de RSF.
Uno de los reportajes más conocidos de María Elena Ferral, fue su última columna en la Polaca Totonaca, publicada el 12 de marzo de 2020, días antes de su asesinato en la que señaló, “en este nuevo escenario político la lucha por el poder será encarnizada, pues las alianzas entre quienes buscan apoderarse del Totonacapan entero, van con todo y sin lugar a dudas que habrá más crímenes políticos en esta región en donde las autoridades dicen que no pasa nada y no solo eso, sino que quienes los ordenan, actúan con la más completa impunidad”.

Las palabras de María Elena en su reportaje “siguen vigentes y estamos convencidos que su asesinato tiene que ver con su ejercicio periodístico. Sus notas y reportajes habían generado desde años atrás molestia y por ello había recibido amenazas y demandas en su contra, situación que la llevó a levantar por lo menos seis denuncias ante las autoridades por estas agresiones, una de ellas fue en el año 2016 por el delito de amenazas, se presume que los agresores de esos ataques son los mismos que participaron en su asesinato”.

Este 30 de marzo de 2022, “la familia de María Elena, Propuesta Cívica y Reporteros Sin Fronteras, recordamos la frase que la periodista publicara en noviembre de 2019, “Yo solo sé que hay periodismo para rato y que no me gustan las injusticias.” Hoy les decimos a las autoridades que no nos gustan las injusticias y seguiremos luchando para que este caso no quede en la impunidad”.

EN REISGO DE PEDER LA VIDA EL PERIODISTA QUINTANARROENSE HÉCTOR VALDEZ PRESO EN EL RECLUSORIO ORIENTE DE LA CDMX

Por razones humanitarias y derechohumanistas, desde los diversos órdenes de gobierno y desde el gremio periodístico tanto del estado de Quintana Roo como del país, se debe atender la situación por la que atraviesa el periodista quintanarroense Héctor Valdez, quien se encuentra preso, ya por 14 meses, en el reclusorio Oriente de la Ciudad de México, sujeto a proceso por un delito, qué según él, le fue prefabricado. Serán las autoridades y su defensa las encargadas de demostrar su dicho, pero mientras eso sucede su situación de salud y seguridad personal se encuentra en riesgo porque se atrevió a denunciar la corrupción que existe en el sistema penitenciario de la capital del país.

A veces es difícil ejercer la libertad de expresión con prudencia, lo cual es responsabilidad tanto de las personas periodistas como de directivas y propietarias de los medios de comunicación. En el ámbito de la protección de los derechos humanos, específicamente en la protección de la integridad física y de la vida se deben priorizar estos derechos antes que la libertad de expresión, por la vulnerabilidad que se encuentra la víctima dentro de un reclusorio, como los de la Ciudad de México.

Tanto el medio que difundió el podcast de la entrevista de un recluso, sobre el sistema de corrupción al interior de la cárcel, como el propio Héctor Valdés sabían de los riesgos, pero no por ello se les debe dejar solos en estos momentos en que está en peligro la vida del periodista así como de su fuente, porque ambos están dentro del penal.

Luego que el medio digital Los íngeles Press difundió la entrevista, Héctor Valdez ha sido amenazado de muerte, está incomunicado, al grado de que no puede salir ni a comprar alimento o agua para tomar, pero además, como las acusaciones comprometen a funcionarios del sistema penitenciario, el reportero ha sido exhibido por los mismos custodios en diferentes zonas del reclusorio, además de que le han hecho maltrato psicológico, de acuerdo a la agencia Quadratín.

Al difundirse la denuncia de las condiciones en que se vive dentro del Reclusorio Oriente, Héctor Valdez recibió directas de un preso al que apodan La Muñeca, por lo que Valdez tuvo que ser recluido al área de aislamiento.

En el aislamiento en el que se encuentra sufre de maltrato, amenazas, y ha sido despojado de sus cosas personales, entre ellas una televisión y se han destruido sus pertenencias y escritos. Un visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos lo visitó antes de ser trasladado al área de aislamiento, sin que se conozca las medidas precautorias que haya tomado el organismo al respecto.

Graciela Machuca

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