Alba Muí±oz: ”El discurso del periodista todoterreno suele esconder explotación laboral y autoexplotación»

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Alba Muí±oz (Barcelona, 1985) es periodista. Ha trabajado como freelance para 20 Minutos, La Vanguardia, El Mundo, FronteraD y actualmente es redactora en PlayGround Magazine. Fruto de sus viajes por paí­ses en situación de conflicto está preparando í“nix, una investigación periodí­stica sobre el tráfico de mujeres en Bosnia, en la que pretende aunar su compromiso social y su pasión por el periodismo narrativo. En diálogo con Pliego Suelto reflexiona sobre el status quo de los medios de comunicación en la era digital, la crisis, la precariedad laboral, el 15-M y la transformación del mapa polí­tico en Espaí±a tras las elecciones del 24 de mayo pasado.

En tus artí­culos se aprecia una pulsión de periodista comprometida y crí­tica con el modelo de sociedad en que vivimos, así­ como la voluntad de dar voz a quienes no pueden hacerse oí­r en los medios tradicionales. ¿Qué papel crees que debe jugar el periodismo para contribuir a la transformación de la sociedad?
@albanatz en Twitter
Aunque ahora lo llamamos ”contenidos», el periodismo sigue jugando un gran papel en la sociedad. Leemos más historias que antes, cuando no usábamos tanto los ordenadores ni el móvil: antes de levantarnos, en el baí±o, en el ascensor. Y no solamente las que actualizan nuestros contactos, sino esas noticias e historias que saben mordernos las pestaí±as. Si encima no nos mienten o decepcionan, puede que hasta las compartamos con los demás. Y si hacemos eso, puede que un asunto que al poder le interesa evitar se vuelva un enorme tema de conversación.

El potencial transformador del periodismo es enorme, incluso a pesar de que los principales canales de distribución, como Facebook, sean empresas privadas que pueden ahogarnos e imponernos una censura. Los quioscos no hací­an eso.

Es cierto que la transición digital trae consigo montaí±as de basura, competencia, precariedad, ruido. Es cierto que hay sensacionalismo y emocionalismo. El periodismo solo es uno más en una enorme piscina llena de cosas entretenidas como ví­deos caseros, de memes, campaí±as publicitarias que parecen documentales. Pero para una buena cantidad de gente los relatos forman parte la dieta diaria. Y eso es una buení­sima noticia para quien quiera leer. El periodismo tampoco ha cambiado su vocación de influenciar, de transformar la sociedad. Cada medio en una dirección distinta y opuesta.
Alba Muí±oz WebCam
Sigo distinguiendo entre dos grandes clases de contenidos en la sociedad de la información: noticias e historias. Las primeras son la materia prima, el peritaje básico de la actualidad, los datos disponibles. Las veo más como un servicio o derecho fundamental que como un valor periodí­stico en sí­ mismo. Estamos en un momento en que la información bruta ha perdido pedigrí­, no su valor. Con esto quiero decir que un post puede ser mucho más influyente que una noticia, pero el primero necesita inevitablemente a la segunda.

Por su parte, las historias (reportajes, ví­deos, posts, ficciones, el formato es indiferente) buscan plantear preguntas, digerir y abordar lo que sucede a nuestro alrededor de una forma mucho más atrevida y sin complejos. A veces hasta buscan la acción directa y se convierten en textos activistas. Pues bien, considero a ambas categorí­as imprescindibles, pero las segundas tienen más posibilidades de influir en la sociedad. La gente las busca.

El periodismo atraviesa una época de crisis más allá de la coyuntura económica. Los medios tradicionales ya no responden a los intereses de gran parte del público. ¿Cuáles son las causas de este descrédito y las esperanzas de porvenir para la profesión?

Los medios tradicionales están en crisis, pero en Espaí±a su crisis no es solamente económica. De hecho, viene de antes del crash. Es una crisis de modelo, de creatividad, de ambición, de respeto por el lector y por el servicio a la sociedad. Es decir, de humildad, valores y de ganas.
Sta. Alba de Bambuser
Algunos están araí±ando la mesa, intentando resistir y ser sostenibles, pero lo están consiguiendo tanto como el bipartidismo en este paí­s. No están sabiendo conectar con los que deberí­an ser sus nuevos votantes, digo lectores.

Y ojo, que en los medios más zafios hay gente valiosí­sima que no naufragará con ellos. Porque es la estructura la que hace aguas, los privilegios, los mitos decrépitos y los sueldazos de directivo. Y una relación pestilente y bochornosa con el poder económico y polí­tico. La crisis vino cuando los directivos de algunos medios decidieron rellenar sus cabeceras con información mediocre para seguir cobrando de sus amigos ricos (los anunciantes daban más dinero que la credibilidad o el interés del público). Pero hay que decir que el malo de la pelí­cula es Internet.

Dirí­a que hay cúpulas mediáticas que apuestan por un status quo y que se inyectarán todo el botox necesario para aparentar juventud. Otros quieren ir más allá, aceptan un nuevo panorama desértico y cruel. Evidentemente, la segunda opción es la más inestable, precaria y voraz. Los de la cirugí­a se hundirán lentamente, los segundos se estamparán o abrirán un nuevo y arduo camino de futuro.
Herramientas del periodista
El periodista debe volver a ganarse el pan. Y eso significa querer servir para algo. También debe admitir errores, posición, reconocer a una ciudadaní­a soberana, escrutadora e informada. Y no aspirar a grandes tribunas paternalistas.

La receta, para mí­, es saber combinar el rigor periodí­stico con la ambición y la valentí­a creativa. Puedes renovarte sin sacrificar tus valores éticos y deontológicos, es divertido. Si no te gusta, puedes dejar paso a todos los jóvenes que esperan.

Yo creo que el nuevo consumidor de información, entre los que me incluyo, es un poco esquizofrénico: no aceptamos que nos digan cómo pensar, que nos sermoneen, por eso los editoriales nos parecen tan graciosos, son como viejecitos furiosos que agitan un periódico enrollado. Eso sí­, queremos confiar en alguien. No en un medio, sí­ en un periodista. Como los japoneses, que son fans de los futbolistas y no de los equipos. Ansiamos una mano que nos lleve de parranda por el mundo. Que nos informe, que nos haga pensar y hasta nos entretenga.

Un dí­a sin periodistas serí­a un descanso, pero creo que nos aburrirí­amos antes de lo que imaginamos.

Junto con Carme Riera fundaste en 2011 The Reset Project, una herramienta que pretende potenciar el trabajo de los periodistas independientes. Habéis publicado seis ediciones hasta la fecha. ¿Está previsto seguir adelante con el proyecto o se halla suspendido por el momento?
The Reset Project
Está parado y offline. Actualmente paso muchas horas en la redacción de PlayGround Magazine. Reset fue la manera que un grupo de jóvenes encontramos de repensar de forma crí­tica el periodismo. Estábamos cansados de lecciones medievales sobre la épica del reportero para luego llegar a las redacciones y ver que aquello era una agencia de seguros. Se nos decí­a una cosa y en todos lados se hací­a otra. Todo estaba lleno de dinosaurios que no querí­an nuestras ideas y que no nos iban a dejar una herencia de empleo digno.

Así­ que Reset fue un harakiri constructivo, una forma de dejar de mentirnos y de empezar a pensar como comunidad independiente y no como competidores; como generación profesional, y ayudarnos los unos a los otros. Si compartí­amos tantas ideas y deseos, ¿por qué estábamos malgastando nuestras fuerzas en convertirnos en becarios de medios que no nos representaban y ni siquiera consumí­amos? No estábamos equivocados por aburrirnos con sus contenidos. Ellos eran los equivocados.

Sigo creyendo en la cooperación entre periodistas independientes para fundar medios, plataformas, artefactos mediáticos, pero es importante que cualquier proyecto sea algo profesional y no voluntario. Hay que comer.
Libros del K.O. 2014
También estás trabajando en í“nix, una investigación periodí­stica sobre el tráfico de mujeres en Bosnia. Pudimos leer un capí­tulo en el libro Crónica y mirada (2014), coordinado por Marí­a Angulo. ¿Cómo está siendo la experiencia de escribirlo y cuán avanzada está su gestación?

í“nix es el proyecto más importante de mi vida, una investigación periodí­stica novelada. Digamos que fue un reportaje que se me fue de las manos y me intoxicó, trastocando mi vida y mi relación de pareja. Las cosas que descubrí­ sobre mi misma, sobre las mujeres, adquirieron una importancia brutal, decidí­ que tení­an que formar parte del relato. Eran, igualmente, un gran descubrimiento.

í“nix es un feto no nacido. Lo llevo dentro y solo espero encontrar un claro en mis dí­as para poder parirlo como se merece.

La primera crónica tuya que leí­ formaba parte del libro Las voces del 15-M (2011). Alguna vez has declarado que este movimiento supuso una revolución en tu vida. A raí­z del 15-M han cristalizado nuevos partidos polí­ticos. ¿Cómo valoras la evolución del movimiento?

Estoy contenta y emocionada por el asalto a las instituciones. Es terapéutico, millones de personas necesitábamos decirnos que es posible echar a los mafiosos, oligarcas y a los inútiles de ahí­. El 15-M sirvió para decirnos que no estamos locos, y que somos un montón.
Los Libros del Lince, 2011
Que ese primer asalto lo hayan protagonizado mujeres como Ada Colau y Manuela Carmena también significa mucho: sus modos de hacer, de pensar y comunicarse no tienen nada que ver con el estilo de los profesionales. Son inteligentí­simas, poderosas y dignas, poseen trayectorias brutales, tienen ganas de cuidar a la gente y la sensación es increí­ble. Así­ de poco acostumbrados estamos a mamá Estado.

Hay que seguir siendo crí­ticos, vigilantes, exigentes, y los movimientos sociales organizados y no organizados deben seguir sorprendiendo y dando caí±a. Eso sí­, que la impaciencia no nos convierta en seres injustos.

Tus intereses no se concentran solo en la escritura sino que también abarcan la fotografí­a, el video y la ilustración. ¿Consideras que un periodista de hoy debe ser capaz de expresarse en diferentes formatos?

No es imprescindible. Siempre es mejor saber hacer muchas cosas, comunicarse de muchas maneras. Está claro que tener competencias visuales es un aí±adido en el periodismo digital, igual que saber de gestión de redes sociales y programación. Aunque es mejor saber hacer bien una sola cosa, como escribir y contar buenas historias. El discurso del emprendedor todoterreno, del periodista orquesta, esconde a menudo explotación laboral y autoexplotación.

He leí­do en Internet algunos relatos tuyos de ficción. ¿Has pensado escribir en el futuro una novela o libro de cuentos, o prefieres centrarte en el periodismo narrativo?
A sangre frí­a, 1959-1966
Recientemente he escrito varias ficciones en PlayGround, como este cuento sobre la migración en Europa. Estamos descubriendo que este género sirve para plantear cuestiones de una forma mucho más incisiva que un reportaje, sobre todo a sectores jóvenes que repelen ciertos análisis muy concienzudos de la realidad. A menudo estos se parecen más a informes sobre el estado de una cuestión, son difí­ciles de consumir, no movilizan.

Temas importantes se quedan sin lectores y eso no puede ser. La ficción es una herramienta genial para plantear ciertos debates sociales, para insertarlos en la piel de la gente.

La verdad es que me gustarí­a escribir muchas cosas, desde cuentos infantiles hasta novela negra. No sé si tengo muchos registros, pero me divierten muchas formas de relato. Eso sí­, el periodismo narrativo, la crónica, encarna uno de los retos más importantes para mí­. Truman Capote me dio un tremendo tortazo cuando le leí­ por primera vez hace muchos aí±os. Y tengo pendiente mi primera aportación en forma de libro.

Finalmente, ¿qué proyectos tienes por delante?

Mi principal ambición es trabajar para un periodismo riguroso y atractivo al mismo tiempo, y poder compatibilizar ese trabajo con mi vida ahí­ fuera, que es donde se agazapan las historias.

Además de terminar mi libro í“nix, espero poder retomar mis viajes y seguir viviendo experiencias fuertes que alimenten mis textos y mi pensamiento. Espero poder seguir disfrutando de este oficio, que es la escuela más divertida y apasionante del mundo.

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Graciela Machuca

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