Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez 

Por sentido común y normatividad, en una obra de infraestructura pública, con una inversión presupuestal tan elevada como el mal llamado Tren Maya, cada metro que se intervenga tiene que estar sustentado en proyectos, planos, diagnósticos, obra determinada, hojas de ruta, ordenes de trabajo, por lo que es infantil atribuirle los daños  al Estero de Chac, ubicado en el municipio de Othón P. Blanco, a un “error humano”. 

Este daño irreversible al referido estero fue un error, entonces la misma Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) está reconociendo tácitamente que a lo largo de la ruta del tren, tanto esa institución como el resto del gobierno federal han venido cometiendo error tras error, porque los daños al estero de referencia, tienen la misma dinámica de los que se han denunciado por ambientalistas en los diferentes tramos de la obra. 

Solo que esta ocasión los daños fueron escandalosos porque se videograbaron y los habitantes de la zona exigieron una explicación porque el relleno del estero les cerraba el paso al Rio Hondo.  

La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) reconoció que rellenó por error el Estero de Chac, como parte de las obras del Tren Maya. 

El viernes 7 de julio, por la noche, habitantes de Bacalar se manifestaron en la zona ante el daño ambiental, por lo que acudió el capitán Rodolfo Elizondo, como representante de la SEDENA. 

De acuerdo a un reporte del Diario Reforma, el militar logró decir a los inconformes: «En este caso, por un error del ingeniero que teníamos ahí, se pasó un poco con el material, fue un error humano». 

Hay que recordar que el citado estero conecta Chetumal con Bacalar y, a su vez, la laguna de Bacalar con el Río Hondo. Como se observa en fotografías y videos, en el sitio ya había grandes tubos para colocar en el canal, así como material pétreo, por lo que no se trató de un error, sino de una acción planeada, resolver el paso del tren rellenando el canal y colocando tubos para que fluyera el agua. 

El gobierno de la 4T tendrá que explicarle a las nuevas generaciones cada uno de los errores que ha cometido en la construcción de las obras del Tren Maya, a lo largo de más de mil 500 kilómetros y sus alrededores va quedando la huella de esos errores. 

Por el bien del prestigió que aún le queda a las fuerzas armadas mexicanas deben rectificar y reconocer para que si están capacitados, sabemos que como militares solo les queda obedecer, pero como personas servidoras públicas no están obligadas a lo imposible. Una muestra que sus ingenieros no están capacitados para una obra de este nivel es este “pequeño” error humano en este estero. 

Pero si a los militares se les está haciendo costumbre sacar las cosas que les encarga el presidente a ensayo y error, ya me imagino lo que pasará con la aerolínea que pondrán en sus manos o en sus pies, se corre el riesgo que los aviones se les caigan y su excusa será la misma: un error humano. 

Desde luego que los errores humanos existen, pero sí tuvieron semanas para planear como llevar tierra, piedras, movilizar decenas de camiones de carga, llevar grandes tubos, eso no fue un error, sino que planearon destruir el estero, pensando que los pobladores no se darían cuenta, como de muchos errores cometidos durante los últimos años. 

Las funciones del Ejército Mexicano están definidas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por lo tanto no está obligado a hacer lo que se le ocurra a su comandante supremo, pero como las ordenes vienen acompañadas de un millonario presupuesto, pues así, ni quien se niegue. 

A la inconformidad de los lugareños, se sumaron voces como las de la bióloga María Luisa Villareal, quien dijo: «Fuimos a verificar con drones, ya había material depositado en el canal, ya había un tubo establecido y había otros 12 tubos que iban a ser colocados en el canal». 

En redes sociales, activistas intensificaron una campaña de protesta por lo que llamaron «ecocidio». 

El coronel Mario Acevedo Hernández reconoció el error. «Efectivamente, aceptamos nosotros haber cometido el error al invadir el cauce del río, por supuesto que lo que yo diga es apreciación mía, pero la verdad, si lo vieron, invadimos metro, metro y medio tal vez, malamente, eso lo aceptamos». 

Como resultado de la inconformidad de la ciudadanía de Bacalar se acordó crear un comité de vigilancia conformado por autoridades y ciudadanos de Bacalar y así dar seguimiento de cerca las obras del Tren Maya, un ejemplo que deben seguir todas las comunidades que se han visto afectadas por una u otra razón con esta intervención gubernamental. 

Sin embargo, la presidenta de Othón P. Blanco, la morenista Yensunni Idalia Martínez Hernández, ni sus luces en este conflicto, desde luego que no tiene la obligación de representar a la población de este municipio, porque al fin de cuentas nadie la eligió como presidenta municipal el primer domingo del mes de junio de 2021, porque no apareció en la boleta electoral y por lo tanto, solo está para gastarse el presupuesto, pero no para defender a la ciudadanía.

Graciela Machuca

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