Muere Margaret Thatcher a los 87 aí±os de edad

0

lajornada.unam

La ex primera ministra británica Margaret Thatcher murió hoy a la edad de 87 aí±os a consecuencia de un ataque cerebral, informó su portavoz Lord Timothy Bell.

”Con gran tristeza Mark y Carol Thatcher anunciaron que su madre, la baronesa Thatcher, murió tranquilamente después de un ataque cerebral esta maí±ana», declaró en un comunicado.

La polí­tica conservadora conocida como la Dama de Hierro ya habí­a sufrido varios ataques de ese tipo.

Según su hija, sufrí­a demencia desde hací­a aí±os y últimamente apenas aparecí­a ya en público.

Se espera que los dos hijos de Thatcher emitan un comunicado más tarde.

Thatcher fue entre 1979 y 1990 primera ministra de Reino Unido, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo en el paí­s.

Además fue la primera en ganar tres elecciones seguidas hasta su dimisión en 1990.

La ex primera ministra pasará a la historia como la aguerrida mujer que transformó radicalmente al Reino Unido con sus reformas económicas y lo devolvió al primer plano internacional.

La leyenda de la Dama de Hierro se forjó igualmente en su determinación al enviar la Navy a las Malvinas para combatir contra las tropas argentinas en 1982 y en su intransigencia ante el nacionalismo del IRA en Irlanda del Norte.

Su frase: ”Quiero que me devuelvan mi dinero», con la que impuso el ”cheque británico» en el marco de la UE, se hizo legendaria.

Dos décadas después de su salida de Downing Street, donde permaneció 11 aí±os (1979-1990), el legado de esta implacable abanderada del conservadurismo polí­tico y del liberalismo económico continúa dividiendo a los británicos.

Estas convicciones seguramente nacieron de la estricta educación que recibió la joven Margaret Hilda Roberts, nacida el 13 de octubre de 1925 en Grantham (centro de Inglaterra), de su padre, comerciante, predicador y concejal.

Licenciada en Quí­mica y convertida a la abogací­a tras su boda con el empresario Denis Thatcher en 1951, inició posteriormente su carrera polí­tica. En 1959 logró un escaí±o en la Cámara de los Comunes, y entre 1970 y 1974 fue ministra de Educación.

Un aí±o después de dejar ese cargo, asumió el liderazgo de los Tories y en mayo de 1979 ganó las elecciones contra los laboristas, desgastados. Se convirtió así­ en la primera -y todaví­a única- mujer en dirigir un gobierno británico.

Para reactivar una economí­a enferma, privatizó industrias, recortó drásticamente el gasto público, desmanteló partes importantes del Estado de bienestar, bajó los impuestos y debilitó a los sindicatos.

Con su polí­tica ultraliberal provocó un fuerte aumento del desempleo -se llegaron a superar los tres millones de parados- y enfrentó graves conflictos sociales, como la larga huelga de mineros que reprimió severamente en 1984.

Al mismo tiempo, trató de convertir nuevamente en potencia internacional a un Reino Unido venido a menos.

En 1982, envió el mayor destacamento naval desde la Segunda Guerra Mundial para reconquistar las islas Malvinas, tras la invasión protagonizado por un gobierno militar argentino agonizante, provocando una ola de patriotismo en el paí­s y encarrilando su reelección al aí±o siguiente.

Amiga de los presidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan, considerado por muchos como su hermano ideológico, y soviético, Mijaí­l Gorbachov, desempeí±ó un papel importante en la última etapa de la Guerra Frí­a.

Pero su carácter inflexible se volvió en su contra. La imposición de la Poll Tax, un impuesto rechazado incluso en su propio partido, precipitó su caí­da. El 22 de noviembre de 1990 dimitió y abandonó Downing Street con lágrimas en los ojos.

Se instaló entonces en una casa del elegante barrio de Belgravia, en el centro de Londres, donde escribió sus memorias.

Su salud empezó a deteriorarse seriamente en 2002, un aí±o antes de la muerte de su esposo, que la afectó profundamente, y sus incursiones en la vida pública fueron desde entonces cada vez más escasas.

En 2008, su hija Carol reveló en sus memorias que su madre sufrí­a demencia senil desde hací­a siete aí±os. También habí­a sufrido varios ataques cerebrales.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *