Radios comunitarias en México: luchando durante más de 40 aí±os

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Bajo el entendido de que el aire es de todos, muchos cuestionamos por qué únicamente los intereses privados acceden al espectro radioeléctrico que hace posible la emisión de seí±ales tanto en radio, como en televisión.

En occidente nos ha tomado mucho tiempo concebir que la existencia puede ser vivida e interpretada desde múltiples y válidas perspectivas, que el mundo son muchos mundos y, en el caso de este paí­s, que México también son muchos Méxicos —como bien advirtió  Fernando Bení­tez. Y en estas diferencias, numerosas cosmogoní­as cuestionan ese concepto que en occidente tanto vanagloriamos: la propiedad privada.

Algunas cosas son de todos y de nadie, como los recursos naturales. Bajo esta premisa y la necesidad de las distintas culturas de difundir su propia voz, nacen las radios comunitarias. La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) define estas plataformas como «un espacio radiofónico en la comunidad, para la comunidad, cerca de la comunidad y por la comunidad; que son espejo del contexto en donde se desarrollan, tienen su cultura y forma de ver el mundo, y son expresadas en el lenguaje, tradiciones, etc.»

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En México, una de las radios comunitarias más viejas es Radio Teocelo, en Veracruz, la cual ha permanecido al aire desde 1965, a pesar de nunca haber contado con financiamiento fijo de ningún tipo (recordemos que este tipo de radios no difunden publicidad). La misma comunidad, que se siente representada por radio Teocelo, aporta donaciones mensuales, gracias a las cuales se ha logrado mantener su operación.

Hasta hoy se desconoce el número exacto de radios comunitarias que existen en México, ya que no cuentan con un registro oficial y porque, al carecer de tipificación legal, son obligadas a operar en un estado de semiclandestinidad.

Se calcula que a lo largo del territorio mexicano existen alrededor de dos mil radios comunitarias, y muchas de ellas concentran esfuerzos admirables. En Oaxaca, por ejemplo, hay un fascinante proyecto: la Asociación de Radios Comunitarias de Benito Juárez, que instala transmisores para radios con bases montadas en palos de escoba. Y de acuerdo con el sitio Abyayala, a la fecha unas quinientas radios comunitarias  aprovechan la iniciativa.

Una de las mayores dificultades que enfrentan es la condición de ilegales’. Dado que utilizan el espacio radioeléctrico prescindiendo de una concesión estatal, padecen operativos por parte de la Policí­a Federal, durante los cuales sus equipos son desmantelados. Lo anterior atenta contra del derecho a la información y expresión, y demuestra que el actual marco legal desconoce la importancia de las radios comunitarias como medios independientes .

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Algunos vergonzosos casos incluso han llegado al extremo del uso de la ví­a penal, como el de Héctor Camero, en Monterrey, que utilizaba una radio comunitaria en su colonia para emitir información de asesorí­a legal para empoderar a la gente. Asimismo, el caso de Radio Diversidad, ubicada en la comunidad campesina de Paso del Macho, en Veracruz, que fue desmantelada por la Policí­a Federal en 2009, y en el 2011 incluso ejerció acción penal contra algunos de sus integrantes.

Para enriquecer el panorama, entrevistamos a Marí­a Eugenia Chávez, miembro de Asociación Mundial de Radios Comunitarias México, sobre el panorama actual de las radios comunitarias del paí­s.

El escenario actual de las radios comunitarias:

En México no hay un registro de radios comunitarias, pues hasta abril de este aí±o, no habí­a una tipificación legal para éstas. Hasta hoy sólo se encuentran en calidad de ”permisionadas» junto con los medios públicos y únicamente 20 cuentan con este registro.

Los principales enemigos para las radios comunitarias:

La falta de certeza jurí­dica y económica, además de los concesionarios locales que se han opuesto fuertemente a su existencia, porque dicen, son afectados sus intereses comerciales. Pero yo creo que se trata más de un asunto ideológico, porque en realidad el mercado de las radios comunitarias no es el suyo. También la fugacidad de los proyectos, propiciados por los dos factores anteriores, o bien por la falta de cohesión entre sus miembros, muchas radios nacen y mueren muy pronto.

Los escenarios positivos:

Finalmente estamos frente a un marco legal, ahora que fue promulgada la ley de telecomunicaciones, porque en el artí­culo 28 se menciona que el IFETEL se encargará de otorgar las concesiones y menciona a las radios sociales, comunitarias e indí­genas; pero todaví­a no está lista la reglamentación secundaria, lo que la vez convierte a la anterior modificación en una herramienta inoperable.

Qué sigue:

AMEDI presentó una iniciativa de ley secundaria que nosotros apoyamos y alimentamos, pero ante la omisión legislativa  (pues ya se cumplió el plazo que los mismos legisladores se pusieron para la creación de la legislación secundaria), todaví­a hay incertidumbre, y esto complica más aún las cosas, porque así­ se puede escudar más la autoridad para no conceder los permisos.

Graciela Machuca

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