Expresiones sexoafectivas en la red

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En este artí­culo me interesa dar cuenta de un panorama general, en nada exhaustivo, a partir del cual intentaré, en consonancia con lo ya investigado por el proyecto EROTICS del Programa de derechos de las mujeres de APC, conocer un poco más de cerca de qué manera las resistencias, los prejuicios y algunas regulaciones de los estados y de las empresas privadas que brindan servicios relacionados con la comunicación e internet, ayudan o no a la diversidad de expresiones en lo que concierne a los temas referidos a las relaciones sexoafectivas, sus representaciones y redefiniciones.

Tanto varones como mujeres en la franja que va de los 20 a los 30 aí±os, están haciendo un uso extremo de la red, combinando en sus prácticas cotidianas los frutos de aí±os de luchas contra diferentes prejuicios. Tanto los que tienen que ver con el machismo en las expresiones sexoafectivas, como en el uso y apropiación de las nuevas tecnologí­as, podemos empezar a disfrutar de un pequeí±o cambio en las actitudes de una nueva generación, lo que posibilita pensar en un futuro menos estereotipado.

”¿Dónde está el clí­toris?», pregunta un usuario anónimo. ”Googlealo», es la respuesta que recibe de la bloguera que publica su blog especí­fico de temática sexual. Otra bloguera publica sus propias historias y comparte las que les enví­an sus seguidoras’ sobre los primeros orgasmos, las dudas respecto de sus prácticas sexuales y consejos eróticos de todo tipo. Estos blogs, aunque profusamente ilustrados con imágenes explí­citas, sirven de punto de encuentro para quienes necesitan hablar de los temas que las clases de educación sexual no les enseí±aron, por ejemplo.

Durante los aí±os en los que las redes sociales cobraron auge y la autopublicación (los blogs y fotologs, por ejemplo) perdí­an interés entre usuarios/as de internet frente a las más dinámicas que apenas exigí­an la escritura de mensajes de 140 caracteres o menos, se escuchó decir que los blogs enfrentaban una grave declinación. Luego de una serie de readaptaciones que permiten a estos diarios en lí­nea tener diseí±os renovados, un formato intermedio llegó hace unos aí±os con el fin de permitir la interrelación entre ”creadores». La simpleza de la interfaz hace que la autopublicación no tenga lí­mites, sólo los de tu imaginación. La combinación de esto con el acceso a internet cada vez más amplio, que incluye poder navegar desde tu casa, un terminal en un centro educativo, o un pequeí±o teléfono móvil, permite pensar que los blogs pueden seguir coexistiendo y avanzando a la par de las redes sociales.

Con estas nuevas herramientas a la mano se encuentran las nuevas generaciones, sobre todo quienes se criaron — y educaron, divirtieron, fantasearon — frente a un teclado y una pantalla desde su nií±ez. Entrelazando las exploraciones en torno a una necesidad tanto de expresar identidades sexuales y de género con las actividades propias de hackers y ciberactivistas, podemos encontrar hoy por hoy numerosos blogs y grupos en redes sociales compartiendo, haciendo uso de la libertad de expresión como un derecho humano básico y creando contenidos originales.

En el caso especí­fico de las identidades lésbicas, las lesbianas masculinas o machonas, un grupo que sufrió durante mucho tiempo la marginación dentro de su propio grupo de pertenencia, aparece en blogs y redes sociales con una creciente aceptación y autoafirmación.

Las diversas expresiones de género, identidades y orientaciones sexuales, también son acompaí±adas por una resistencia hacia los estereotipos que intentan normalizar cuerpos, tanto de mujeres como de varones. No sólo aportando a la imaginerí­a un sinfí­n de variedades de cuerpos sino también y lo que puede llegar a ser muy importante en un futuro cercano: la contención y el acompaí±amiento a quienes tienen dudas e inseguridades. El bullying, o acoso escolar, ya cuenta con un creciente número de campaí±as para reconocer y cambiar las actitudes discriminatorias y/o violentas hacia nií±os, nií±as y jóvenes en edad escolar.

Todas estas actitudes positivas, iniciativas que están creando en este momento otra realidad, no debe ser vista con una mirada ingenua o cándida. Hay como siempre quienes no tienen las mejores actitudes respetuosas a la hora de interactuar en la red, los blogs, las redes sociales, etc. Si bien, como se seí±ala en el informe producto de la inverestigación del proyecto EROTICS, las interacciones en redes sociales o canales de chat por parte de grupos de identidades sexuales disidentes ”no es vista como activismo’ en el sentido convencionalmente establecido por la polí­tica fuera de lí­nea, este tipo de participación es una forma significativa de afirmación sexual, de lucha contra un discurso de prejuicio y odio y que persigue la seguridad en lí­nea.» (1)

Pero a la hora de sentarnos a analizar sus motivaciones e impactos es importante contextualizar tanto la accesibilidad que los grupos de pertenencia tienen respecto de internet y otros medios de comunicación, como su interacción con movimientos similares fuera de lí­nea (grupos feministas, movimientos de diversidad sexual, e inclusive artistas y colectivos artí­sticos que estén produciendo sus aportes en estos temas). Cuando pensamos estas actividades en lí­nea en Latinoamérica en especí­fico, será necesario tomar en cuenta la fuerte polarización que llevan paí­ses como México y Brasil, quienes aportan los mayores niveles de usuarios/as de internet de la región (según la Internet World Stats ambos paí­ses figuran entre los primeros 20 paí­ses a nivel mundial, con aproximadamente 120 millones de usuarios/as).

Para quienes realizamos una parte de nuestro activismo en lí­nea es importante tener en cuenta el fuerte impacto que las redes sociales, apoyadas por una creciente accesibilidad, pueden tener en un determinado tema o campaí±a especí­fica. También es necesario tener en cuenta una posible reacción en contra, de parte de grupos asociados a diversos fundamentalismos religiosos y polí­ticos (derecha católica, iglesias evangélicas conservadoras, etc). A esto a veces se suman los intentos de regulación y limitación de las libertades de acceso y expresión en internet de parte de entidades regulatorias y organismos estatales. Sin embargo, todos estos posibles escollos, frenos o limitaciones, tarde o temprano serán contrarrestados por una necesidad de liberar las expresiones de los distintos grupos humanos. Así­ como sucede en las calles, en los que vemos a ciudadanos/as manifestarse exigiendo y demandando el respeto de los derechos humanos básicos, quienes activan también en lí­nea explorarán nuevos horizontes en busca de expresarse, e incluir a otros y otras. Ya sea desde una página de Facebook, desde un blog, o un canal de chat de una aplicación de telefoní­a móvil de un grupo de activistas, las nuevas tecnologí­as siguen proporcionando oportunidades de exploración, intercambio y expresión.

Graciela Machuca

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