5 claves para entender el feminismo

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¿Cuándo nace?, ¿a quién implica?, ¿cómo se relaciona con el poder y la polí­tica?

Por Montserrat Barba Pan, Guí­a de About.com

La definición de feminismo es demasiado compleja por sí­ sola. Como movimiento transformador persigue un cambio en la forma de entender las relaciones sociales y polí­ticas y se fundamenta en varios puntos de partida, que te resumimos en cinco claves:

1. Nace en el siglo XVII, con la Ilustración

El feminismo nace en el siglo XVII, con el inicio de la filosofí­a moderna. Considerada la primera etapa de la Ilustración, supone una revolución a la hora de entender la ética y la polí­tica y comienza a formular la teorí­a de los derechos de la persona, con las aportaciones de Thomas Hobbes y John Locke.

Pero el feminismo se concreta como movimiento colectivo de lucha de las mujeres en la segunda mitad del siglo XIX. En ese momento se afirma que las relaciones entre hombres y mujeres no están inscritas en la naturaleza y que existe una posibilidad de transformacion polí­tica.

2. Se enmarca dentro de los derechos universales

El pensamiento Ilustrado toma forma jurí­dica en las revoluciones americana y francesa de finales del siglo XVIII. La conceptualización de los derechos universales que surge de estos procesos de independencia y cambio polí­tico son la base teórica de la reivindicación polí­tica del feminismo, ya que los principios universales de igualdad entran en contradicción con la desigualdad real de poder, derechos, bienes y oportunidades entre hombres y mujeres.

El feminismo lucha para que se igualen los derechos de las mujeres a los de los hombres, y, al mismo tiempo, por el reconocimiento y cumplimiento de derechos propios de las mujeres.

3. Es más adecuado hablar de «feminismos»

Para las autoras Luz Martí­nez y Rosa Escapa, «todos los enfoques del feminismo tienen en común la voluntad de defensa y de promoción de las mujeres».

En efecto, hay una base común en el feminismo: cuestionar las estructuras sociales vigentes y poner en entredicho los valores y prácticas del sistema patriarcal. Pero, a partir de ahí­, lo más correcto es hablar de movimientos feministas, ya que no hay un único modelo de feminismo y sí­ diferentes maneras de expresar esta opción.

A lo largo de la historia se han identificado tres «olas» del movimiento feminista.

  • La primera se corresponde al feminismo anglosajón del siglo XIX y principios del XX (muy concretado en el derecho al sufragio universal, la abolición de la esclavitud y el derecho a la educación de la mujer).
  • La segunda ‘ola’ se corresponde al Movimiento de liberación de la Mujer de comienzos de los aí±os 60 hasta los aí±os 90 (centrado en aspectos como la sexualidad femenina,el derecho al aborto, el derecho a la reproducción y la incorporación de derechos «invisibles» relacionados con la vida familiar).
  • La tercera ‘ola’, la actual, incorpora las diversidades femeninas, el ecofeminismo, el ciberfeminismo y la transexualidad, entre otros aspectos. Lucha contra el acoso sexual y la violencia de género y se caracteriza por su dimensión más global, menos limitada a la mujer occidental.

4. Parte del reconocimiento de un «patriarcado» que cuestiona

El patriarcado es una estructura de organización social en la que el hombre es el que ejerce la autoridad acerca de los bienes económicos y productivos (el patrimonio y el reparto de los bienes), pero también en el hogar (frente a la mujer y los hijos e hijas) y a la hora de establecer las normas y comportamientos morales (en la esfera polí­tica, legal y religiosa).

El reconocimiento de un patriarcado histórico es denominador común en los movimientos feministas, y existe unanimidad en cuestionarlo y querer transformar este desequilibrio del poder para lograr una sociedad más igualitaria, justa y democrática.

5. Rompe con la división entre lo público y lo privado

Una de las cuestiones clave del feminismo es que no separa el ámbito público del privado. En este sentido, el feminismo propone un cambio social y un replanteamiento de los valores para que la democracia alcance a la vida diaria, las escuelas las familias, las organizaciones y las relaciones personales.

Tal y como seí±alan Luz Martí­nez Ten y Rosa Escapa Garrachón, el feminismo trabaja en «trasladar al ámbito público cuestiones que no suelen tratarse por considerarse del ámbito privado. Cuestiones como valorar el trabajo doméstico, el cuidado de las personas y denunciar y visibilizar relaciones de poder dentro de las familias, en especial los casos de abuso y violencia contra las mujeres«.

El feminismo propone un nuevo contrato social en el que, mediante medidas de conciliación y corresponsabilidad, haya un reparto más equilibrado de las tareas familiares para que se equilibre así­ su presencia en órganos de decisión polí­tica, económica, empresarial o comunitaria.

Graciela Machuca

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