Nuevo León, otro estado donde las mujeres desaparecidas son ignoradas

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Necesariamente Incómoda 

Graciela Machuca Martínez 

El estado de Nuevo León volvió a ser noticia en los ámbitos nacional e internacional hace unas cuantas semanas, cuando uno de los hombres más ricos del mundo, el dueño de Tesla anunció junto con el gobierno mexicano que instalará una megafábrica de autos eléctricos en la zona conurbada de Monterrey, la capital del estado, con la característica que operará de manera automatizada, supervisada por personas operarias expertas en la tecnología de última generación, por lo que aún no se sabe cuáles serán los beneficios reales para la población, además, que pagará impuestos y derechos federales, estatales y municipales.

Este tipo de anuncios son los que se hacen virales sobre el acontecer en Nuevo León e interesan a la opinión pública nacional e internacional, pero hay temas que tanto la sociedad como medios de comunicación convencionales, generadores de contenidos y usuarios de redes sociales deben viralizarlos para que las autoridades se acuerden que existen como son todos los tipos de violencia contra las mujeres.

Nuevo León es una de las entidades federativas de la república mexicana donde a las mujeres las desaparecen, las secuestran, son víctimas de violencia sexual, explotadas laboralmente, acosadas en los centros de trabajo, en las escuelas, en la calle, pero solo una mínima parte de la sociedad se da cuenta de ello y exige justicia, que las autoridades cumplan con sus obligaciones definidas con claridad tanto en las constituciones federal y estatal, en las leyes secundarias y en los tratados internacionales en materia de derechos humanos, suscritos por el Estado mexicano.

Las historias de dolor, de angustia, de exigencias de justicia, quizás no sean diferentes las de Nuevo León a las que sucede en otros puntos del territorio nacional, sin embargo, es el momento de multiplicar los esfuerzos para que en esta entidad se escuche la voz de las víctimas, de los familiares de las víctimas, de organismos civiles y de toda aquella persona que exige justicia por las mujeres desaparecidas, las asesinadas, las violadas, las olvidadas en los penales, las hijas, los hijos de las mujeres víctimas de feminicidios.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, los días 8 y 9 de marzo, Monterrey fue el escenario de manifestaciones de miles de mujeres y hombres que salieron a exigir justicia para las víctimas de la violencia contra las mujeres, pero también las autoridades decidieron seguir cometiendo atropellos violando derechos humanos, deteniendo a unas diez mujeres y dos hombres horas después de las movilizaciones, cometiendo diversos abusos en su contra.

Se dio a conocer que el 9 de marzo, integrantes de la Asamblea Feminista NL y de Alternativas Pacificas, A.C. estuvieron acompañando a las familias de las detenidas y los detenidos en la Agencia Estatal de Investigaciones, ubicada en la Avenida Gonzalitos.

Durante el tiempo que dichas personas estuvieron detenidas, las activistas de la referidas organizaciones lograron ingresar a ver como se encontraban y se percataron de que “estaban golpeadas; les costaba moverse, tenían moretones, raspones y mordidas perpetradas por la Fuerza Civil durante las detenciones arbitrarias y durante el periodo de tiempo que las mantuvieron incomunicadas en el Palacio de Gobierno”.

Las personas detenidas fueron liberadas, gracias al acompañamiento de estas organizaciones, así como de diversas acciones de presión de la sociedad civil y familiares.

Una pieza periodística multimedia de Alejandra Barriguete y Alberto Padrilla titulada Desaparecidas e Ignoradas: el peligro de ser mujer en Nuevo León https://investigaciones.nmas.com.mx/desaparecidas-ignoradas-peligro-ser-mujer-en-nuevo-leon/ nos relata que la desaparición de Debanhi Escobar encendió las alertas en Nuevo León, uno de los estados en los que ser mujer supone un mayor riesgo. “Las autoridades niegan el problema, incumplen leyes y ocultan cifras”.

En dicho trabajo se expone que Nuevo León “es uno de los estados más peligrosos para las mujeres. En los últimos cinco años se encuentra entre los territorios con mayor número de feminicidios, desapariciones y denuncias por violencia de género o trata para fines de explotación sexual. El gobierno estatal, sin embargo, mantiene la narrativa de que no existe un problema de criminalidad”.

N+Focus, medio en el que se difundió el referido trabajo periodístico, entrevistó a decenas de familiares de víctimas, activistas y funcionarios que trabajan en el ámbito de la desaparición de mujeres, la trata y los feminicidios. “Todos, salvo las voces oficiales en el estado, coinciden en que existen fallas estructurales tanto en la investigación como a la hora de abordar el problema con perspectiva de género. También realizó decenas de solicitudes de transparencia que muestran cómo el gobierno estatal trata de minimizar el problema.

“Después de semanas tratando de conocer la opinión del gobernador, Samuel García, N+Focus tuvo que abordarlo en la calle. Su respuesta se limitó al compromiso de “trabajar” en la problemática”.

Al igual que en Quintana Roo, en Nuevo León, solo las familias de las mujeres desaparecidas saben su realidad, el resto de la sociedad y las autoridades cierran los ojos y los oídos para negar las desapariciones.

Graciela Machuca

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