Jacobo Zabludovsky: maestro, amigo, padrino…

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Agencias
Mí‰XICO, D.F.- Jacobo Zabludovsky, el conductor de los lentes cuadrados y los grandes audí­fonos de diadema, fue la única figura informativa en la televisión durante buena parte del último cuarto del siglo XX en México. Falleció este jueves a los 87 aí±os de edad.

Fue criticado por su cercaní­a al poder, por ser un ”vocero» de las versiones oficiales del gobierno. Y él mismo reconocerí­a, en entrevistas recientes, que eran muy pocas las posibilidades de escapar a la censura en un paí­s donde los tres poderes estaban en manos de un solo partido.

Su noticiero 24 horas estuvo al aire en cinco sexenios presidenciales (27 aí±os), comenzando por el de Luis Echeverrí­a ílvarez (1970-1976). Sobre ese periodo, Vicente Leí±ero escribió en la Revista de la Universidad de México: ”Auxiliándose en 24 Horas se enderezó la campaí±a contra el Excélsior de Julio Scherer desde la presidencia de un Echeverrí­a enfurecido e implacable».

Incluso antes de su llegada al poder, Zabludovsky habí­a apoyado su candidatura. El 26 de octubre de 1969 dijo en televisión nacional: ”El seí±or licenciado Echeverrí­a es un hombre con una gran dedicación a México, con una vocación por servir a sus compatriotas (…) En lo personal es un hombre con ángel, es un hombre culto, es un hombre que sabe ganarse a sus amigos y conservarlos».

í‰pocas duras

Zabludovsky no sólo es recordado por sus comentarios sino también por sus omisiones. Dice la leyenda que su nota después del 2 de octubre de 1968 fue sobre el clima soleado en la Ciudad de México. Tampoco hizo comentario alguno acerca de la masacre de 1971 conocida como ”El Halconazo», en la que un grupo de paramilitares asesinó a decenas de estudiantes en la primera manifestación organizada desde la matanza de Tlatelolco.

Eran tiempos de un férreo control gubernamental sobre los medios de comunicación. Dos aí±os después de su llegada al poder, el presidente José López Portillo (1976-1982) nombró como ”jefe de imagen» de sus actividades a Emilio Azcárraga Milmo, el jefe directo del conductor estelar.

En su libro, Nación TV, el escritor Fabrizio Mejí­a Madrid cita una entrevista que Zabludovsky le hizo al presidente Miguel de la Madrid (1982-1988): ”Es usted, seí±or presidente, un lí­der sereno, seguro y equilibrado», dirí­a el periodista para comenzar. Y Mejí­a Madrid aí±ade: ”El presidente sonrió con el gesto de la barbilla que usaba como un escudo. Se le habí­a caí­do lo demás: la ciudad, la policí­a, la economí­a, su sucesor habí­a llegado con un fraude electoral».

Uno de los capí­tulos más oscuros de la carrera de Zabludovsky fue el periodo posterior a la elección de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) frente al izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas: ”24 horas dio a Salinas de Gortari una cobertura de 141 minutos en el transcurso de dos meses y medio mientras que a Cárdenas sólo cerca de nueve minutos en el mismo periodo».

‘Especial testigo’

Cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se levantó en armas, el 1 de enero de 1994, Zabludovsky se refirió a los zapatistas como transgresores de la ley. ”Si el propósito era desestabilizar la economí­a, lo lograron en gran medida», seí±aló el presentador en televisión.

Pero en los aí±os noventa, en plena apertura económica, el panorama informativo comenzaba a ampliarse. La desconfianza hacia el noticiero de Zabludovsky quedó explí­cita en la canción de la banda Molotov, ¡Que no te haga bobo Jacobo!.

Lupita, la de las llamadas

El último dí­a que Jacobo Zabludovsky estuvo al frente del noticiario 24 Horas entró una llamada al teléfono blanco que tení­a en su escritorio.

-¿Sí­, Lupita?

-Licenciado, tiene una llamada del doctor Ernesto Zedillo, presidente de México, está por la lí­nea número tres.

-¿Está él en la lí­nea?, preguntó el periodista mientras la mujer de unos 37 aí±os de cabello largo lacio, un abrigo negro y aretes redondos afirmaba con su cabeza.

-Seí±or Presidente, buenas noches.

-Te hablo para expresarte mi sincero reconocimiento y felicitación por esta etapa de 27 aí±os de tu notable carrera de periodista al frente de 24 Horas. Desde este magní­fico espacio de información y comunicación que ha constituido 24 Horas…

Guadalupe Peláez, mejor conocida como Lupita en ese noticiario, fue quien pasó las llamadas a Zabludovsky durante 17 aí±os desde que en 1981 la encontró en uno de los pasillos de Televisa y le pidió trabajar con él.

Lupita tení­a unos 20 aí±os cuando caminaba por uno de los pasillos de Televisa y vio salir a Jacobo Zabludovsky de otro pasillo cercano a su oficina, lo saludó y en ese momento el periodista le preguntó «¿Puedes trabajar conmigo?», recuerda por teléfono entre pausas y voz entrecortada horas después de la muerte del conductor de 24 Horas, por un derrame cerebral.

Lupita entró a 24 Horas diez aí±os después de su primera transmisión. Y pasó los siguientes 17 colaborando con el conductor caracterizado por los lentes redondos, grandes audí­fonos de diadema y criticado por ser vocero del viejo régimen priista.

Eran mancuerna

La cercaní­a que tení­a Zabludovsky con el gobierno quedó plasmada en esa llamada cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo llamó al programa el último dí­a de transmisión para darle la despedida. Lupita contestó el teléfono.

«La llamada del seí±or presidente Zedillo. í‰l llamó al noticiario para despedirse del licenciado Zabludovsky. í‰l llamó y después se lo comuniqué (…) Es impactante que un Presidente hable por teléfono, pero para una personalidad como el licenciado Zabludovsky yo creo que estaban al nivel», explica Lupita, ahora de 54 aí±os.

Lupita no era la única en pasar las llamadas, era un equipo, aunque ella era la que aparecí­a en pantalla. «Era buscar el contacto, no existí­a el decir no puedo, no lo localizo o no encuentro el número. Ahí­ tení­a uno que hacer las cosas». Aunque hubo ocasiones en que le fue difí­cil contactar a un entrevistado: «a veces las lí­neas no entraban y el licenciado me preguntaba si ya tení­a a la persona en la lí­nea».

Lupita y Jacobo hicieron mancuerna en 24 Horas y una familia afuera del programa. Como la vez que ella se acercó al periodista y le dijo que se iba a casar y querí­a fuera su testigo. «í‰l me dijo que con todo gusto estaba conmigo. Digo, aparte de todas las… perdón… aparte de todas las experiencias y momentos que pasamos juntos. A él y a toda su familia siempre convivimos muy bien. Los quiero mucho a todos», cuenta mientras el nudo en la garganta formado por los recuerdos la invade.

Otros tiempos

Jacobo Zabludovsky es criticado porque «no le quedaba otra más que decir y hacer lo que tení­a que decir y hacer», dijo Lolita Ayala, conductora de noticieros Televisa y colaboradora de «24 Horas».

«Eran otros tiempos, la realidad exigí­a que se tuvieran ciertos cuidados. No es como ahora, que todo mundo tiene voz y se le presta el micrófono, entonces, habí­a un poco más de restricciones a nivel gubernamental , por supuesto, y la situación, las circunstancias del paí­s hicieron que Jacobo fuera criticado, porque a él no le quedaba otra más que decir y hacer lo que tení­a que decir y hacer», dijo.

Durante casi tres décadas, Zabludovsky condujo el noticiero 24 Horas. Comenzó en 1970, dos aí±os después de la matanza estudiantil en Tlateloco y cuando el gobierno pasaba de Gustavo Dí­az Ordaz a Luis Echeverrí­a ílvarez.

Lolita Ayala considera que hoy las cosas son distintas. «Ahora el periodismo televisivo y radiofónico, por supuesto es otro, en mi opinión», dijo en entrevista

Lolita conoció a Jacobo cuando la recibió para que se cambiara de canal 8 a Telesistema Mexicano, y aunque le ofrecieron las perlas de la Virgen, ella le dijo a Jacobo que no traicionarí­a a quien le habí­a dado la mano en canal 8. Eso a Jacobo le impactó: la lealtad era una de sus virtudes.

En 1974, Lolita y Jacobo ya eran compaí±eros en Televisa y ella vio que Zabludovky era amable, comprensivo, generoso.

«í‰l no era la persona que te gritaba o regaí±aba feo, al contrario al siempre que cometí­amos errores, de la mejor manera nos lo hací­a ver y nos hací­a repetir la nota o lo que estuviéramos haciendo. Es un personaje único, único en México, en mi opinión, y va a ser muy difí­cil olvidarlo y que alguien pueda llenar su hueco».

La conductora recuerda a Zabludovsky como un maestro, un amigo y un hombre irrepetible. «Se nos fue el maestro (…) creo que pocas personas tienen los conocimientos y los valores de vida que tuvo Jacobo. Nos enseí±ó a ser periodistas y a ser personas de bien».

(Con información de Milenio)

Graciela Machuca

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