11 Dí­a de Acción: No más violencia» a las Mujeres

0

SEMlac

Bolivia:  «Las trabajadoras asalariadas del hogar vivimos todas las formas de violencia»

Por Helen ílvarez Virreira

Yola Mamani es trabajadora asalariada del hogar y radialista. Junto con siete de sus compaí±eras dirige el programa «Soy trabajadora del hogar con orgullo y dignidad», que se emite a diario en Radio Deseo. Su finalidad es denunciar las diferentes formas de explotación laboral a las que están expuestas las mujeres.
Desde este espacio, le es posible apoyar a otras trabajadoras del hogar que sufren violencia; ellas forman parte de uno de los sectores más discriminados en Bolivia, porque son emigrantes del campo que no tienen otra opción laboral. La mayorí­a vive en la casa de la empleadora, lo que implica un trabajo sin horarios.
Ella comenzó a trabajar a los nueve aí±os. Hoy, a los 28, identifica en sus compaí±eras las mismas experiencias que vivió y que la convirtieron en una mujer luchadora. Por eso, parte de su rutina es acompaí±ar a mujeres que han sido despedidas a poner la denuncia al Ministerio de Trabajo, a entregar citaciones o a recoger sus pertenencias.

¿Qué tipo de violencias sufren las trabajadoras asalariadas del hogar?
Las más visibles son la fí­sica y la psicológica, tanto de la empleadora o empleador, como del mismo Ministerio de Trabajo. Cuando se quiere hacer una denuncia te piden pruebas, pero eso no es posible si se trata de acoso o te insultan diciéndote «india bocona y malagradecida». También es violencia cuando te despiden de la noche a la maí±ana, a pesar de que la ley establece que tiene que haber un preaviso.
Cuando eres nií±a te golpean, no te puedes defender… sólo lloras; te jalan del pelo, te pellizcan, te empujan; eso hací­a mi empleadora. Nunca la he denunciado, me parecí­a normal. En una casa, es como si tu mamá te pegara por haber hecho algo mal, aunque no lo hayas hecho.
Tampoco te pagan lo que te corresponde. El sueldo es bajo, 500, 600, 800 bolivianos, a pesar de que el salario mí­nimo nacional es de 1.000 bolivianos (unos 140 dólares); a veces les pagan en cuotas, no les pagan su aguinaldo, ni sus beneficios sociales; no les quieren dar vacaciones o no las dejan tener su dí­a de descanso.


¿Consideras que es una forma de violencia el no dejarles estudiar?
Sí­, tienes que pelear para ir a estudiar. Ellos te dicen «¿para qué vas a estudiar, si vas a estar en la cocina?».Es una forma de violencia que no se toma en cuenta.

¿Qué casos de violencia has visto contra tus compaí±eras?
Son muchos similares a mi historia y eso me da fuerzas para apoyarlas. Muchas sólo quieren ser escuchadas, porque el trabajo las ha aislado de su familia. O piden orientación sobre beneficios sociales porque les hacen creer que, como no son funcionarias públicas, no les corresponde.

¿Qué deberí­an hacer las trabajadoras del hogar?
Primero deben asumir que tienen derechos. Muchas dicen «mi jefa me trata bien, aunque sea me da un techo». En el programa, además de las denuncias también difundimos los derechos. Yo generalmente no quiero hablar de las obligaciones, porque la empleadora siempre te está haciendo recuerdo.
El Ministerio de Trabajo no ayuda y resulta que, por 300 bolivianos, tienes que ir a juicio y las compaí±eras vienen llorando a buscarnos. Los conciliadores nos dicen «arréglense entre ustedes, tanto tiempo han vivido juntas». Entonces yo le digo «¿dónde dice en la ley que los derechos se deben negociar? Más bien dice que son irrenunciables». Pero no hacen nada y nosotras tenemos que defendernos de la explotación laboral, que es otra forma de violencia.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *