YouTube paga a ”informadores» que polarizan. ¿Nuevo chayo?

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Miradas de reportero

Rogelio Hernández López 

Poco a poco se despejan enigmas en México sobre cuántos son, cuánto cobran y a quién los presuntos informadores en las redes sociales que estimulan la polarización polí­tica. Son cientos quienes encontraron nuevas formas de generar ingresos descalificando al periodismo profesional; que quizá hallaron otro modelo de negocios, pero lo cierto es que lograron un nuevo modo de vida, pero con muy poca ética profesional. 

Ahora se puede saber que estos ”informadores» han creado liderazgos en al menos 375 comunidades o grupos dentro de la red, también llamados clúster; la mayorí­a se presenta como la alternativa al periodismo convencional y los más destacados le cobran a YouTube al menos 18 mil pesos mensuales por difundir masivamente ”información» sesgada con interpretaciones sin sustento, presentada estruendosamente (con letras mayúsculas y signos de exclamación) con el fin de estimular sensaciones y exacerbar ánimos. Lo contrario al periodismo ético. 

Los nuevos datos pueden encontrarse en el informe titulado ”Atmósfera electoral 2021: el INE en redes» producido por los especialistas del laboratorio Signa Lab del Iteso (Universidad Jesuita de Guadalajara) y en el sitio web de La Asociación Mexicana de Capacitación de Personal y Empresarial, A. C. (AMECAP) en su reporte ¿cuánto gana un YouTuber en 2021? (https://signalab.mx/2021/04/19/atmosfera-electoral-1/ y https://amecap.com.mx/cuanto-gana-un-youtuber-en-2021/) 

Nuevos datos 

Por ejemplo, el informe de Signa Lab del Iteso reporta que desde 2018 ha crecido en México el segmento de personas que cobran a YouTube (monetarizan) por ”informar» y que tan sólo en el último aí±o, ya son más de a 630 ”los canales de YouTube en el paí­s que superaron el millón de seguidores». 

A estos neo ”informadores» se les llama genéricamente YouTubers y la plataforma mundial les paga un tanto por cada video visto por mil personas y esos tantos varí­an de los 10 a los 120 pesos mexicanos cada uno, informa el sitio de AMECAP. 

Esto significa que, si un YouTuber ”informador» mexicano coloca 3 videos cada dí­a sumará 90 videos por mes y si estos los miran 100 mil personas, entonces tendrí­a derecho a cobrar 900 tantos (90 por 10). Y si cada tanto se lo pagan en la tarifa más baja, de 20 pesos, obtendrí­a un cobro de 18 mil pesos mexicanos cada mes, por lo menos. 

En contraste, el salario promedio de las y los reporteros con formación profesional y con empleo oscila entre los 7 mil 500 y 9 mil pesos al mes. Muchos de los llamados YouTubers descalifican a 

estos informadores profesionales con el mote de chayoteros para presumir que ellos si informan con verdad. 

El INE gana en Twitter y pierde en YouTube 

El informe de Signa Lab del Iteso sobre el Instituto Nacional Electoral (INE) dice haber registrado 134,735 publicaciones con la palabra INE en dos periodos de descargas: 26 al 28 de marzo y 3 al 10 de abril y que los 5 tuits de más alto alcance (mayor número de retuits) fueron uno en contra y cuatro de apoyo a las decisiones del árbitro electoral o de cuestionamiento a actores polí­ticos que se han inconformado con sus acciones. 

Allí­ se lee también que muchos usuarios sistemáticos de las redes sociales ya utilizan simultáneamente varias plataformas para ampliar el alcance de sus mensajes, por ejemplo, videos en YouTube que potencian al promoverlos en Twitter, la otra red de mayor alcance. Aquí­ participan usuarios de los dos bandos de la polarización- 

Estos canales suelen aprovechar la percepción generalizada de descrédito de los medios de comunicación tradicionales (sobre todo de Televisa y de varios periodistas que han sido parte de la empresa y que ahora están en otros medios digitales), reafirmada de manera recurrente por el presidente en sus apariciones matutinas. 

Uno de los hallazgos de esta investigación de Signa Lab es que este tipo de mensajes polí­ticos de aprobación o desaprobación (que no conversación) han cobrado mucha presencia en YouTube, donde el INE quedó en desventaja numérica en el periodo examinado. 

”Signa Lab descargó la red de videos más vistos que el algoritmo de YouTube jerarquiza en la búsqueda ”AMLO / INE», a continuación, se filtraron los videos subidos del 1 de diciembre de 2018 (fecha de la toma de protesta de López Obrador como presidente) al 9 de abril del 2021 

”YouTube es una de las redes sociales más utilizadas en México, la principal para el consumo personalizado de video. En el último aí±o, los canales de YouTube en el paí­s que superaron el millón de seguidores llegaron a 630.» 

Los nuevos modos 

”Hay que seí±alar que la monetización en esa plataforma se genera entre otros factores, por las vistas que acumula un video», confirmaron varias veces los especialistas de Signa Lab. 

”Estos canales en YouTube, a su vez, han sabido aprovechar la narrativa presidencial y el legí­timo descontento de las audiencias en contra de los medios tradicionales (sobre todo de las televisoras Televisa y TV azteca), a la hora de encuadrar o construir el enfoque de sus propios contenidos. Y también han construido una gramática de apoyo al presidente, que consiste en exacerbar, con letras mayúsculas y signos de exclamación, los ataques a los actores que se muestran crí­ticos con las decisiones y declaraciones oficiales. 

”Este encuadre admite cada vez menos matices y podrí­a ser visto como elemento que atiza el ambiente de polarización polí­tica a nivel nacional. 

”Las estrategias de editorialización de estos canales confunden informalidad y simplicidad en la presentación de contenidos con objetividad y veracidad; y se aprovechan del descontento legí­timo hacia otros medios, para atacar a todo aquel que cuestione al presidente. En esta dinámica, el INE ha sido uno de los actores que, durante los últimos dos aí±os, ha sido seí±alado por el mandatario, y sobre todo apuntado por distintos canales de YouTube afines a la 4T, como una institución digna de distintos niveles de desconfianza y desprecio. 

”Se trata de un despliegue estético de los youtubers que insisten en desligarse de los medios tradicionales y presentarse como paladines de ”la verdad» o informadores de lo que ”no se dice en otros espacios. Con sus variantes, estas y estos youtubers, logran generar -a través de estos encuadres- narrativas concretas, sentido de pertenencia y formas de percepción de la realidad, recurriendo al humor y en muchas ocasiones a falacias ad hominem, dirigidos sistemáticamente a la disidencia del discurso oficial.». 

Entre periodistas sabemos que son pocos los profesionales de la información periodí­stica que han incursionado exitosamente en la utilización de YouTube, pero mostrando apego a la deontologí­a de esta profesión. Los canales triunfantes son muy conocidos: Arí­stegui noticias, Julio Astillero, Cultura Colectiva News y otros pocos. 

¿Cómo nombrarles? 

En contraste habrí­a que encontrar un adjetivo para quienes NO SON periodistas, pero logran e ingresos significativos por sus grandes audiencias al utilizar redes socio digitales como YouTube; ingresos que no son salarios, tampoco son transparentados y son base de un nuevo modo de vida. Muchos de estos neo ”informadores» califican como chayoteros a los periodistas profesionales Chayoteros 

El Diccionario del espaí±ol del Colegio de México asegura que Chayotero es un sustantivo masculino aplicado al Pájaro fringí­lido del género Atlapetes, pequeí±o, semejante al gorrión, de pico más o menos cónico con tres tipos de color en la cabeza verdosa, de nuca blanca, o castaí±a. 

Pero hay otra acepción en México: Chayotero –explica Erick Moreno Lestarjette, sociólogo maestro del ITESM CEM, —”es una expresión mexicana, coloquial, peyorativa dirigida hacia aquel periodista que se expresa muy positivamente sobre el trabajo de un polí­tico y del que se sospecha recibe chayote (…) Entonces quien trabaja con chayotes será un chayotero». 

¿Cómo llamar al pago que hace YouTube por circular mensajes sin ética profesional? ¿Cómo denominar a los neo ”informadores» que cobran a YouTube cada vez que deforman intencionalmente los hechos por agradar a uno u otro bando polí­tico? — 0 —

Graciela Machuca

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