El atletismo ruso no estará en Rí­o 2016

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El TAS rechaza la petición del Comité Olí­mpico Ruso para evitar el veto a Isinbayeva y otros 67 deportistas

CARLOS ARRIBAS | EL PAíS

El Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) ha sentenciado que no habrá atletas rusos en los Juegos Rí­o y al hacerlo otorga cobertura legal a una exclusión total del deporte ruso en la cita olí­mpica, una de las posibilidades que estudia el Comité Olí­mpico Internacional (COI) para castigar el dopaje de Estado en Rusia.

El organismo presidido por Thomas Bach anunciará la próxima semana una decisión que puede desencadenar, a dos semanas de Rí­o, una de las crisis más graves del movimiento olí­mpico.

Rusia es una de las grandes potencias el atletismo mundial y tení­a preparado un equipo con 68 atletas, liderado por la una de las reinas del atletismo mundial de la última década, la plusmarquista de pértiga Yelena Isinbayeva, doble campeona olí­mpica y triple campeona mundial.

La decisión del TAS, anunciada el jueves al mediodí­a, ha confortado y sorprendido al mundo del deporte. Confortado porque supone que una serie de hechos denunciados en varios informes de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no quedarán sin sanción. Sorprendido, porque para alcanzarla los tres árbitros de la corte suprema deportiva, el italiano Luigi Fumagalli, el norteamericano Jeffrey G. Benz y el británico James Robert Reid, han debido romper, en aras de un bien mayor como la limpieza de las competiciones, con conceptos antes sacrosantos, como la presunción de inocencia y la no retroactividad de los reglamentos.

El 13 de noviembre pasado, viernes, pocos dí­as después de que un primerinforme Pound de la AMA sacara a la luz cómo en connivencia con la IAAF Rusia habí­a logrado que no se sancionaran decenas de positivos, el presidente de la IAAF, Sebastian COE anunció la suspensión inmediata de la federación rusa. Eso significaba que ningún atleta ruso podrí­a participar en ninguna competición organizada fuera de sus fronteras, incluidos grandes mí­tines, Mundiales, Europeos y Juegos Olí­mpicos.

El TAS da valor legal al controvertido artí­culo 22.1ª, un artí­culo propagandí­stico en el fondo

En junio pasado, después de un segundo informe Pound, un informe de la agencia antidopaje británica (UKAD), encargada de controlar a los rusos en Rusia, y los avances del informe McLaren, la IAAF constató que no habí­a avances en la lucha antidopaje, antes al contrario, la irregularidades se multiplicaban, y que ningún atleta ruso que no hubiera sido controlado fuera de Rusia podí­a probar su limpieza. La federación de atletismo rusa seguirí­a suspendida, pero la IAAF permitirí­a participar en Rí­o a aquellos atletas que demostraran que no se habí­an dopado.

En el artí­culo 22.1A del reglamento mundial del atletismo, norma por la que se rigen todas las competiciones, incluida la olí­mpica, Coe dictó la ley de la presunción de culpabilidad, que el COI apoyó y el TAS ha legitimado. Ese artí­culo excepcional seí±ala que podrán participar en competiciones los atletas de una federación suspendida por el mal funcionamiento de sus sistemas de lucha contra el dopaje si ese deportista hubiera residido largo tiempo fuera de Rusia y sus muestras, por lo tanto, no se hubieran analizado en el tramposo laboratorio de Moscú. Estos atletas que cumplieran los requisitos, de todas maneras, competirí­an como ”atletas neutrales», sin derecho a bandera ni a himno, representándose a sí­ mismos. También se admitirí­a a tí­tulo individual a aquellos atletas que hubieran denunciado el sistema, un párrafo unipersonal redactado para premiar a la ochocentista Yulia Stepanova, quien castigada por dopaje habí­a hablado para acusar a los responsables.

El atletismo ruso no estará en Rí­o 2016

Después de examinar las peticiones de inscripción de los atletas rusos para Rí­o, la IAAF solo aprobó la de la saltadora de longitud Daria Klishina, que lleva aí±os residiendo en Estados Unidos. Los demás, apoyados por su comité olí­mpico, que también se personó, recurrieron al TAS pidiendo en primer lugar participar bajo la bandera rusa o, en su defecto, como atletas neutrales. Su principal argumento fue que ninguno estaba suspendido por dopaje y que todos se habí­an sometido a los reglamentos de la IAAF mientras su federación existí­a y que después han estado a disposición de quien hiciera falta. También subrayaron que no se puede modificar un reglamento un 17 de junio y darle carácter retroactivo, pues nadie podí­a antes seguir unas normas que no existí­an.

Al no admitir su demanda, el TAS da valor legal al controvertido artí­culo 22.1ª, un artí­culo propagandí­stico en el fondo, no sin tener que hacer de tripas corazón sus árbitros, tal como se refleja en uno de los párrafos, en el que muestran ”su preocupación por la inmediata entrada en vigor con carácter retroactivo de tal regla, aplicada desde el 17 de junio de 2016 para proporcionar criterios que permitieran competir a atletas de federaciones nacionales suspendidas. Tal regla describe criterios basados en una larga actividad previa a su entrada en vigor y, en la práctica, no ofrece a los atletas que reclaman ninguna posibilidad de poder cumplirlas»

El lunes pasado, justo en ví­speras de la vista en la sede del TAS en Lausana del caso ruso, el informe McLaren aí±adí­a más detalles a la corrupción de la lucha contra el dopaje en Rusia, que habí­a permitido que se dieran como negativos 377 positivos de deportistas rusos de al menos 20 deportes olí­mpicos de verano, no solo atletas. Tras su publicación la AMA, un organismo financiado al 50% por el COI y presidido por uno de sus miembros, el británico Craig Reedie, pidió la inmediata exclusión de Rusia de los Juegos de Rí­o.

Graciela Machuca

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