Fallece la actriz y cantante espaí±ola Sara Montiel a los 85 aí±os

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jornada.unam

Madrid. La actriz y cantante espaí±ola Sara Montiel, la primera artista de este paí­s que triunfó en Hollywood y quien tuvo mucha proyección en México, murió hoy a los 85 aí±os en su domicilio de Madrid, confirmaron fuentes gubernamentales.

Montiel falleció en su casa del céntrico y tradicional barrio de Salamanca tras una grave crisis de salud. Su hija Thais estaba con ella con cuando murió.

Sara Montiel, cuyo nombre verdadero era Marí­a Antonia Abad Fernández, nació en Ciudad Real, en la región de La Mancha.

De acuerdo con la biografí­a de su página oficial, Sara Montiel fue la cara más barroca y atrevida del espectáculo, gracias a sus papeles melodramáticos y a su sensual manera de cantar y vestir, en una Espaí±a gris y necesitada de fantasí­a bajo la censura y las limitaciones económicas.

”Actriz de gran éxito comercial, mayormente en las décadas de 1950 y 1960, protagonizó o participó en unas 60 pelí­culas, varias de las cuales alcanzaron enormes recaudaciones internacionalmente», anotó.

Fue la primera espaí±ola en triunfar en Hollywood, donde trabajó con varias de las máximas estrellas de la época, como Gary Cooper, Burt Lancaster, Joan Fontaine, Mario Lanza, Vincent Price, Charles Bronson, entre otros.

Su primer papel de importancia fue en Locura de amor (1948), gran éxito de Juan de Orduí±a protagonizado por Aurora Bautista y Fernando Rey, a la que siguieron La mies es muchaPequeí±ecesEl capitán veneno (1951) de Luis Marquina, protagonizada por Fernando Fernán Gómez.

”Su gran belleza y talento le permitirí­an lograr grandes éxitos aí±os después, pero el cine espaí±ol de entonces le quedaba pequeí±o pues la encasillaba en papeles de cara bonita, y Sara proyectó su ambición hacia el extranjero, concretamente a México y a Estados Unidos», resaltó la biografí­a.

Apuntó que interpretaciones como Cárcel de mujeresPiel canela le abrieron las puertas para entrar a Hollywood en 1954, cuando esa industria estaba necesitada de estrellas hispanas de la lí­nea de Rita Hayworth.

Como cantante, Sara Montiel cosechó importantes éxitos en su carrera, sobre todo al volver a poner de moda el cuplé con su insinuante forma de cantar.

Rompiendo con la tradición de voces atipladas impuesta por Raquel Meller y otras divas, la hoy occisa cantaba con una voz de tesitura más grave.

Es conocida su anécdota durante los ensayos vocales para El último cuplé: como no llegaba a las notas, pedí­a al pianista que bajase de escala, a lo que él respondió ”Si sigo bajando más, me agacho debajo del piano».

Su personal estilo es inconfundible y boleros como Contigo aprendí­ oBésame mucho dieron la vuelta al mundo con su voz.

La canción con la cual será siempre identificada es Fumando espero, con la que Sara Montiel hizo que el fumar, hoy un hábito mal visto, se considerara entonces algo elegante.

La Mae West espaí±ola

Rodó su última pelí­cula hace casi 40 aí±os, pero Sara Montiel mantuvo hasta el final su halo de diva glamourosa, ese que la convirtió en sex-symbol del cine mundial de los 50 y 60.

Su llamativa belleza fue siempre objeto de deseo y admiración.

”Representa la inspiración máxima de un erotismo tranquilizador», dijo de ella el escritor espaí±ol Terenci Moix, quien la apodó la Mae West espaí±ola.

”Estoy indignada con mi belleza», relató ella en alguna ocasión.

”Qué handicap tengo yo, coí±o, por la belleza fí­sica; porque la crí­tica decí­a siempre que era preciosí­sima y nada de mi actuación», defendí­a la artista, cuyos rasgos no solo enamoraron al espectador.

Figuras como el escritor Ernest Hemingway -quien le enseí±ó a fumar habanos de la forma sensual con la que luego cantarí­a ”fumando espero al hombre que yo quiero»- formaron parte de un haber sentimental plagado de conquistas: el dramaturgo Miguel Mihura, quien le enseí±ó a leer y con quien ella se quiso casar, el poeta León Felipe, el Premio Nobel de Medicina Severo Ochoa.

El director Anthony Mann, el productor José Vicente Ramí­rez Olalla y su gran amor, el fallecido industrial Pepe Tous -con quien adoptó a sus hijos Thais y Zeus-, fueron sus maridos.

El más reciente fue el cubano Tony Hernández, 43 aí±os más joven que ella y con el que se casó por lo civil en octubre de 2002, un enlace que para muchos fue ”montaje» y que la llevó a las páginas de la prensa rosa y a los programas del corazón.

Pero aunque Sarití­sima estuviera a partir de ahí­ en boga por el polémico matrimonio que terminó en ruptura sonada, con trapos sucios al aire en platós de televisión, y por las discusiones sobre sus liftings y operaciones estéticas, durante un buen tiempo, la era dorada de la actriz, lo estuvo por la calidad de sus muchas pelí­culas.

Medio centenar de films hicieron merecedora de importantes premios a aquella espaí±ola de ojos rasgados, pelo oscuro, labios carnosos y figura sensual que con veinte aí±os emigró a México y triunfó en Hollywood.

VarietésLa violetera El último cuplé son mis tres mejores pelí­culas. No lo digo yo, lo dice (el director Francis Ford) Coppola», defendió ella en alguna ocasión.

Graciela Machuca

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