Los matices de la Guerra: Dos aí±os después recibe los restos de su hija

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Margarita López recibió hoy los restos de su hija Yahaira Guadalupe Bahena, a quien buscó por dos aí±os, dos meses y 20 dí­as, luego de que fue secuestrada, asesinada y enterrada por Los Zetas en Oaxaca, en complicidad con autoridades estatales.

Antes de trasladar los restos de Yahaira a Lázaro Cárdenas, Michoacán, donde serán enterrados maí±ana, López dijo en entrevista: ”Maí±ana voy a cerrar ese cí­rculo de peregrinar por mi nií±a para que pueda descansar, quizás no en paz, pero que pueda por lo menos decir que sé dónde está. Porque mi nií±a me grita: Justicia, que su crimen no quede así­, que su asesinato no quede impune».

Margarita López es un icono entre las madres que buscan a sus hijas desaparecidas. A partir de la desaparición de la suya se convirtió en investigadora, gastó millones de pesos en informantes, se introdujo a cuarteles militares, recorrió morgues, revisó pilas de cadáveres, encaró a criminales dentro de las cárceles, descubrió casas de trata y corrupción del gobierno, se unió al Movimiento por la Paz, marchó por todo México y por Estados Unidos, hizo dos huelgas de hambre, sufrió un ”levantón», se salvó de un atentado, y encaró a dos presidentes y a sus gabinetes con la exigencia de que localizaran a Yahaira.

Hace dos semanas el Equipo Argentino de Antropologí­a Forense le confirmó que el cadáver que le habí­a entregado la Procuradurí­a General de la República (PGR) y que le exigí­a enterrarlo sin hacerle pruebas, era el de su hija de 19 aí±os.

”Seguiré exigiendo justicia aunque me cueste la vida y gritaré a los cuatro vientos que no se hizo nada. A lo mejor tengo que morir, pero será por una causa justa», dijo afuera de la funeraria defeí±a donde preparaban los restos de Yahaira para el traslado. La acompaí±aban otros padres y madres de familia que buscan a sus hijos desaparecidos, activistas de derechos humanos, reporteros y miembros de su propia familia.

Margarita López indicó que no descansará hasta que paguen todos los involucrados en la desaparición y posterior asesinato de su hija. También deben pagar los funcionarios públicos que obstruyeron la búsqueda e identificación del cuerpo y los que no detuvieron a los criminales que estaban implicados, dijo. Entre ellos mencionó a un general Murillo, quien nunca atendió la denuncia que ella hizo contra los secuestradores de su hija, que se ostentaban como policí­as, y a los funcionarios de la PGR Oscar Báez Soto y Rodrigo Archundia.

Aunque el traslado de los restos hacia Michoacán estaba planeado para las 8 de la maí±ana, no pudo hacerse, ya que en la funeraria se le informó a Margarita López que tendrí­a que hacer un juicio de jurisdicción voluntario para dar de baja el acta de defunción levantada en Oaxaca, donde fueron encontrados los restos como persona desconocida, un trámite que tardarí­a entre ocho meses y tres aí±os.

Al enterarse, la madre de Yahaira advirtió: ”Yo me la voy a llevar, ya sea en una caja o en una bolsa, los huesos que me dieron, me la voy a llevar. ¿Cómo iba a imaginarme como mamá que existí­a esta burocracia estúpida?».

Al enterarse del impedimento, el procurador Jesús Murillo Karam envió a un equipo de abogados a que destrabaran el trámite.

”Esto que me pasó no le puede pasar a ninguna mamá, después del peregrinaje por buscar a un hijo, de recibir los restos en forma que los recibí­, que cuando me dicen es su hija’, no me la entreguen. Es lamentable que hubiera tenido que recurrir al procurador, pero las demás mamás que no tienen ayuda ¿por qué tienen que pasar esto?», subrayó.

La carroza fúnebre y las camionetas con las personas que la acompaí±arán hasta Michoacán saldrán del DF sin protección federal.

”Vamos con el cuerpo de mi hija y la bendición de Dios, tengo entendido que lo PF (Policí­a Federal) va a hacer un seguimiento en ciertos tramos, pero como ayer hubo enfrentamientos por Lázaro Cárdenas, se decidió que no fueran para que no nos fueran a confundir y podamos sufrir un atentado. Vamos con la bendición de Dios y espero podamos llegar a salvo a nuestro destino», concluyó.

Graciela Machuca

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