Los periodistas no tenemos quién nos estudie / Narración en la revista Vía Libre
Semanario Vía Libre número 532 / Hidalgo, México
Miradas de Reportero
Los periodistas no tenemos quien nos estudie
Por Rogelio Hernández López
En el Café La Habana de la Ciudad de México, este jueves 9 de enero de 2014, la conversación entre los tres periodistas veteranos se tornó dolorosa por desesperante. La conclusión que asomó, otra vez, es que los periodistas mexicanos no tienen quien los estudie, quien investigue y analice cómo se pueden vencer las dificultades que enfrentan para ejercer con los altos estándares profesionales que se necesitan, quien visualice alternativas para que puedan laborar con más dignidad e independencia y sin tantos riesgos y agravios como las que siguen sufriendo desde el aí±o 2000.
Esta oquedad saltó, de manera natural, porque los tres periodistas han dedicado muchos aí±os a la capacitación de colegas en todo el país, a estudiar empíricamente las causas de sus vulnerabilidades profesionales y las aristas de su ejercicio profesional cotidiano; pero el tema se hizo más intenso al recordar que, por ejemplo en Espaí±a la Asociación de Prensa de Madrid realiza una encuesta anual sobre la situación laboral y del ejercicio profesionales de los periodistas ibéricos y, además, propone senderos para su mejoría. En México no hay una sola entidad académica, ni de empresas, ni de los propios periodistas que haya mostrado intención de hacer algo parecido.
UN ESPEJO
Sobre ese informe espaí±ol, la revista Etcétera de México entresacó unos datos que me interesa reproducir porque me atrevo a sostener que a los periodistas mexicanos nos fue mucho peor, basado en las observaciones empíricas que hice durante 19 viajes a diversas entidades y regiones del país en 2013 y en las que hice contacto con unos 400 colegas en los talleres de capacitación y en asesorías específicas.
El resumen del informe, que nos sirve de espejo, refleja lo siguiente:
Cierre de periódicos, desempleo, trabajo mal remunerado, inequidad de género y publicidad a la baja son algunos de los temas tratados por el ”Informe Anual de la Profesión Periodística 2013″ presentado en Espaí±a por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM).
La encuesta realizada para el Informe brinda varios datos sobre los principales problemas de la profesión periodística en dicho país. Por ejemplo, el 49.6 % de los encuestados consideró que el primer problema de los periodistas espaí±oles en 2013 fue el aumento del desempleo y la precariedad laboral; en segundo lugar, con un 12. 6%, la falta de independencia política o económica de los medios y un 12.2 % colocó en tercero la mala retribución del trabajo periodístico.
En Espaí±a del 2013 desaparecieron cerca de 4.500 puestos de trabajo en medios de comunicación en Espaí±a y más de 11.000 desde 2008. Mientras, el número de nuevos licenciados de 2008 a 2012 es de 13.800, jóvenes que el mercado laboral no puede absorber, según el informe. «Un 50% de los periodistas en busca de empleo cree «muy difícil» lograrlo en 2014 y un 25 no ve «ninguna posibilidad».
El oscuro panorama del mercado laboral, ha propiciado el surgimiento de cerca de 300 nuevos proyectos, fruto del desempleo, la falta de oportunidades y del descontento con los productos informativos actuales, explicó Luis Palacio, director del informe. Un 40% de estos prevén patrocinios, micromecenazgos o venta de aplicaciones y otros productos como forma de supervivencia. A causa también de la falta de contrataciones el número de autónomos crece y se sitúa ya en el 15% entre periodistas y profesionales de la comunicación.
Por otra parte prevalece la desconfianza de la sociedad. El 56.4% confía «a medias» en la información que recibe y da una nota de 5.16 al trabajo de los medios. La calificación de la independencia es de cuatro (sobre diez). Además, solo 20% de los periodistas declara no haber sufrido jamás presiones para cambiar el contenido u orientación de un texto.
La publicidad también es un problema: entre 2008 y 2012 desapareció ”casi la mitad de la inversión», a lo que hay que sumar los recortes realizados por las Administraciones Públicas en los presupuestos de comunicación institucional, que fue 62% más bajo en comparación con 2007.
Nuestro espejo, frente a esta realidad espaí±ola, se hace cóncavo porque si hubiese estudios académicos para poder comparar seguramente nos daría más negruras que optimismo.
Aquí nuestro problema mayor —sostengo empíricamente—sería el mismo que de los periodistas espaí±oles: ”el aumento del desempleo y la precariedad laboral». Allá, según sus datos en 2013 ”desaparecieron cerca de 4.500 puestos de trabajo». Acá hemos detectado que en un tiempo relativamente breve se han abierto más de 2,000 (Sí, dos mil) sitios web informativos como ilusión, más que opción de autoempleo de dos a cinco periodistas en cada sitio.
El segundo problema acá debería ser el de los agravios (más de 300 en 2013 según los indicadores de Artículo 19) en contraste con los ibéricos que reconocieron como segunda dificultad ”la falta de independencia política o económica de los medios», fenómeno este que en México atraviesa a toda la prensa mexicana como factor estructural pero que los medios industriales fomentan por la monopolización de la información y el gasto publicitario en unos cuantos medios.
Otro fenómeno derivado en Espaí±a, según su estudio es igual o peor en México: ”el descontento con los productos informativos actuales… El 56.4% confía «a medias» en la información que recibe y da una nota de 5.16 al trabajo de los medios. La calificación de la independencia es de cuatro (sobre diez)». Acá, encuestas recientes de Consulta Mitovsky y Parametria, reflejan que las opiniones de públicos consultados colocan a los medios de comunicación con una aceptación (credibilidad, creo yo) en caída sistemática anual por sus ligas con el poder o su manejo de información mercantil de la información.
El otro problema, que si es mayúsculo en México pero que el estudio espaí±ol no refleja por los altos índices académicos de sus periodistas, es de las capacidades profesionales. El indicador que puedo referir es que en los 19 encuentros con periodistas mexicanos que tuve en 2013, la petición más común que hacen es de recibir apoyo para su elevación académica y de actualización de conocimientos para su ejercicio profesional. Saben o intuyen que esta es una debilidad mayúscula que los hace más vulnerables, que los pone en riesgo por no hacer mejor periodismo y les impide obtener empleos remuneradores, más prestaciones laborales y mayor autonomía para el ejercicio.
Sí, los periodistas mexicanos necesitamos quien nos estudie. Una opción es que quizá algunas de las más 400 escuelas mexicana (serias o patitos) que imparten la carrera de la Comunicación se ponga las pilas y generen esas investigaciones.
Otra opción, que vislumbraron los tres veteranos en el Café La Habana (Andrés Solís ílvarez, Gerardo Albarrán de Alba y Rogelio Hernández López) es generar un primer diagnóstico serio que derive en escenarios prospectivos, mediante encuestas, estudios de campo y comparativos con otros países; un diagnóstico que sólo puede hacerse con el apoyo de los colegas más sensibles que los tres hemos encontrado en el país.
Es urgente encontrar opciones para contrarrestar lo negativo de este sistema de prensa mexicano que ha puesto a los periodistas como el eslabón más vulnerable a pesar de que son el engarce indispensable para que fluya bien la información de interés público.
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Rogelio Hernández López es reportero desde 1977. Coordinador del Programa de Protección a Periodistas de la Casa de los Derechos de Periodistas; integrante del Consejo consultivo del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de gobernación. Miembro del Consejo Editorial del Sistema Informativo Vía Libre