Feminicidios
del muro de Argentina Casanova
Lourdes Alonzo Parrao / La República Peninsular
Se pueden reformar artículos, hacer más severas las penas contra aquellos hombres que asesinan a mujeres que no se inclinan ante sus caprichos, sean sexuales o de otra índole, pero nada cambiará si se carece de una buena educación generada en el hogar y en la nií±ez, el hombrecito debe entender que a una mujer se le respeta por el simple hecho de ser más frágil físicamente. Una fémina nunca podrá defenderse de la fuerza bruta de un energúmeno alcoholizado, drogado o lleno de machismo.
Sin embargo en la realidad esto no es así, generaciones van y generaciones vienen y los hombres siguen educados a la vieja usanza, las hermanas ayudan a mamá en las labores del hogar, incluso a lavar la ropa de los hermanos, ”total solo es echarla en la lavadora», el hermano, sea cual sea su edad mata su tiempo libre en los videojuegos o con los amigos.
A ellas les dicen que hacer, como vestirse y cómo comportarse, siempre tratando de agradar el hombre y satisfacer sus ojos con una buena vestimenta, maquillaje y actitud, en tanto a ellos se les facilita las cosas, pueden salir y entrar libremente al hogar, vestir como quieren y tratar a las hermanas con la punta del pie, sin que nadie les pida nada ni les exija nada y si hay posibilidades, pues hasta vehículo para que pueda tener el mayor número de ”viejas».
En las comunidades rurales la situación se recrudece, tengo en mi libro de memorias muchos casos de jovencitas obligadas a tener sexo con el hermano o con el papá, con la complicidad callada de la madre y de los demás miembros de la familia, es algo que ven como una parte de la vida, quitando todo derecho a la felicidad a aquellas damitas violadas y humilladas en el que debió ser su hogar.
Y como si esto fuera poco las mujeres tienen que soportar infidelidades, maltratos, golpes y en ocasiones, ahora más frecuentes, morir en manos de sus novios o esposos, incluso supuestos amigos, por protestar o por negar un servicio sexual, es como si la mujer fuera un objeto en el cual, cualquiera puede entrar y salir sin ninguna responsabilidad.
Podrán haber muchas instituciones, muy buenas intenciones, pero el pensamiento del hombre siempre ha sido y es la inferioridad de la mujer, su supremacía, su machismo, su ego, su vanidad y luego lo demás, es como si una mujer no pudiera o no tuviera derecho a nada que no le pueda conceder un varón, es mirar a una dama como algo insignificante, es minimizar su capacidad y su inteligencia.
En definitiva, esto no puedo continuar así, es imposible que sigamos permitiendo tanta arbitrariedad, la violencia contra nosotras debe terminar, decir no a un novio violento, celoso, impositivo, que te quiera robar tu libertad y tus sueí±os, es decir no a un posible esposo golpeador o asesino.
Vamos a cuidarnos y a cambiar las cosas con educación, a nuestras nií±as a no dejarse y a nuestros hijos a no maltratar a una mujer. (La gráfica es cortesía dewww.noticiasmvs.com)