Museo de los Piratas en Campeche: desde los ataques hasta los saqueos

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Agencias
CAMPECHE, México.- La quietud de una villa como Campeche, ubicada en la costa del sureste de México, fue quebrantada por los piratas, quienes llegaron a esta tierra para saciar su hambre de saqueo, por ser este puerto la salida y entrada de mucha riqueza. El aí±o de 1559 marcó el inicio de ese tipo de invasión de los famosos piratas, que en sus barcos arribaban a Campeche para amenazar la seguridad y economí­a del que se significara como el punto económicamente más activo de la Pení­nsula de Yucatán, y con una salida al mar que lo hací­a aún más atractivo para la bonanza.

La historia, que data del siglo XVI, nos remonta a comprender el porqué de la importancia de la figura de los piratas en la cultura de los campechanos, que incluso dejaron su sistema amurallado de defensa de la villa que permanece como un atractivo cultural y turí­stico para los visitantes. Barcos, caí±ones, murallas y ataques para llevarse productos de gran valí­a son parte de Campeche, pues la historia lo marcó así­ al ser colonia de Espaí±a y base mercantil de los productos que desde ese punto salí­an hacia Europa.

Al respecto, el cronista de la ciudad, José Manuel Alcocer Bernés, autor del libro ”San Francisco de Campeche, entre baluartes, piratas y leyendas», en entrevista con Notimex explicó que aunque el fenómeno de la piraterí­a ya existí­a, a esta villa llegaron esos corsarios tras ser un punto clave de entrada y salida de mercancí­as.

Un sitio emblemático de la ciudad es sin duda el Museo de los Piratas, ubicado en el Baluarte de San Francisco en pleno Centro Histórico de Campeche, el cual está dividido en tres salas donde exponen desde sus armas, historia, objetos personales y réplicas de naví­os en los que estos hombres atravesaban los océanos.

Con un costo de 15 pesos este museo lleva al visitante por el mundo de los piratas, que llegaron a invadir la villa de San Francisco de Campeche en busca de riquezas que en este sitio se acumulaban. La historia cuenta que los invasores atacaron constantemente a Campeche y los pobladores al principio indefensos y tomados por sorpresa, se organizaron para protegerse, para luchar contra el enemigo y más tarde edificar unas murallas que se convirtieron en el sistema de seguridad único en América.

El recinto tiene en sus salas objetos personales de los ladrones del mar como vasijas, espadas, baules, llaves, grilletes, platos, armas, brújulas, relojes, mapas, réplicas de los naví­os, vestimentas, biografí­as de los personajes más sanguinarios que arribaron a este puerto y los capí­tulos que marcaron en la historia de Campeche. El recorrido por esas tres salas en el baluarte de San Francisco, enclavada en las murallas que lucen en el centro histórico de Campeche es una atractivo para los visitantes, porque desde la puerta de entrada transporta al turista al pasado.

Murallas defensoras

A un pasado que permanece inerte en las murallas, en la puerta de madera con herrajes que permite entrar al mundo de los filibusteros, corsarios y piratas. Y un pasaje en lo alto que permite a los visitantes pasear por la fortaleza desde las alturas de las murallas y baluartes que aún albergan campanas que se usaban para avisar del arribo de piratas y caí±ones para usar en defensa de los invasores.

Paredes pintadas de un color amarillo son el marco de vitrinas y lonas con los detalles técnicos de los tipos de naví­os, de mercancí­as, de rutas, biografí­as de los corsarios más temidos y que arribaron a esta villa de Campeche. Alcocer Bernés, sentado en su despacho del Archivo General como cronista de la ciudad, relata que un punto clave para que los piratas llegaran a Campeche fue la codiciada madera llamada palo de tinte que se almacenaba en el puerto y que era de gran valí­a en Europa, lo que llamó la atención de los hombres del mar.

Entre los piratas más sanguinarios que pasaron por campeche, destacan ‘Lorencillo’ y ‘El Brasiliano’

Lo malo, aseveró, es que una vez arribando a Campeche, los ladrones no se limitaban a vaciar las bodegas, sino que se emborrachaban y cometí­an atropellos con la gente, con las mujeres, asesinaban, entraban a las casas a robar el oro y las cosas de valí­a. ”Es por eso que era necesario tomar acciones para defender la villa y se empieza a pensar en cómo amurallarla y poner bases militares en las partes altas, para alertar y defender a la población de ataques piratas», detalló el historiador.

La población de la villa, comentó, viví­a en alerta permanente, se establecieron mecanismos de vigilancia y avisaban con un disparo al notar la presencia de barcos desconocidos para dar tiempo a la gente que se escondiera. Uno de los asaltos de más destrucción fue el realizado en 1633, encabezado por Cornelius Holz alias ”Pie de palo» y Diego ”El Mulato», quienes invadieron y saquearon la villa durante tres dí­as pese a la defensa organizada de 300 hombres para contener la delincuencia.

”El problema estratégico es que la base militar más cercana estaba ubicada en Mérida, Yucatán, entonces se daba aviso inmediatamente, pero en lo que tardaban en llegar, los piratas ya habí­an asaltado la villa y les habí­a dado tiempo de retirarse», detalló el académico y especialista en el tema. Las visitas de corsarios, continuó, se hicieron cada vez más seguidas y sanguinarias, al grado que en 1663 en varias naves enemigas llegaron a Campeche piratas liderados por Edward Mansvelt, donde duraron 15 dí­as cometiendo tropelí­as, incendios, saqueos, destrucción y se apoderaron de 14 naví­os llenos de mercancí­a.

Desfile de piratas

A pesar de la resistencia de los pobladores el saqueo fue total y hubo bajas de autoridades y piratas, el mismo Mansvelt, salió herido de Campeche y murió al poco tiempo a consecuencia de esas lesiones. El desfile de piratas siguió con Bartolomé ”El Portugués», Juan David Nau ”El Olonés», Laurent de Graff ”Lorencillo», William Parker, Cornelius Holz, Diego ”El Mulato», Jacobo Jackson ”El conde de Santa Catalina», Henry Morgan, Rock ”El Brasiliano», Lewis Scott, entre los más sanguinarios.

Alcocer Bernés resume que quien nació en Campeche tiene en su cultura a los piratas, toda su historia, la defensa de la villa, las luchas, el auge comercial que ahora sigue viva en sus murallas, museos, baluartes y fuertes, ”Tan es así­ que seguimos viviendo con los piratas, con esos personajes que ahora dan nombre a bares, discotecas, restaurantes, el propio equipo de beisbol profesional, es decir que es parte de nuestra cultura diaria y de lo que somos y pensamos», concluyó.

José Manuel Alcocer Bernés tiene menciones honorí­ficas por la Universidad Nacional Autónoma de México en Historia, Enseí±anza de la historia hasta posgrado. Tiene en su haber publicaciones en gacetas, libros, diarios y revistas especializadas, con reconocimientos a nivel nacional e internacional por sus conocimientos y trayectoria.

(Información de Notimex)

Graciela Machuca

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