Economía neoliberal, doble discurso y ¿quién paga la construcción del Tren Maya?
Necesariamente Incómoda
Graciela Machuca Martínez
La construcción del Tren Maya le está costando miles de millones de pesos al pueblo de México porque se trata de un proyecto político personal del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien quiere inmortalizarse, no solo con esta obra ferroviaria, sino con sentar las bases para conectar por el mismo sistema de transporte a los países centroamericanos, unir a los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, invertir en el proyecto estadounidense de construir la vía férrea que una a los dos países, todo ello para beneficiar a la economía global en la guerra que sostienen Estados Unidos y China.
UTILIDADES DE TREN MAYA Y AEROPUERTO FELIPE ANGELES, PARA PAGAR PENSIONES A MILITARES
Mara Lezama Espinoza, quien el próximo domingo, a las nueve de la mañana, tomará protesta como gobernadora de Quintana Roo para el periodo 2022-2025, al igual que su homóloga de Campeche, Layda Sansores, así como los gobernadores de Chiapas y Tabasco, y porque no, el panista de Yucatán, tiene una encomienda directa del presidente de la república, contener y desarticular todos los movimientos sociales y políticos en torno a las obras del Tren Maya y de los desarrollos inmobiliarios que se han diseñado en su entorno.
Con alguna corporación transnacional o con algún gobierno, López Obrador pacto el desarrollo ferroviario del país y se comprometió que los recursos saldrían de las arcas nacionales, como está sucediendo hasta el momento, pero las ganancias, por ejemplo del Tren Maya y del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles serán para que la Secretaría de la Defensa Nacional, para que pague su fundo de pensiones, que por alguna razón ya no existe o tiene recursos limitados, a pesar que todo el personal ha pagado en tiempo y forma sus aportaciones.
TREN MAYA POR ENCIMA DE SALUD, EDUCACIÓN Y CULTURA PENINSULAR
La gobernadora de Quintana Roo tendrá que hacer maroma teatro para acatar las instrucciones presidenciales que de aquí al 2024 serán su prioridades, porque las necesidades de la sociedad quintanarroense ya podrá atenderlas después del primer domingo del mes de junio de 2024.
El discurso antineoliberal de la 4T no encaja con sus acciones, porque mientras el gobierno federal reduce programas sociales dirigidos a la población en condiciones de pobreza, esos recursos de la Hacienda Pública los destina a su proyecto ferroviario para pagarle a las empresas constructoras transnacionales que sacan ese dinero del país dejando solo lo necesario para que sobreviva la mano de obra nacional que se está utilizando, y ni que decir de las contrataciones a los indígenas .
Protestan trabajadores del Tren Maya en Felipe Carrillo Puerto
La estrategia propagandística del gobierno federal para convencer a la población de los cinco estados por donde pasará el tren que es un proyecto social que incentivará la economía regional, les ofrece que sus productos podrán ser sacados a los mercados, sin que para ello haya proyectos integrales que ya estén en marcha, mientras que el turismo que llegue a utilizar este transporte pernoctará en los grandes hoteles de cadenas internacionales y el turismo que llegue a bajarse en alguna estación rural lo hará para observar a la población indígena como piezas de museo.
Mientras la población originaria podrá sacar su producción agrícola en costales, las grandes empresas exportadoras utilizarán el servicio de carga para sacar la producción en contenedores que llegarán a los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz.
SOLO GANAN LOS NEOLIBERALES
Las líneas discursivas en contra de la economía neoliberal no tienen nada que ver con la realidad económica del país y mucho menos con las acciones gubernamentales, como siempre, al pueblo de México le toca pagar las carreteras y el ferrocarril para que los neoliberales extraigan las materias primas para que sus fábricas sigan funcionando.
Y LOS DINEROS DE LOS FIDEICOMISOS Y EL DISCURSO
Hace unos días se difundió por diversos medios de comunicación un análisis sobre el destino de los recursos de los 109 fideicomisos que desapareció el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dinero público que prometió que se destinaría a la compra de vacunas y rubros para atender a la población en condiciones de pobreza, pero resulta que el discurso y la voluntad dista mucho de la realidad y de las verdaderas intenciones del presidente de la república.
64 mil 524 millones de pesos obtenidos de esos fideicomisos estarían destinados principalmente para compra de vacunas, pero al final de cuentas solo se utilizó el diez por ciento para este compromiso y una cantidad superior fue sumada al paquete presupuestario del Tren Maya.
De acuerdo a un análisis de El Universal, se recuerda que la eliminación de los 109 fideicomisos fue para “eliminar la opacidad y discrecionalidad en el uso de recursos públicos”. Sin embargo, sólo 6 mil 35 millones de pesos, un 9.4% de los 64 mil 524 millones de pesos, se destinaron para comprar vacunas. Fueron 26 mil 342 millones de pesos de los restantes se destinaron al Tren Maya.
Los 109 fideicomisos desaparecidos se destinaban a fondos de salud, educación, ciencia y tecnología, desastres naturales, organismos asistenciales, entre otros conceptos presupuestarios, y López Obrador prometió que los recursos se destinaría a los biologicos.
De ese dinero público que se destinaba a diversas actividades sociales y de investigación, mil 495 millones de pesos fueron a parar al Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec y 852 millones de pesos terminaron en las obras del tren ligero de Guadalajara.
25 mil 34 millones de pesos se reasignaron para los apoyos del programa “Crédito a la Palabra” y 2 mil 293 millones de pesos en programas de vivienda social.
Un tema pendiente de las obras emblemáticas del gobierno de la 4T es su transparencia y la rendición de cuentas. Solo pedimos congruencia ética y política.
CLARO QUE LA SALUD DE LOS INDIGENAS, LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA A NADIE LE INTERESA!!!!
Graciela Machuca
