El pacto con Dios de los mayas macehuales de la Iglesia Maya de la Santí­sima Cruz

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El Poder de la Santí­sima Cruz en el Territorio Ancestral de los Mayas Macehuales de la Iglesia Maya de Quintana Roo (III)

ANTROPOLOGO JORGE FRANCO CíCERES
El pacto con Dios de los mayas macehuales de la Iglesia Maya de la Santí­sima Cruz

La muerte de los mayas rebeldes por designios de la Santí­sima Cruz fue la base del pacto de Dios para la fundación de la Iglesia maya en 1850 y la guerra de independencia de la nación maya de 1847-1901. Sobre la creencia católica en la entrega de la sangre de Cristo a través de su muerte en la Santa Cruz, el sacrificio de los campesinos macehuales surgió como lo único que serí­a suficiente para salvarlos del pecado ancestral y liberarlos también del yugo extranjero. Sucedió así­ porque la amargura colectiva en torno al pecado mortal del pueblo maya contra el único y verdadero Dios cristiano, requerí­a de la fe en su muerte santa para su conversión definitiva en auténticos macehuales y el establecimiento del reino de sus verdaderos hijos.

Sin embargo, mientras no se cumplí­a la entrega completa de la sangre de los macehuales frente a los ejércitos yucateco y mexicano y sí­ se imponí­an las divisiones y las pugnas entre los jefes rebeldes, la deuda ancestral del pueblo maya seguí­a vigente y continuaba la guerra en las fronteras establecidas por las armas. En otras palabras, la guerra de Dios se justificaba desde fe religiosa porque se necesitaba de más sacrificio humano para la salvación de la Iglesia maya y también para la independencia de la nación macehual. No habí­a, como puede verse, ”¡Consumatum est!» entre los mayas rebeldes de Quintana Roo, pues el estado de guerra hací­a que la promesa del reino de los hijos de Dios por obra y gracia de la Santí­sima Cruz, permaneciera incompleta de redención para todos los macehuales creyentes en el sacrificio de Cristo.

Sobre el pacto divino que requiere del sacrificio completo de los campesinos macehuales por designios de la Santí­sima Cruz, seí±ala el maestro Alfonso Villa Rojas (1985) que ”Durante la guerra a mediados del siglo pasado, surgió un profeta que hablaba en nombre de la cruz llamado Juan de la Cruz Puc, que viví­a en Chan Santa Cruz y que escribí­a sermones y comunicaciones proféticas que luego firmaba con el nombre de Juan de la Cruz, seguido de tres pequeí±as cruces a manera de firma; la gente lo consideraba como el propio Jesucristo y como el más indicado para hablar con su padre a favor de los indios». Empero, no fue Juan de la Cruz Puc un nuevo mesí­as para los mayas rebeldes, sino uno de los sacerdotes, los profetas y los escribas que batallaron durante décadas en la selva peninsular, para reiterar la promesa del reino de Dios para sus verdaderos hijos, frente a las leyes nacionales y las instituciones del Estado liberal mexicano. Se estableció entonces con firmeza el culto a la Santí­sima Cruz desde los sermones ejemplares y las comunicaciones proféticas de la Iglesia maya, surgiendo una tradición religiosa ”indí­gena» de hombres sabios y santos entre los campesinos macehuales de la Santa Cruz Parlante. Estos hombres consagrados al movimiento de independencia maya, eran lí­deres carismáticos y jefes destacados que conducí­an a los macehuales en la situación de guerra permanente por medio de los saberes ancestrales y las creencias católicas según los designios de la Santí­sima Cruz.

Casi un siglo antes de la guerra de Dios, Jacinto Uc de los Santos, mejor conocido en el imaginario social como Canek, habí­a enseí±ado al pueblo maya de Cisteil las posibilidades de los saberes ancestrales y las prácticas tradicionales bajo las influencias de las creencias católicas, en el movimiento de sublevación armada contra el poder espaí±ol iniciado el dí­a 19 de noviembre de 1761. En el proceso histórico de violencia desatada frente al dominio extranjero que, bajo la promesa de Dios de un Cristo rey para su pueblo elegido, Canek se convirtió en un lí­der rebelde que encarnó con fuerza extrema el pacto con Dios para la liberación de los campesinos mayas. En consecuencia, terminó torturado y asesinado en una auténtica muestra de imposición de terror de Estado en la provincia mayor de Yucatán.

Por otra parte, puede decirse también que la realidad de la Santa Cruz como instrumento de expiación del pecado para establecer el reino de Dios, no ha sido exclusiva del movimiento maya rebelde y tampoco del pueblo maya macehual. Esta creencia tiene su origen en la Ley Mosaica que sentencia que ”casi todo es purificado por la muerte del sacrificado, y sin ofrecimiento de sangre no hay perdón». Sin embargo, no se trata de una muerte imperfecta debido a que es una decisión personal, ya que este modo religioso está limitado en la efectividad de la creencia compartida para la redención del pecado, sino de un sacrificio que tiene que ser ofrecido a Dios desde la misma Iglesia cristiana a partir de las oraciones de los sacerdotes, las sentencias de los profetas y los mensajes de los escribas. En consecuencia, los pronunciamientos y la advertencias de la Santí­sima Cruz antes, durante e incluso después de la guerra de Dios, han sido la semblanza del sacrificio perfecto que Dios requirió a los creyentes rebeldes para la salvación de la Iglesia maya y la liberación de la nación macehual entre 1847-1901, ya que una vez cumplido este mandato divino frente al Estado liberal mexicano, no habrí­a necesidad de otra pacto de muerte y sangre para establecer el dominio de sus verdaderos hijos.

El sí­mbolo de la Cruz en el territorio ancestral de los mayas macehuales bajo la influencia de las creencias católicas

Respecto del sí­mbolo de la cruz en el territorio ancestral de los mayas macehuales, cabe seí±alar que, además de ser el estandarte de la religión católica y haber sido traí­do por los misioneros espaí±oles como un mensaje de paz y reconciliación con Dios mediante su hijo Jesucristo hecho hombre y muerto en la Santa Cruz, representa la creencia en el acceso a lo divino por medio del sacrificio lo humano. Es también, como seí±alan diversos trabajos arqueológicos y antropológicos de destacados mayenses, el centro de la filosofí­a maya al representar al árbol de la vida: la ceiba, que une los mundos terrenos con los celestiales, mismo que está representado en sitios de privilegio cultural maya como el templo de la cruz foliada en Palenque.

En consecuencia, el sacrificio de los macehuales en los ataques militares de expansión de sus territorios frente a los yucatecos o incluso en las defensas armadas de sus sedes religiosas ante los mexicanos, no solo redimí­a a los creyentes mayas del pecado ancestral y el castigo eterno, sino que purificaba sus conciencias de obras muertas de los extranjeros, para servir al Dios único vivo y verdadero. Esto quiere decir que la muerte en el servicio militar de la Iglesia maya de la Santí­sima Cruz, significaba la salvación; la conversión en nuevas criaturas de Dios debido a que habí­an sido purificados para servirlo, para gozarlo y para glorificarlo por la eternidad. Asimismo, puede destacarse que lo más trascendente en los aspectos histórico y polí­tico de este pacto para la salvación del pueblo maya, es que también harí­a libres a los campesinos macehuales en el mundo temporal, para alejarse de las iglesias inútiles de los extranjeros y encaminarse a la tarea sagrada de constituir la propia nación.

Cierto es que prevalece la creencia de que la muerte en la Cruz ha sido para limpiar pecados en las iglesias cristiana. Empero, el sacrificio de Cristo ha sido mucho más que eso en la Iglesia maya de la Santí­sima Cruz, ya que la sangre derramada de Dios en favor de sus hijos, es hasta la fecha un sí­mbolo de limpieza total en términos de salvación espiritual y liberación temporal. El mesí­as cristiano ha sido así­ una bendición para la gloria de las generaciones mayas, ya que cuando los macehuales entraron a la creencia en el poder de la Santí­sima Cruz, lo hicieron con toda la familia, toda la comunidad, toda la nación, todas las propiedades, todos los ámbitos y todos los territorios. Y cuando han salido de esta creencia por integrarse a iglesias extranjeras o por apartarse de la vida comunitaria tradicional, ha sucedido lo mismo con los todos herederos y todas las heredades, en forma similar a lo seí±alado en la Biblia cuando los Israelitas salieron de Egipto.

En un primer nivel, el pacto de salvación signado gracias a la muerte de Cristo, ha llevado a los mayas rebeldes a integrar la Iglesia maya de la Santí­sima Cruz para diferenciarse de los extranjeros en cultura e identidad, es decir para a ser limpios del pecado maya ancestral contra el único y verdadero Dios cristiano. Y en un segundo nivel, ha llevado a los campesinos macehuales a la Guerra de Dios contra el Estado liberal de México, en búsqueda de la protección divina para la independencia de la propia nación. Es entonces un simbolismo trascendental de la Iglesia maya, decretar la muerte de los macehuales en la Santí­sima Cruz sobre la familia, el pueblo, las propiedades y los territorios, ya que el sacrificio por sangre les otorgará protección divina sobre las heredades y potestades ancestrales en el territorio bajo dominio del pueblo maya. Y esto es comprender el simbolismo del sacrificios de los mayas macehuales por designios de la Santa Cruz antes, durante y después de la guerra de independencia maya de 1847.

Guerreros y soldados de Dios por obra y gracia de la Santí­sima Cruz para establecer la nación de sus auténticos hijos.

Porque Jesús fue crucificado para gloria del reino de Dios, la Iglesia maya considera el dí­a 3 de mayo como el dí­a de la Santí­sima Cruz. Dispone entonces esta fecha como de ayuno y oración para recordar a los macehuales el sacrificio voluntario y el amor mostrado hacia el pueblo elegido. Como puede verse, no ha sido situado como un dí­a de una semana considerada santa, sino en una fecha precisa para quienes están inmersos en una guerra divina para la salvación del campesino maya y la liberación de la nación macehual, En este dí­a, los sacerdotes, los profetas y los escribas deben encomendar a los jefes mayas y lí­deres campesinos que trabajan con fe por el pacto con Dios a partir de los designios de la Santí­sima Cruz. Se considera también que es importante recordarles al crucificado divino, para que caminan de acuerdo con los saberes ancestrales, las prácticas tradicionales y las creencias católicas de los mayas en las que se sustentan su cultura y su identidad.

Así­ las cosas, por el sacrificio en la Santí­sima Cruz para que se realice el pacto divino, el campesino macehual se vuelve un guerrero rebelde que es soldado de Dios frente a las iglesias extranjeras y las naciones dominantes del pueblo maya. El que es quizá el principal problema religioso a confrontar en la Iglesia maya, es el uso insistente del nombre de la Santí­sima Cruz de los santuarios de Tixcacal Guardia, Chumpón, Chancah Veracruz, Tulum, San Antonio Nuevo II, etc., para imponer inquietudes propias o deseos perversos de los jefes mayas y los lí­deres campesinos de Quintana Roo. Esta situación divergente ha degenerado en pugnas religiosas y divisiones comunitarias con diversos tipos de fetichismo o fanatismo minoritarios. Sin embargo, la muerte en la Santí­sima Cruz que se celebra el 3 de mayo en el territorio ancestral de los mayas macehuales, sigue recordando la tradición en la palabra de Dios que dio vida y sustento durante 50 aí±os a la guerra de independencia maya frente al Estado liberal de México.

Colofón

¿Puede proclamarse en la actualidad la muerte en la Santí­sima Cruz por encima de bienes materiales y ambiciones personales, sabiendo que el sacrificio en Cristo es para limpiar los pecados temporales en la Iglesia maya y conducir a la liberación del pueblo macehual? Quedan las siguientes preguntas para la reflexión en los siguientes trabajo sobre el poder de la Santí­sima Cruz en el territorio ancestral de los mayas macehuales de la Santí­sima Cruz.

1.- ¿Por qué se alejan los mayas macehuales de la Santí­sima Cruz?
2.-¿Por qué cambian la iglesia católica maya por iglesias cristianas extranjeras?
3.-¿Es firme en la actualidad la creencia maya macehual en la Santí­sima Cruz?
4.-¿Serán levantados los mayas macehuales muertos en nombre de la Santí­sima Cruz?
5.- ¿La muerte de los mayas macehuales serán nada frente a la proclamación del reino o dominio de los Hijos de Dios?

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Graciela Machuca

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