Miradas de reportero: Partidos y movimientos sociales se suman a los agresores de periodistas

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Por Rogelio Hernández López

Este es otro recuento del lado más oscuro del ejercicio periodí­stico.

Al menos 27 periodistas fueron agredidos en 12 entidades en la fecha de las elecciones. Fue el número más alto registrado históricamente en un sólo dí­a. Lo novedoso es que ahora los atacantes, en la mayorí­a de los casos, fueron militantes de partidos polí­ticos o activistas pagados por candidatos.

Así­, dicho con frialdad, se extendió la tipologí­a de sujetos hostiles al periodismo activo. Y, lo previsible es que tampoco habrá sanciones o castigos.

Todos los registros de agravios que hacen los organismos internacionales coinciden en que predominaba una tipologí­a: los distintos grupos de la llamada delincuencia organizada que cometen entre el 9 y 1l por ciento de los ataques (los más violentos); marinos, soldados, policí­as federales, estatales y municipales del 30 al 34 por ciento (los más constantes); alcaldes, diputados locales y federales, gobernadores entre el 22 y 25 por ciento (sistemáticos contra los periodistas incomodos); otros servidores públicos, entre el 15 y el 18 por ciento y ”otros», sin identificar.

Ahora, esta tipologí­a ya aumentó. De 2013 a la fecha cada vez aparecen más recurrentemente como agresores de periodistas militantes de movimientos sociales radicalizados, como el de los 400 Pueblos de Veracruz; de la Coordinadora de Trabajadores de la Educación (CNTE) en Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Chiapas, Estado de México; como Antorcha Campesina presente en Puebla, Querétaro, Hidalgo y otros estados. Estos y más grupos sociales en movimiento fueron los que hicieron que se ampliara la tipologí­a de agresores. Y luego entró el otro arquetipo de violencia sin castigo.

LOS NUEVOS DELINCUENTES

El 7 de junio, fecha que antes festejaban la libertad de expresión el gobierno federal y los empresarios de la prensa —todaví­a lo hacen gobernadores y empresas en algunos estados— ocurrieron al menos 27 ataques contra reporteras y reporteros por parte de activistas, militantes y hasta candidatos a puestos de elección. Las agresiones al ejercicio del periodismo son considerados delitos contra la libertad de expresión.

Dí­as antes de los comicios se registraron otras agresiones. En todos los casos fue porque los delincuentes se sintieron acechados o bien porque se expusieron sus anomalí­as e ilegalidades.

El registro lo hicieron las organizaciones internacionales: Artí­culo 19 de origen inglés, Reporteros sin fronteras de Francia y el programa Periodistas en Riesgo de Freedom House, y el Centro Internacional para Periodistas, ambos de Estados Unidos.

Artí­culo 19 promotora del programa #RompeElMiedo, registró 27 ataques sólo el 7 de junio. Del total de agresiones, diez fueron fí­sicas, cinco bloqueos informativos u obstrucciones de la búsqueda de información, cuatro robos de equipo, tres ataques cibernéticos, tres falsificaciones a perfiles de redes sociales de medios y una detención arbitraria. Cuatro en Oaxaca, cinco en Puebla, cuatro en Veracruz, tres en Guerrero, dos en el Distrito Federal, dos en Guanajuato, dos en Jalisco, dos en Quintana Roo, uno en Nuevo león, uno en Tabasco, Chiapas y Chihuahua.

Los casos extremos registrados son de Xalapa, Veracruz donde dos reporteros de Radiover, Elena Anell y José Francisco Garcí­a Reyes fueron atacados por militantes del PRI quienes les despojaron de equipos, teléfonos móviles y documentos de identidad.

En Guadalajara dos reporteros de Reforma fueron agredidos por alrededor de 15 personas presuntamente ligadas al PRI.

En Campeche La reportera Ilda Elena Avoites de Por Esto! agredida con botellas y piedras desde un camión de redilas, después de realizar su cobertura.

En Tabasco el fotoperiodista Adrián Chan del diario Presente Tabasco cubrí­a un conflicto en una casilla en la colonia Gaviotas Sur de la capital del estado Villahermosa, cuando lo agredieron.

En Oaxaca Eduardo Contreras, reportero del diario Buen Dí­a, fue ví­ctima de un ”bloqueo informativo» en el municipio San Juan Bautista Valle por parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y en la capital miembros de la sección 22 retuvieron a Alejandro Sánchez de El Financiero y lo despojaron de dos celulares. Además Tomás Martí­nez del Diario Noticias Oaxaca fue forzado a borrar fotografí­as, posteriormente le robaron la tarjeta de la cámara fotográfica.

Reporteros sin fronteras aportó otros datos al registro de dí­as previos a la elección.

El 4 de junio en la ciudad de Colima un grupo del Partido Acción Nacional (PAN) agredió a las periodistas Elizabeth Ibal Rocha, del diario El Occidental, y Fabiola Rosales, del periódico El Sol de México

Y el 1 de junio ante policí­as del Estado, un reportero de Diario de Yucatán sufrió una agresión junto a una bodega ubicada en el sector sur-poniente del Periférico de Mérida, donde varias personas cargaban cientos de bolsas negras en camionetas que, según informes recibidos dí­as antes, servirí­an a un partido polí­tico para distribuir en la campaí±a electoral en el interior del Estado.

El 30 de mayo una periodista fue ví­ctima de abuso sexual en Veracruz, después de que cubriera un evento de cierre de campaí±a del candidato Erick Alejandro Lagos del PRI… una semana antes otra periodista de Veracruz habí­a sido amenazada debido a la información que habí­a publicado sobre otro candidato del PRI a diputado.

El 29 de mayo un corresponsal del diario Reforma fue ví­ctima de personas del equipo de campaí±a del candidato a presidente municipal de Huixquilucan (estado de México) por el PAN.

En Colima, la periodista Gabriela Vives recibió una amenaza por medios de una llamada a su teléfono celular, en la que le advirtieron: «Sí­ganle tirando mierda a Nacho, no son nadie y cuando sea gobernador se los va a cargar la chingada a ti y al chaparrito hocicón, no saben con quién se meten».

La cuenta seguirá creciendo. Ahora son más los tipos de agresores. Son insuficientes las acciones de los responsables de prevenir, de proteger, investigar, de castigar para disminuir la impunidad. ¿Quién sigue?

Graciela Machuca

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