A la presidenta de Carrillo Puerto solo le importan sus negocios y buscar otro cargo, mientras el desgobierno afecta a la ciudadanía 

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Necesariamente Incómoda

Foto: elquintanarroense.com.mx

Graciela Machuca Martínez 

La ciudadanía del municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, le ha ido de mal en peor con sus últimas autoridades municipales, las cuales han preferido sus intereses personales y de grupo que resolver las múltiples necesidades sociales que tiene la cabecera municipal y sus diversas comunidades, en donde vive el pueblo maya que dio origen e identidad a esta entidad federativa de la república mexicana.

Cómo sucede en la mayoría de los estados donde sobreviven pueblos originarios, en Quintana Roo se ha utilizado al pueblo maya para fines electorales y de conveniencia política y económica para el otrora hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), así como los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática (PAN y PRD) y ahora, ya no digamos para el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).

De 2016 a 2018 estuvo al frente del Ayuntamiento de Felipe Carrillo Puerto, la priista Paoly Pereda Maldonado, quien hasta la fecha sigue cobrando como regidora, sin saberse que ha hecho por el bien del municipio, más que su consabido tráfico de influencias.

En el periodo 2018-2021 una coalición del los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática llevó al poder a José Esquivel Vargas, cuya administración fue tan desastrosa que ningún partido político de los que lo llevaron a ser presidente municipal le dieron la confianza para que buscara la reelección.

El pueblo de Felipe Carrillo Puerto ya no quiso saber nada del PRI, ni del PAN, ni del PRD y optó por la candidata de MORENA, Maricarmen Hernández Solís, cómplice de los malos manejos de la administración de Esquivel Vargas, donde se desempeñó como regidora y le solapó muchas anomalías, desde luego que a cambio que le financiara la campaña electoral, como lo declaró el propio Esquivel Vargas al terminar su gobierno, por ello estaba tranquilo que la justicia no lo alcanzaría.

El electorado carrilloportense confió en el partido creado por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador,  así como en su candidata por ser una mujer joven y vinculada a la zona maya, pero la clase política le volvió a fallar, porque todos los partidos políticos están cortados con la misma tijera, desde luego que MORENA no está exento de buscar el poder por el poder y no para ayudar a la gente, porque es un híbrido de priistas, perredistas, panistas y algunos fundadores que muy pronto fueron desplazados por los experimentados tránsfugas de los partidos tradicionales.

Al caminar por las calles de la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, por las diversas localidades que conforman el municipio, nos percatamos que ningún partido político ha sido capaz de buscar el desarrollo del pueblo maya, todas aquellas personas que por medio de esos partidos políticos llegaron al Ayuntamiento lo hicieron para incrementar su peculio, para dar en bandeja de plata contratos de obras y servicios a sus amigos y socios, quienes de manera sistemática elevan los costos y entregan obras de pésima calidad.

Ahora, que en unos meses más iniciará el proceso electoral 2023-2024 tanto a nivel federal, estatal y municipal, la ciudadanía de Felipe Carrillo Puerto se encuentra en un dilema, por quien votar, porque de las opciones solo podría estar el menos malo.

Si Maricarmen Hernández Solís buscará la reelección o  con el apoyo de la dirigencia estatal de MORENA aspirará a una diputación local o federal, si es que no quiere una senaduría, tendrá que explicar al pueblo de Carrillo Puerto que ha hecho con el multimillonario presupuesto que ha recibido desde 2021 y que hasta le fecha no se ve en qué lo ha invertido, más que en sus casas y en darse millonarios lujos como es la camioneta en que se transporta, mientras muchas personas enfermas o con alguna discapacidad no pueden salir de sus comunidades para recibir atención médica porque no tienen ni para el pasaje.

La falta de políticas públicas dirigidas al área de seguridad pública ha generado que por todo el territorio municipal se haya extendida la delincuencia común y la organizada y las evidencias están por todos lados, homicidios, feminicidios, asaltos, cobros de derecho de piso, amenazas, extorsiones, daños en propiedad ajena.

La anarquía ha llevado a que en la comunidad de Señor, se haya determinado toque de queda después de la media noche, porque la delincuencia opera sin límites, simplemente porque la autoridad municipal no quiere cumplir sus funciones que le impone el Artículo 115 de la Constitución Federal en materia de seguridad pública.

 

Ante la omisión de las autoridades municipales, la población no tuvo opción que acordar el toque de queda, acuerdo que se está valorando poner en marcha en otras comunidades mayas, incluso, el riesgo de los linchamientos resurge cuando la autoridad no existe. Desde las comunidades mayas se está haciendo un llamado de atención al gobierno de Hernández Solís, porque ya están hartas de que nunca tengan el apoyo de la policía municipal.

El pasado miércoles por la noche, una ciudadana de Felipe Carrillo Puerto, donde está el cuartel de la policía municipal, llamó a la policía al ser víctima de un delito, pero esta, después de media hora no llegaba, lo que despertó la indignación de la víctima y del pueblo que se enteró a través de las redes sociales.

Pero a la inseguridad y a la negligencia de la policía municipal se suman la incapacidad de la presidenta municipal para resolver asuntos tan básicos como es la recolección de basura y su procesamiento, así como el servicio de drenaje y conservación de calles.

La basura se acumula por todo Felipe Carrillo Puerto, porque no hay un sistema diseñado para que el gobierno municipal cumpla con su obligación.

Las condiciones en que opera el rastro municipal son insalubres, porque no han un control de calidad y los desechos son arrojados a la vía pública donde perros y aves de rapiña se disputan los desperdicios cárnicos de ese establecimiento.

A la presidenta municipal ya no le interesan los servicios públicos básicos a los que tiene derecho el pueblo de Felipe Carrillo Puerto, los cuales desde luego que los paga, ahora, su prioridad es su carrera política, porque ya se siente en una curul en San Lázaro o levantando el dedo en la sede del Poder Legislativo local en la ciudad de Chetumal.

Graciela Machuca

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