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revistaera.com

Todo mundo sabe que en la colonia Villa Allende son los que controlan el secuestro y el Gobierno lo sabe, por eso quieren desvincularlos para acallar el problema real: el dominio de los Zetas en el sur de Veracruz. Teresa Hernández ocupaba el bar El Palmar para vender droga y cometer todo tipo de ilí­citos, de eso dio cuenta Goyo

PATRICIA VILLANUEVA

5 febrero del 2014. 7: 15 a.m. Gregorio Jiménez de la Cruz, periodista de nota policiaca del diario Notisur y Liberal del Sur, regresaba a su casa, ubicada en la colonia Villa Allende de Coatzacoalcos, después de dejar a sus hijos a la escuela.

Cinco hombres encapuchados, armados descienden de una camioneta Honda CRV. A punta de pistola encaí±onan al reportero. Lo suben al vehí­culo.

Su esposa, Carmela, estaba dentro de la casa. Escucha el rechinar del vehí­culo. Se asoma a la puerta. Alcanza a ver a cuatro sujetos. Uno lo apuntaba con una pistola tipo escuadra en la cabeza. Otro sujeto, le puso las esposas y un tercero, lo amenazaba con un cuchillo a la altura de las costillas.

-¿Por qué se lo llevan? ¡Llévense lo que quieran! -grita angustiada Cristina. Nadie la oye, el objetivo es el periodista: Goyo.

Las hijas de Gregorio, Syndi y Flor presenciaron también el levantón. Flor trato de quitarle la pistola al sujeto que lo encaí±onaba y en respuesta éste les apuntó a ellas.

-No lo vayas a matar, no le hagas nada a mi papá, le suplicó Flor.

-No le vamos a hacer nada, somos los efectivos, respondió. Se llevan a Goyo.

Carmela desesperada, alcanza a marcar a una colega de su esposo, Romana Ortega, (despedida recientemente del periódico El Heraldo de Coatzacoalcos, propiedad del diputado local y empresario periodí­stico, Eduardo Sánchez Mací­as, por participar en las protestas).

-¡Ayúdame!, ¡Ayúdame! -le suplica aterrorizada.

Romana llama a la Sedena, a la Naval, al Mando único. Pide junto con la seí±ora Carmela que manden un helicóptero para que ubiquen el vehí­culo y rescaten a su marido.

El auxilio no llega por aire. Una hora después llegan unos policí­as por tierra, parte de la Secretarí­a de Seguridad Pública (SSP) al mando de Arturo Bermúdez Zurita para pedir «detalles» del levantón. Le hacen preguntas a la seí±ora y le piden discreción, que no se sepa nada. Le prometieron que Gregorio aparecerí­a antes del mediodí­a.

EL TRAYECTO

A las 7: 30 a.m. de ese 5 de febrero, José Luis Márquez Hernández, «El Pony» de 20 aí±os, coordina «el jale». Con Gregorio arriba de la camioneta se enfilan hacia Las Choapas, pasando por los complejos petroleros. Se detienen en la casa de seguridad, una vivienda pintada de rosa y azul, de unos 7×5 metros, con techo de láminas de zinc.

Apoyados por Juan Manuel Rodrí­guez Hernández, «El Jumanji», conductor del taxi marcado con el número 64 de Las Choapas, son guiados de Villa Allende a Las Choapas.

Dentro de la casa, cubierta por los árboles y a 25 metros de distancia de la más cercana, el periodista es torturado por cuatro hombres.

LA NOTICIA

11:30 am. La noticia del levantón del periodista se extiende como pólvora. Era el quinto desaparecido en el sexenio de Javier Duarte y hasta entonces se contaba nueve comunicadores muertos. Inician las presiones, las protestas en Coatzacoalcos, Minatitlán, piden vivo al colega. Arrecia la desesperación.

La SSP anuncia todo un despliegue policiaco en la zona. Los elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) a presión de los integrantes de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), llegan a la casa de los familiares del periodista y los trasladaron a otro sitio donde contarán con vigilancia policial, a raí­z de las amenazas.

El dí­a termina y no hay noticias, no hay avances. A raí­z del desplegado de Notisur y la queja de los familiares surge en la lí­nea de investigación la amenaza de Teresa de Jesús Hernández Cruz. La PGJ la llama a declarar. Luego la suelta.

MUERTE Y MARIHUANA

6 de febrero. 24 horas del levantón. Después de la tortura al periodista Gregorio Jiménez. El Pony y sus cuatro amigos fuman marihuana. Planean el crimen y el lugar donde pondrán los restos.»¨http://www.diariopresencia.com/nota.aspx?ID=68908&List=%7BE99F52BD-B89D-4D80-A5BB-BCD1566AE98A%7D

Le llaman por teléfono al Jumanji, el taxista, y le piden dos picos y dos palas. La orden se cumple. Le pagan 500 pesos y se va.

Los cuatro hombres se alejan 300 metros de la casa de seguridad, hasta que encuentran el lugar adecuado, entre acahuales que no permiten la visibilidad. A 20 metros de donde enterraron a Ernesto Ruiz Guillén, «El Cometierra», cavan un hoyo de metro y medio de profundidad y un metro de ancho.

Tardan 40 minutos. A empujones acuestan a Gregorio, le quitan la playera que tení­a puesta, una camisa blanca. El Pony saca una daga y le empieza a cortar el cuello. Gregorio grita, pide perdón. «Ya te cargó la chingada», es la respuesta seca. Le cortan la cabeza.

7 de febrero, 8 de febrero, 9 de febrero, 10 de febrero, 11 de febrero. Las protestas siguen, los periodistas a pesar de las amenazas, protestan. Se suma la prensa de todo el estado, la nacional, la internacional. La tensión y la impotencia crecen.

El 11 de febrero, después de horas de incertidumbre, generadas por una abrupta noticia dada a conocer por el diputado local y dueí±o de medios, Eduardo Sánchez Mací­as, del rescate del periodista con vida, medios nacionales dan a conocer el asesinato. Luego, la Procuradurí­a confirma la noticia.

FUERON LOS ZETAS. LAS RAZONES

Los Zetas fueron los asesinos. Ellos ya estaban muy molestos con las publicaciones del periodista Gregorio Jiménez, sobre todo porque daba cuenta de los secuestros en Villa Allende, principalmente por la nota del lí­der de la CTM, Enrique Ruiz Guillén, alí­as el Cometierra http://aristeguinoticias.com/1202/mexico/lo-que-publico-notisur-sobre-el-secuestro-de-lider-de-ctm-en-veracruz/

Todos sabemos quiénes fueron: la forma en que lo asesinaron es la huella más clara de ese grupo delincuencial y la hoy consignada como presunta autora intelectual, Teresa de Jesús Hernández, «La Tere», trabajaba para ellos y pidió su cabeza, «ésa fue la gota que derramó el vaso».

«Su negocio es un punto de venta, de prostitución y de secuestro», de eso dio cuenta Goyo en una nota sobre el bar El Palmar y en otro momento sobre el bar El Mamey, ambos propiedad de esta seí±ora, relata una fuente que por razones de seguridad se mantiene en el anonimato.

Además, recuerda una persona de la zona sur, un periodista de la zona Hernán Villarreal, del Diario Presencia de Las Choapas www.diariopresencia.com, el pasado 15 de diciembre fue «levantado» y encaí±onado en ese municipio al sur de Veracruz.

«Hijo de tu puta madre, ya bájale, no te matamos por lo que representas, si te matamos se nos vienen encima, pero ya nos tienes hasta la puta madre», le dijeron sus agresores. http://revistaera.com/index.php/k2-reportaje/item/4919-veracruz-donde-los-periodistas-son-noticia

LA DETONACIí“N

Tras un problema que involucró a una de las hijas de Jiménez de la Cruz, por el cual incluso se presentó una denuncia ante el MP aunque fue resuelta mediante ví­a conciliatoria, Teresa de Jesús aprovechó para lanzar una amenaza macabra a Goyo: la de muerte.

Una de las hijas del periodista, Syndy Jiménez Sánchez, fue de las primeras en ser citada por la Procuradurí­a General de Justicia del Estado (PGJ) el cinco de febrero cuando se registró el secuestro del periodista y ahí­ fue muy clara: a mi papá lo amenazaron de muerte.

Dos meses antes. Un dí­a de diciembre «…Mi papá le dijo a Teresa: vecina, váyase para su casa por favor. La seí±ora Teresa le gritó tú cállate porque tú te vas a morir, te voy a mandar a matar. No sabes ni con quien te metiste. ¿Te acuerdas de la nota que sacaste?, esa te la tengo reservada; conozco los Zetas y te voy a mandar a matar», lo amenazó la seí±ora, relata la hija al ratificar su declaración el pasado 14 de febrero.

-¿Qué nota vecina?, le preguntó Gregorio.

La hija de la seí±ora Teresa, Sitlalli se acercó a Sindy y continuó la amenaza. «A mi maldita perra, tu sabes quién es mi marido y en qué esta. Luego no llores».

Posteriormente, su mamá Cristina le contó sobre la nota que su padre habí­a hecho donde apuí±alaron a una persona afuera de la cantina de Teresa, a una cuadra de esta…pero, «la seí±ora Teresa también le dijo a mi papá que en una nota habí­a dicho que su cantina era de mala muerte»

El periodista Gregorio Antonio Hernández, amigo del décimo periodista asesinado en Veracruz durante el duartismo aseveró que: «en la investigación del periodista se tocaron intereses de un grupo delictivo y el gobierno de Duarte de Ochoa quiere desligar el ví­nculo con lo que ocurrió».

Desde el dí­a del secuestro, el Gobierno del Estado sabí­a por las primeras personas que llamaron a declarar que los Zetas estaban implicados en el levantón.

LA CASA DE SEGURIDAD

Si no estuviera casi cubierta de árboles, serí­a una casa llamativa: pintada de rosa y azul; pero ésa no es la intención, quieren que pase desapercibida.

En esa vivienda perdida entre arbustos, Gregorio Jiménez pasó sus últimas horas. Es una morada de cuatro piezas, de unos 7×5 metros, con techo de láminas de zinc. Una casa semiabandonada, que vio en estos últimos dí­as la entrada y salida de hombres de mala apariencia. Los vecinos sospecharon, pero el miedo se impuso y los calló.

La casa de seguridad que los Zetas ocupaban para torturar y ocultar a los secuestrados, se encuentra en una zona semipoblada en la colonia J. Marí­a Rosado. La casa más cercana está a 25 metros.

A 300 metros de ahí­, están las dos fosas, a orilla de una carretera de terracerí­a en la colonia México. Medio kilómetro antes de llegar a la «colonia Polanco», está el primer hoyo en el suelo, y a unos 60 metros, el otro.

Es casi imposible que alguien viera algo en esos terrenos con acahuales, donde solo hay matorrales y árboles tropicales que sirven de cortina para cubrir los crí­menes y atrapar a las ví­ctimas. Donde no pueden escapar los gritos.»¨El único medio que acudió luego de los elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), fueron los periodistas del Diario Presencia, quienes se sorprendieron porque en esa casa no habí­a huellas de sangre, ni nada que revelara que por más de 24 horas habí­a sido un escenario de terror.

Lo sorprendente fue encontrar ropa de mujer y de nií±os. Un refrigerador y un microondas viejos y en desuso. No habí­a rastros de sangre, sólo en el patio el olor de haber quemado algo, de ceniza fresca.

«Ahí­ tampoco habí­a sangre, pero quizá la lluvia de unos dí­as antes borró las huellas…», piensan

EL DOLOR

Los periodistas y familiares que lo vieron, lamentaron el estado en que se encontraba el cuerpo del periodista de la sección policiaca de los periódicos El Liberal y Notisur: «No se merecí­a algo así­, lo lastimaron muy feo», se dolieron.

En una nota del periodista Mussio Cárdenas relata que Gregorio Jiménez de la Cruz, periodista apareció sin vida, degollado, mutilado y con signos de tortura.

Un dolor indescriptible embarga a la familia del periodista, a su esposa, a sus siete hijos y nietos; a sus colegas, a la sociedad.

GOYO Y SUS LETRAS

El periodista autodidacta y honesto, que para completar su salario vendí­a fotos de bodas y fiestas, cuando descubrió las letras y su poder, se rindió ante ellas y desde entonces las usó para relatar la injusticia.

«Coatzacoalcos y el estado completo de Veracruz en completa ingobernabilidad ¿Qué espera el gobierno para hacer algo? ¿Que el pueblo se levante? ¿O a él le quedó grande la yegua?», publicaba el periodista en su muro de Facebook el 16 de octubre del 2013.

«En Allende sin ningún elemento policiaco o tránsito, todos a merced del hampa, q DIOS nos ampare» (sic). 7 de mayo del 2013.

«Ayer se reventó la llanta trasera de mi moto», 23 de agosto del 2012.

«Por salir de madrugada en mi moto para cubrir la nota de los polis muertos en el ejido 5 de mayo, me dio una leve parálisis facial pero ni modo, gajes del oficio», 14 de junio del 2012.

LOS AZEZINOS

Después de las indagatorias y de la lucha de los periodistas de Veracruz, por dar con los responsables e investigar el trabajo del periodista como la principal lí­nea de investigación tras su asesinato, elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI) como parte de la Investigación Ministerial Coat4/058/2014 presentaron a Teresa de Jesús Hernández Cruz, seí±alada como autora intelectual del homicidio de Gregorio Jiménez.

La dueí±a de los bares El Palmar y El Mamey habrí­a contratado a la banda de secuestradores, pertenecientes a los Zetas que mantiene asolada la zona sur, liderada por un sujeto conocido como «La Mona».

Así­, el Pelón, (Sergio Servando Montalvo) yerno de la seí±ora Teresa de Jesús, contactó a la banda y supuestamente habrí­a ofrecido 20 mil pesos por «deshacerse de un vato que estaba molestando a su suegra», por lo que el pasado 5 de febrero levantaron al periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, y luego de torturarlo por 24 horas, lo asesinaron al contarle la cabeza.

El periodista fue enterrado en la fosa junto con el lí­der de la CTM, conocido como «El Cometierra» y un taxista al que se le conoce como «El Bemba», de quien dijeron, «se lo echaron por bajarle la vieja a El Yegua».

LA TERE

Teresa de Jesús Hernández Cruz, conocida como «La Tere» o «Mamá Tere» es una seí±ora que actualmente vive en la colonia Villa Allende, (vecina del colega periodista asesinado Gregorio Jiménez), quien de acuerdo con los familiares del comunicador al momento del plagio, cuando sujetos encapuchados metieron a Goyo en la camioneta a punta de golpes, reí­a a carcajadas.

De acuerdo con el portal blogexpediente.mx la mujer, dueí±a de los bares El Palmar y El Mamey, se dedicaba a la prostitución de mujeres centroamericanas y como escondite de ilegales. http://www.blog.expediente.mx/nota.php?nId=5319

También en la zona, saben que esos bares son puntos de venta de droga, «picaderos» como se les conoce.

«…Sergio Servando Montalvo, el soldado, regresó a Coatzacoalcos, volvió a Allende a encontrar el amor que encontró en la hija de «Mama Tere», y al que nunca renunció, ya no como parte del Ejército Mexicano, como elemento municipal (inspector de la Policí­a Municipal de Hueyapan de Ocampo, en el periodo de Gaspar Gómez Jiménez) volvió, según él, como un integrante de la delincuencia organizada, y si su suegra, antes se sentí­a protegida, ahora, era peor, tení­a el campo libre: toda la disposición para cometer actos delictivos en el bar «El Palmar», actos que el reportero «Goyo» Jiménez, narraba en sus notas informativas, para los medios La Red y Notisur, para los que trabajaba», relata en una crónica el medio www.blog.expediente.mx

GERARDO CONTRERAS, «EL GOTZI»

Gerardo Contreras Hernández, el último de los seis detenidos por su presunta participación en el secuestro y asesinato de Gregorio «Goyo» Jiménez de la Cruz, ya habí­a sido detenido en abril del 2012 por formar parte de una célula de Los Zetas en el sur de Veracruz. http://www.proceso.com.mx/?p=364796

De 19 aí±os, el indiciado fue acusado hace dos aí±os de la tortura y muerte de cuatro marinos, cuyos cuerpos mutilados fueron encontrados en la carretera Actopan-Xalapa, de acuerdo con información difundida por El Diario de Acayucan.

El rotativo recuerda incluso que el nombre de Gerardo fue boletinado por el propio gobierno estatal.

«Pudo haber sido detenido en el 2012 junto con el Jefe de sicarios de Los Zetas, Marcos Jesús Hernández Rodrí­guez, alias ‘El Chilango’. Con ellos, también fue consignado Romero Domí­nguez Vélez, ‘El Chaparro’, quien entonces fungí­a como jefe de plaza de Coatzacoalcos donde se edita Liberal del Sur para el que trabajaba «Goyo» Jiménez y cabecera municipal a la que pertenece la congregación de Allende, donde viví­a nuestro compaí±ero».

En el caso especí­fico de Romero Domí­nguez «El Chaparro», el diario Milenio pública una nota en la que refiere que al jefe de plaza de Coatzacoalcos le encontraron en su teléfono celular fotografí­as y videos que exhiben su gusto por morder los dedos «desmembrados» y por torturar y decapitar a sus ví­ctimas.

JOSí‰ LUIS MíRQUEZ, «EL PONY»

En el caso de José Luis Márquez Hernández, alí­as «El Pony» de 20 aí±os y originario de Agua Dulce, ya habí­a sido detenido en septiembre del 2013 por elementos de la Policí­a Naval de Villa Allende por robo armado y con violencia de varios vehí­culos.

A Márquez Hernández le encontraron el 27 de septiembre de ese aí±o un Jetta 2012, con reporte de robo, según consignó un boletí­n de la Policí­a Naval.

En su reciente declaración ministerial, el presunto lí­der de una banda dedicada al secuestro, seí±aló a Teresa de Jesús y a su yerno «El Pelón» (Sergio Servando Quiroz) como la mujer que ordenó el levantón y asesinato del periodista Gregorio Jiménez de la Cruz, luego de que éste publicara una nota en relación con el bar denominado «El Palmar» del cual Teresa de Jesús es propietaria.

«…Por lo que, acompaí±ado de Santos González Santiago, «El Many»; Juan Manuel Rodrí­guez Hernández, «El Jumanji», conductor del taxi; Gerardo Contreras Hernández, «El Gotzi» y Jesús Antonio Pérez Herrera «La Yegua», llegaron al domicilio del comunicador y a punta de pistola se lo llevaron rumbo a Las Choapas, a la casa de «El Many».

«Dijo que después de darle una calentadita, lo llevaron a un paraje desolado y ahí­ empezaron a cavar la fosa, y ahí­ un sujeto apodado «El Choco» —quien al momento se encuentra prófugo-, cumplió la orden de Teresa y le cortó el cuello al periodista que murió desangrado entre gritos, para después cortarle la cabeza. Todo esto el mismo dí­a del levantón (aunque anteriormente dijeron que fue un dí­a después). Junto con todos los detenidos, lo enterraron en el mismo predio donde se encontraban los restos mortales de «El Bemba» y «El Cometierra», (Ernesto Ruiz Guillén, lí­der de la CTM en la zona de Villa Allende, Coatzacoalcos) http://www.imagendelgolfo.com.mx/resumen.php?id=40989731

JUAN MANUEL RODRíGUEZ, «EL JUMANJI»

Juan Manuel Rodrí­guez Hernández, es el conductor del taxi, número 64 de Las Choapas, quien realizaba trabajos de vigilancia en las inmediaciones de la casa de seguridad que tení­an en la colonia J. Marí­a Rosado y otra en el lugar conocido como «El Manguito», donde en ocasiones hací­an escala antes de llegar a Las Choapas. Era el encargado de llevarles comida, refrescos y demás provisiones que necesitaran.

LOS OTROZ

Gerardo Contreras Hernández, «El Gotzy» tiene también antecedentes penales en los fueros común y federal. Mientras que Santos González Santiago, «El Many» y Jesús Antonio Pérez Herrera, «La Yegua», parte de la banda, también son responsables del secuestro y homicidio del periodista, así­ como de la desaparición y muerte de Ernesto Ruiz Guillén y de una persona más cuya identidad aún se desconoce.

GOYO Y LA FE

A pesar de todo el horror que relataba en sus notas y que viví­a en la colonia Villa Allende, la delincuencia, la prostitución, las drogas, tení­a mucha fe.

«Es triste ver tanta pasión desbordada, de manera inútil pues por la polí­tica no vale la pena, ojalá así­ nos uniéramos para hacer cosas positivas. El paí­s serí­a otro, unámonos por ser ciudadanos mejores», escribió en su muro de Facebook un 15 de junio del 2012.

Eso, Goyo ya no lo alcanzó a vivir, pero su ausencia logró la solidaridad de un gremio disperso, que se sacudió el miedo y que conoció el poder de la unidad.

Graciela Machuca

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