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Andres Solis (periodista independiente)

En menos de un mes cinco personas relacionadas con el periodismo en Quintana Roo se encuentran involucradas en hechos delictivos. Los tres primeros fueron detenidos por la Procutradurí­a General de Justicia del Estado luego de que cayeran inocentemente en una trampa extorsionando a un funcionariuo municipal de Solidaridad; los otros dos en posesión de armas y drogas. (Nota)

De inmediato algunos medios y organizaciones de periodistas han hablado del tema. En un comunicado, la Casa de los Derechos de Periodistas (CDP) reclamó que se respete el derecho a la presunción de inocencia de los tres primeros detenidos, y yo estoy de acuerdo, pero no porque sean periodistas, sino porque es un derecho constitucional de cualquier persona.

Lo malo es que ha habido ciertos personajes que por ignorancia o mala fe han querido interpretar este comunicado de la Casa como una defensa a ultranza de estos personajes, lo cual es totalmente falso.

Sin embargo, es preocupante que haya autoridades que pretendan ”enviar» un mensaje al gremio periodí­stico, como si quisieran hacer ver a todos y todas las periodistas como extorsionadores, aunque por otro lado, este ejemplo muestra que efectivamente en Quintana Roo, como en otras partes del paí­s y del mundo, hay personas que se esconden tras una ”charola» para extorsionar.

A los primeros tres personajes les pusieron una trampa y cayeron. Eso me hace pensar que tal vez no era la primera vez que recurrí­an a estas prácticas deshonestas de amenazar funcionarios con publicar información que puede ser cierta o falsa, pero que definitivamente causarí­a un daí±o en la imagen de alguien si se llegase a difundir por el medio en cuestión.

Es notorio que el medio seí±alado ”El Alarmón», donde laboran estos tres seí±ores, adolece de las peores prácticas profesionales del periodismo, con más adjetivos que hechos, con más seí±alamientos que datos confirmados y eso no abona a generar una buena imagen para el gremio, aunque es FUNDAMENTAL aclarar que con todo y eso, no es justificación para generalizar con respecto al periodismo quintanarroense.

Es importante aclarar que este caso de encarcelamiento por presunta extorsión, por posesión de armas o drogas, NO SON un atentado contra la libertad de expresión de los periodistas involucrados, sino más bien se estarí­a pretextando un supuesto derecho a la información como arma para cometer otro delito, es como si un periodista cometiera un robo para demostrar las vulnerabilidades en seguridad en una tienda de conveniencia, por ejemplo.

En este sentido, es igualmente preocupante que haya medios y periodistas en Quintana Roo que quieran aprovechar un caso especí­fico para ”sumar a su causa» y querer hacer ver este tema, sin pruebas, como parte de una estrategia del gobierno del Estado, que por sí­ sólo ha demostrado en otros momentos, que no es respetuoso de la libertad de información y del trabajo de medios y periodistas. Habrí­a que demostrar periodí­sticamente hablando que en realidad lo sucedido en Solidaridad fue ordenado por el gobernador; no hacerlo es especular y mentir.

Igualmente es lamentable que haya colegas que quieran hacer ver este caso como un ”escarmiento contra periodistas incómodos». ¿Acaso extorsionar es ser periodista incómodo?, ¿Qué no es incómodo el periodismo que informa con la verdad y con hechos? Por supuesto que a cualquier periodista le pueden inventar lo que quieran, pero es el trabajo de cada periodista el que demuestra su actuar. Ir a una cita aceptando que recibirá dinero a cambio de NO publicar algo, nada tiene que ver con la labor informativa y si con los abusos que se pueden cometer al amparo del medio.

Es necesario comentar que el pasado mes de diciembre un grupo de periodistas quintanarroenses de Chetumal, Carrillo Puerto, Solidaridad y Benito Juárez mostraron su compromiso por profesionalizarse y con ello brindar mejores garantí­as a nuestro gremio. Por ello se organizaron para realizar dos talleres en autoprotección a periodistas en la Chetumal y Cancún. Allí­ acompaí±amos dos pronunciamientos públicos de quienes allí­ estuvieron para protegernos de cualquier agresión, venga de quien venga, pero si ésta agresión se da por la labor profesional de periodistas. A estos talleres asistieron quienes quisieron asistir y hubo incluso descalificaciones de colegas a este ejercicio entre iguales, pero ambos talleres fueron exitosos.

Este grupo de colegas seguro se ha mantenido al tanto del caso de Solidaridad, pero NO por eso asumen la defensa a ultranza de personas acusadas de un delito. En todo caso, creo que defienden al gremio comprendiendo el alcance de este caso particular; para eso fueron estos talleres de diciembre, para sumar, no para dividir.

Graciela Machuca

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