Yucatán: Esfuerzos para alentar la práctica de las cabaí±uelas

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Por quinto aí±o consecutivo, Bernardo Caamal Itzá,ingeniero agrónomo oriundo de Peto, impulsa la observación del clima con el método de las cabaí±uelas, conocidas en maya como xóok k’í­in.

No lo hace solo. Tiene el apoyo de campesinos, algunos de ellos consejeros de la estación de radio XEPET, ”La Voz de los Mayas». Realizan las mediciones con un formato que les permite establecer el comportamiento climatológico durante todo enero, lo cual, según las creencias, regirá después a lo largo del aí±o.

Esta vieja costumbre tiene enemigos de la modernidad: los pocos jóvenes que se animan a trabajar en el campo ya no creen en ella y el cambio climático ha modificado de alguna forma su impacto en el manejo de los cultivos.

Además, se trata de un método que rema contra los avances de la ciencia y la tecnologí­a y muchos investigadores ni siquiera la mencionan. Es la experiencia del antiguo maya en desigual competencia con satélites y modernos equipos de medición.

Bernardo Caamal admite que, como profesional egresado de una universidad, no deberí­a ser creyente de las cabaí±uelas, pero su origen campesino y sus experiencias le llevan no sólo a respetarlas sino a reconocer su importancia en los campos de la Pení­nsula de Yucatán.

Según dice, un ejemplo de la eficacia de las cabaí±uelas fue la observación que promovió a principios de 2012, pues al terminar el aí±o se palpó un cumplimiento de cerca del 80% de las predicciones.

También defiende la aplicación de este antiguo sistema:

”¿Por qué en la ciudad no se le da mucha importancia? Porque aquí­ el elemento más cercano de una persona es un mueble, un televisor, etcétera. En el monte lo es el conocimiento, nada más.

”Cuando no habí­a satélites y la observación tecnológica no se habí­a perfeccionado, la experiencia guiaba a la gente. Si la abuela, basada en los elementos que veí­a en su entorno, decí­a: Va a llover’, seguro que lloví­a.

”Hay elementos naturales que todaví­a se toman en cuenta. Por ejemplo, la creencia dice que si un gallo canta entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche es presagio de norte.

Cedro y hormigas

”Si el cedro despide un olor fuerte, entonces es seí±al de que en dos dí­as lloverá, de acuerdo con la gente antigua.

”Todo eso el campesino lo ve como una predicción. Y no está muy lejos, porque hay árboles y animales que reaccionan a ciertos estí­mulos de la humedad. Es el caso de las hormigas: es presagio de lluvia verlas pasar en gran número cargando sus huevecillos».

Según la tradición, las cabaí±uelas se inician el 1 y concluyen el 31 de enero. Los 12 primeros dí­as corresponden a los 12 meses del aí±o, en orden cronológico; los doce que siguen son también para los meses, pero a la inversa, de diciembre a enero.

Del 25 al 30 de enero, cada dí­a corresponde a dos meses, por partes iguales. El 31, cada hora es para un mes; al llegar al mediodí­a se retrocede, de diciembre a enero, para cerrar el ciclo de observación.

El ingeniero Caamal Itzá subraya que hace cinco aí±os elaboró por primera vez el formato de observación, pero hace tres lo adaptó mejor a las condiciones y comenzó una difusión mayor.

En ese esquema de medición los campesinos indican el comportamiento del clima tal y como establecen las cabaí±uelas, pero también llevan un registro del comportamiento de las plantas, animales y otros elementos del entorno que pueden ser fundamentales para una predicción más acertada. Se tiene que indicar la hora de la observación.

Uno de esos elementos, por ejemplo, es el canto de la cigarra. Se dice que es seí±al de sequí­a o, por lo menos, de varios dí­as sin lluvia en el lugar donde se le oye.

En el caso de las plantas hay que seí±alar cuál es el estado de sus hojas y flores.

También se toman en cuenta las fases de la Luna en cada dí­a del registro, pues se considera que influyen en la siembra y el corte de madera, así­ como en las cosechas.

Bernardo Caamal recuerda que en Tahdziú palpó la importancia de estas costumbres: un campesino, ”don Celso», vio un nido de tórtola en el suelo y de inmediato dijo que ese hecho representa de uno a dos meses de sequí­a.

”Los campesinos saben mucho, basados en su experiencia. No tienen tí­tulos porque no hay una universidad para eso, pero se han formado en la universidad de la vida», aí±ade.- íngel Noh Estrada

angelnoh@megamedia.com.mx

@angelovaliant

Bernardo Caamal Itzá | ¿Quién es?

Orí­genes

Nació en la cabecera de Peto, pero creció en una rancherí­a llamada San Lorenzo. Su abuelo campesino marcó su formación.

La escuela

Para ir a la escuela tení­a que caminar tres kilómetros. Con el paso del tiempo se interesó en la agronomí­a y estudió en el CBTA de Oxkutzcab. Después se trasladó a la capital del paí­s para estudiar en la Universidad Chapingo, donde se tituló de ingeniero agrónomo.

Reconocimientos

Mayahablante al 100%, a los 16 aí±os aprendió a hablar espaí±ol, por necesidades de la escuela. Ha colaborado con la radiodifusora XEPET y es promotor de un proyecto que le ha valido reconocimientos y una exposición en Francia. Ha estado también en Colombia y Argentina.

Graciela Machuca

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