En entredicho la procuración de justicia en Quintana Roo

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POR ESTO

La persecución convertida en órdenes de aprehensión en contra de numerosos funcionarios de la Fiscalí­a General de Justicia de Quintana Roo, por el vergonzoso caso de Héctor Casique Fernández, acusado de la masacre del bar ”La Sirenita» y ejecutado a balazos por el crimen organizado tiene un transfondo que desnuda por completo la falta de procuración de justicia en la entidad y los nulos resultados que se tienen en esta materia.
Mientras avanza el proceso de la detención de estos funcionarios — también hay ex funcionarios -, al dí­a de hoy no se tiene resolución, solución o avance, de al menos 100 casos de alto impacto que la Fiscalí­a debe de resolver.
Más aún, los seí±alamientos en contra de la Fiscalí­a por falta de resultados no sólo se acrecentan y multiplican, sino que se han convertido en un factor determinante para que la inseguridad se apodere de Quintana Roo, sobretodo en la zona norte, junto con otras corporaciones policí­acas, actualmente sin resultados concretos.
Y es que la Fiscalí­a ahora va en contra de la Fiscalí­a.
Ahora ha trascendido que son 12 ordenes de aprehensión, pero se espera que sean 33 por hechos relacionados con Héctor Casique Fernández, (a) ”El Diablo» acusado de ser el autor intelectual de la masacre en el bar ”La Sirenita» y, quien fue ejecutado por la delincuencia organizada el 9 de junio de 2017.
Tras nueve meses de haber dejado la cárcel, un grupo de sicarios ejecutó a Héctor Casique Hernández, quien ”obtuvo» una disculpa pública por recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por haber ”sufrido» un caso de tortura por parte de la Policí­a de Quintana Roo en 2013. Mientras que, nadie se ocupó de las ví­ctimas inocentes y de las familias que fueron afectadas con la masacre del bar, que se le atribuye a Casique Fernández.
La ejecución de ”El Diablo» tuvo lugar al interior de la marisquerí­a ”Los Koras», en la entrada a la delegación Alfredo Vladimir Bonfil, perteneciente al municipio de Benito Juárez, cuya cabecera es Cancún.

La detención de Casique Fernández, alias ”El Diablo»

Héctor Casique Fernández, fue detenido el 16 de marzo de 2013, acusado de pertenecer al Cártel del Golfo y participar en la matanza de siete personas en el bar ”La Sirenita».
El 10 de marzo de 2014, fue liberado por primera ocasión, sin embargo, fue reaprehendido inmediatamente con las mismas acusaciones, pero con un nuevo testigo que resultó ser otro uno de los sicarios.
Casique Fernández, a quien incluso, se le aplicó el ”Protocolo de Estambul», dejó el Centro de Reinserción Social (Cereso) finalmente en septiembre de 2016 por falta de ”elementos en su contra».
Asimismo, Casique Fernández fue exonerado de delitos de narcotráfico y delincuencia organizada, luego de ”comprobar» que fue torturado por elementos de la Fiscalí­a de Quintana Roo para aceptar los cargos durante la administración del ex gobernador Roberto Borge. Esos elementos fueron quienes lo detuvieron, procesaron y mantuvieron preso.
Sin embargo, para varios grupos afines a ”El Diablo», la ”duda» quedó reflejada en el proceso, pues hubo testigos que confirmaron la participación de Héctor Casique en la balacera del bar ”La Sirenita». Entre las voces de la exprocuradurí­a de Justicia (hoy Fiscalí­a), se habló siempre de una mala conformación del expediente

El ataque al bar ”La Sirenita»

Héctor Cacique Fernández, alias ”El Diablo», fue internado en el penal de Cancún acusado de formar parte del Cártel del Golfo y por haber sido reconocido como uno de los autores materiales del ataque el bar ”La Sirenita» en el 2013.
En la investigación de ese aí±o, se estableció que Héctor Cacique Fernández, alias «El Diablo», tení­a la encomienda de matar a Francisco de Así­s Achach Castro, llamado «La Barbi», secretario general adjunto del sindicato de taxistas ”Andrés Quintana Roo», «porque debí­a dinero a El Apá’, quien al parecer fungí­a como el jefe de la plaza de -Los Zetas- en esta ciudad».
Sin embargo, Cacique Fernández le comunicó a su jefe inmediato que un sicario conocido como ”El Caballo», no contaba con armamento requerido, por lo que fue relevado por Roger Gabriel Alfaro Pacheco, identificado también como «El Humo».
En ese entonces, el titular de la Procuradurí­a General de Justicia del Estado de Quintana Roo detalló que en sus declaraciones, «El Diablo», de 27 aí±os, y quien cobraba «derecho de piso» a comerciantes de la ciudad y de la zona hotelera, reveló que él entregó a Alfaro un sobre con la fotografí­a de la persona que iban a matar y las instrucciones que debí­a cumplir.
Héctor Cacique refirió que a las 18:00 horas, de 14 de marzo de 2013, recibió una llamada de un sujeto conocido como «Gere», quien le informó que ya se habí­an realizado «los pelotazos».
Sin embargo, también le informaron a ”El Diablo» que «El Humo» se alocó y disparó contra varios comensales en el bar ”La Sirenita», ubicado en una zona popular de Cancún y donde fallecieron siete personas.
Cacique Fernández y Alfaro Pacheco fueron detenidos y puestos a disposición del Ministerio Público.
Según la versión oficial de aquel momento, ”El Diablo» era clave en la lucha que sostení­an por esos dí­as el ”Cártel del Golfo y Los Zetas», por controlar la plaza.

Fallas judiciales, complicidades dentro de la Comisión de Derechos Humanos

Después de su detención, Héctor Casique, se hizo de un aparato de comunicación que comenzó a contar sus versiones sobre su detención.
Mediante las complicidades que se dieron en la Comisión de Derechos Humanos, la versión de ”El Diablo» cobró más fuerza y a la par de la mala integración de su expediente, logró su libertad.
Así­, el presunto criminal fue liberado el 10 de marzo de 2014, tras ser absuelto de los cargos de homicidio.
Sin embargo, volvió a ser detenido una vez más y recluido en la cárcel de Cancún, donde comenzó sus acusaciones ”sobre tortura y abuso hacia su persona». Además denunció ”los maltratos» por los que pasó, tras su detención.
Luego de tres aí±os y seis meses, Héctor Fernández, fue liberado el viernes 23 de septiembre de 2016, debido a que se dijo habí­a falta de elementos.
Abandonó el penal escoltado por diversos automóviles, así­ como tres motocicletas; el antes mencionado enfrentaba cargos por delitos como homicidio, delincuencia organizada, entre otros.
Y posteriormente fue ejecutado a balazos.
Ahora y tras la exhibición que Héctor Casique Fernández, hizo de la Fiscalí­a General de Justicia, se desata una cacerí­a contra los elementos y ex elementos de la polémica dependencia.
Todo para impartir justicia a un muerto. En donde quedó impune de una matanza de siete personas en el bar ”La Sirenita».
Y que ahora exhibe de nuevo a la Fiscalí­a General de Justicia del Estado, que va en su contra y contra elementos y ex elementos.

Graciela Machuca

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