La ostentosa desnudez de Pita Amor

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Guadalupe Amor, la famosa poeta mexicana de los aí±os cincuenta, fue una mujer de contrastes. Su talante ante la vida podrí­a definirse de una desnudez ostentosa. No solo por las innumerables ocasiones en las que exhibió sus pechos, sino también por sus versos. La poetisa, más conocida como Pita Amor, solí­a cubrir su cuerpo con elegantes joyas, pero disfrutaba vistiendo con ropa de gasa transparente o dejando caer sus vestidos sin que le importara quién la viera. Por la parte literaria, sus sonetos fueron definidos como perfectos en su forma, y en ellos esta mexicana nacida en 1918, también consiguió expresarse sin tapujos.

Eduardo Sepúlveda Amor, sobrino de la poeta, presentó el miércoles de la semana pasada en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México el documental Pita Amor Seí±ora de la Tinta Americana, realizado en coproducción con TV UNAM. A través de variadas entrevistas entre amigos, artistas, familiares y crí­ticos, la cinta resalta la obra poética de Amor sin ocultar su tan peculiar y única personalidad. Nació en el seno de una familia conservadora, católica y porfirista, fue la última de siete hermanos y desde chica mostró su carácter caprichoso y vanidoso. ”Yo de nií±a fui graciosa, de adolescente llorona, en mi juventud cabrona y en mi verano impetuosa», recitarí­a la poeta aí±os más tarde.

Pita Amor desafió a las costumbres de su época. Su vida amorosa fue ”intensa y variada», fue madre soltera, protagonista de varios escándalos y plasmó en sus versos sus dudas sobre Dios y angustias existenciales. Posó desnuda para los grandes pintores como Diego Rivera o Antonio Peláez. Hoy, es considerada una precursora de la liberación sexual femenina. Su vocación poética surgió por casualidad. De joven buscó el éxito en el cine y teatro, pero en ninguno destacó. Un dí­a a los 27 aí±os, según cuenta la propia poeta en un ví­deo que rescata el documental, en una servilleta y con el lápiz con el que se pintaba los ojos escribió: ”Casa redonda tení­a de redonda soledad: el aire que la invadí­a era redonda armoní­a de irrespirable ansiedad…».

Pita fue en los oscuros hasta borrascosa y en los claros, luminosa

Dos aí±os más tarde publicó su primer poemario Yo Soy mi Casa el cual fue aclamado por la élite intelectual. Personajes del calibre de Juan RulfoXavier Villaurrutia, Manuel González Montesinos y su mentor Alfonso Reyes aplaudieron su trabajo. La escritora Elena Poniatowska, sobrina segunda de la poeta, recuerda en el filme de Sepúlveda que sus poemas suscitaron muchas dudas: ”Decí­an que no era posible que una mujer tan frí­vola los hubiera escrito….y es que sus sonetos eran perfectos». Amor aterrizó en lo que serí­a su época dorada. Publicó muchos poemarios más y participó en exitosos recitales. Sin embargo, en 1961 su hijo Manuel, de poco menos de dos aí±os y del que se hací­a cargo una de sus hermanas, murió ahogado. Un trágico accidente que recluyó a la escritora por varios aí±os. En los setenta la poeta volvió a los escaparates de la prensa pero nunca con tanta fuerza como en los aí±os cincuenta.

”No tení­a ningún pelo en la lengua, te decí­a lo que pensaba así­ fuera destructivo o hiriente. Tení­a dos cosas impresionantes además del talento poético: su memoria, nunca se equivocaba al recitar a los poetas que le gustaban que eran sobre todo los clásicos espaí±oles, y lo segunda era su agudeza mental, no dejaba tí­tere sin cabeza», recuerda entre risas el director y productor del documental y quien buscará transformarlo en un largometraje. Michael Schuessler, uno de los biógrafos de Amor, define su poesí­a como autoreflexiva y la compara con el trabajo plástico de la pintora Frida Kahlo. Además, asegura que así­ como ocurrió la época de la Kahlomaní­a ha llegado el momento de la Pitamaní­a.

El documental, según Sepúlveda, busca resaltar la obra de Amor y provocar en el público la curiosidad por leer a la poeta. í‰l la define como un huracán difí­cil de aguantar, pero que, paradójicamente, sus amigos la adoraban: ”Todos tenemos claro-oscuros, y en Pita fueron extremosos, en los oscuros fue hasta borrascosa y en los claros, luminosa. No he conocido a nadie a quien le valiera más madres lo que se pensara de ella», concluye Sepúlveda, quien muestra su alegrí­a porque una nueva escuela pública de Huautla, un pueblo del Estado de Oaxaca, al sur del paí­s, ha decidido nombrar al centro educativo Guadalupe Amor.

La poeta, quien traspasó las fronteras de su paí­s, sobre todo en Espaí±a, murió el 8 de mayo del 2000 sin perder el egocentrismo, vanidad y seguridad que la caracterizaba: ”…Que todo morirá cuando yo muera imposible pensar de otra manera». Al final, amigos y crí­ticos se expresan así­ de la poeta: ”Nunca he conocido persona más surrealista. Personaje único, con una total libertad. Era una especie de emperatriz de México. Un concierto perfecto de pasión, talento e inteligencia. La loca más cuerda que he conocido». Todos coinciden en el remolino, belleza y talento que fue Pita Amor.

FUENTE: EL PAíŒS

Graciela Machuca

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