Astillero: Oposición concurrente Cárdenas reciclado PRD alineado X-20, oportunas eficacias

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jornada.unam

Hoy, en el monumento que un dí­a de estos deberá ser declarado privatizable nostalgia inoperante, el de la Revolución, será presentada la propuesta de reforma energética que el reciclado ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano ha confeccionado para que el PRD la asuma institucionalmente como propia.

Los adelantos que se han dado de ese documento, por parte inclusive del propio padre intelectual, quien es a la vez el hijo del expropiador general Lázaro Cárdenas, apuntan a una variante de guerrilla oratoria con pragmático aterrizaje de privatización en los hechos: la enmienda CCS-PRD concede menos que lo deseado por el mexiquense de zaguanes abiertos, Enrique Peí±a Nieto, pero lo suficiente para que la venta de garaje petrolero sea atractiva para los inversionistas locales y extranjeros ya apalabrados (¿entre ellos algunos de los propios impulsores de ésta que busca ser la Solución Final?).

La fórmula tarasca pretende ceder el paso a la modificación al artí­culo 27 constitucional (el propio CCS calificó tales intenciones de irrelevantes), pero guerrear convenidamente para que no se mueva una coma al 28. Es decir, convalidar hoy lo que en los hechos ya sucede, en cuanto a participación de particulares en determinadas áreas del negocio petrolero, pero mantener la prohibición constitucional en cuanto a lo regido por el artí­culo 28. El paquete cárdeno-perredista, según lo que se ha hecho saber, mantiene la mira en las leyes secundarias, proponiendo sensatamente que desde ahora se conozca lo que se pretende alterar a partir de los cambios en la letra constitucional del 27 (EPN plantea lo contrario: primero jusilen los artí­culos constitucionales y después viriguan lo de las leyes secundarias).

Pero esta vez, más que nunca o como siempre (según la fórmula que el lector desee escoger), a lo que menos deberí­a prestársele atención es a la palabrerí­a de acompaí±amiento. La retórica puede estar encubriendo acuerdos y pretensiones que en nada se conduelen de los grandes intereses nacionales. La pregunta de fondo, haciendo a un lado escenografí­as, rituales, discursos y gesticulaciones, es la que se refiere a la cesión o no de los energéticos mexicanos, sobre todo el petróleo, a corporaciones extranjeras.

Ceder el 27, a cambio de no modificar el 28, serí­a una forma de aparentar triunfos que la realidad y las legislaciones secundarias se encargarí­an de sepultar, una forma sesgada de aceptar una privatizaciónde a poquito que, en los hechos, acabarí­a siendo del tamaí±o deseado por Los Pinos. La aproximación de agendas entre el prií­smo-peí±ista y el perredismo-cuauhtemista acabarí­a siendo oro puro para los intereses privatizadores, con la intención de convertirlo en kryptonita para el Súperpeje, que así­ irí­a yendo a la deriva, destinado a las protestas callejeras mientras la izquierda negociadora muestra predilección por los salones palaciegos donde se llega a acuerdos productivos.

La concurrencia de intereses se ha mostrado incluso en el extremo respeto de las baterí­as de tres colores hacia el ingeniero Cárdenas y su propuesta (ingeniero que llegó a tachar la iniciativa de EPN como antipatriótica y entreguista). De lo que se trata es de que reverdezca la figura del michoacano dialoguista, frente a la inestable marcha de frenados amorosos y acelerones contra la mafia del poder del tabasqueí±o enmorenado. Detrás del ingeniero, marciales y guarecidos, van los Chuchos, cuyo alineamiento puede servir de atinada guí­a para entender por dónde transitan las estrategias de la superioridad pinolera.

Graciela Machuca

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