Nuevos retos para la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez

La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo (CDHEQROO) ya cuenta con una persona que se hará cargo de la presidencia y con ello la posibilidad que el pueblo de la entidad tenga acceso a que las violaciones a sus derechos humanos, de las que constantemente es víctima, se puedan investigar y emitir las recomendaciones respectivas.

Desde hace más de un año, la comisión de referencia no emitió recomendación alguna, porque la persona que estuvo encargada durante un año y ocho meses, considera que es mejor firmar convenios de conciliación y no las recomendaciones que nadie atiende, pero ello, fue producto de la ignorancia de ese personaje y de su supeditación a la clase política, cuyos integrantes son los que violan derechos humanos cuando forman parte de los gobiernos.

Ahora le corresponde a Omega Istar Ponce Palomeque, designada la noche del lunes 11 de diciembre, como presidenta de este organismo, sacarlo a flote, recobrar la autoridad moral y política que debe tener para que sus recomendaciones tengan el suficiente peso y las personas servidoras públicas que violen derechos humanos sientan el rigor político y ciudadano para reconocer sus errores y acatar al pie de la letra las recomendaciones.

Independientemente que como secretaria Técnica de la Comisión no haya cumplido con el requisito de ser licenciada en Derecho, como lo establece la ley, ahora como presidenta no requiere de esa condición legal, pero si debe conformar un equipo interdisciplinario en el que jueguen un papel fundamental los peritos en Derecho, porque nuestro sistema de derechos humanos sigue siendo legalista.

Desafortunadamente, esa ilegalidad cometida en su momento, ya forma parte de su hoja de vida; su formación como psicóloga le puede permitir hacer un buen papel en el ámbito de derechos humanos, pero también como psicóloga debe saber que el acoso laboral, las malas prácticas como cobrar un salario y no devengarlo de acuerdo a la ley, tiene implicaciones legales y éticas.

Uno de sus primeros retos al frente de la Comisión será el ordenar, reconocer errores y componer lo que está mal puesto, ya que al interior del organismo existe descontento entre el personal, por los diferentes conflictos que ha tenido con ella tanto por sus decisiones como directiva como por sus ausencias prolongadas en su centro de trabajo, a pesar, que el resto del personal sí iba a trabajar, después que oficialmente concluyó la pandemia de Covid-19, mientras que ella se asomaba de vez en cuando en reuniones virtuales.

Su estancia por más de 18 años dentro de la burocracia de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo, fue una de sus fortalezas que consideraron quienes toman las decisiones políticas en esta entidad, pero a la vez, esta situación le saca a flote sus debilidades, conoce por dentro a la institución, pero a ella le conocen sus debilidades, las cuales han sido motivo de conflicto con el personal al cual ahora le toca dirigir.

Es momento de darle el beneficio de la duda, su desempeño tendrá que ver con sus capacidades técnicas, administrativas y políticas, así como su visión ética de los derechos humanos desde la administración pública.

A lo anterior, hay que tomar en cuenta las presiones que empiece a recibir de los grupos políticos y económicos que operan desde las administraciones estatal y municipales, para evitar que se conozcan en su justa dimensión las violaciones a los derechos humanos en Quintana Roo, más ahora que estamos enfrentando una severa crisis en la materia.

Tiene el respaldo del Congreso del Estado, por ello fue designada por unanimidad, el acuerdo político fue único, apoyarla para que desempeñe el cargo, por ello, las diputadas y diputados de la XVII Legislatura no tuvieron la oportunidad  ni el interés de revisar los demás perfiles.  

“Pero de no dar resultados favorables en máximo un semestre, será citada a comparecer”, declaró el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la XVII Legislatura, Guillermo Brahams González.

Quintana Roo, en materia de Derechos Humanos se encuentra estancado y no solo por la inacción de la Comisión de Derechos Humanos, sino porque que la clase política se opone a que la cultura de los derechos humanos se transversalice, en todos los ámbitos de gobierno, sin embargo, es una buena oportunidad para que desde la Comisión se empiece a generar esa cultura que tanta falta nos hace a la sociedad quintanarroense.

Recordemos que luego de la sucia maniobra de quienes integraron la XVI Legislatura del Estado, al querer imponer a su presidenta de la comisión legislativa de Derechos Humanos, Judith Rodríguez Villanueva, quien diseñó la ley y la convocatoria para su beneficio personal para llegar de forma directa a la presidencia de la CDHEQROO, desde la asociación civil Maya sin Fronteras recurrimos al juicio de amparo al considerar la inconstitucionalidad de esa maniobra política.

Al final de cuentas tanto el Juez de Distrito, en primera instancia y el Tribunal Colegiado, en segunda instancia nos negaron el derecho a invocar nuestro interés legítimo en este caso y no atendieron de fondo nuestra demanda, con lo que queda vigente la reforma que de manera inconstitucional realizó la XVI Legislatura a la Ley de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo.

Sin embargo, con este caso, hemos tenido una gran lección como ciudadanía, ya que ahora, más que nunca, estamos convencidas que con decisión y voluntad podemos hacer uso de los instrumentos jurídicos y administrativos que tenemos, aún, a nuestro alcance para defender nuestros derechos.

Si bien es cierto, al frente de la Comisión no tenemos al mejor perfil de los 12 que se analizaron, nuestra acción jurídica y ciudadana nos permitió incidir en la decisión que no se podía poner al frente de esta institución a una persona que es capaz de torcer la ley para su beneficio personal.

Desde este espacio hago un profundo reconocimiento a todas aquellas personas que se sumaron a esta iniciativa ciudadana para evitar que se cometiera un atropello más a la Constitución. valió su apoyo y el esfuerzo conjunto para exhibir las cochinadas que hacen desde el Congreso local en contra de nuestros derechos humanos.

Gracias por apoyar mi resistencia, pues, sin ella, tal vez no lo estaría escribiendo. Gracias, gracias, gracias. Las redes ciudadanas salvan de atropellos del poder.

Graciela Machuca

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