INSTIGADO POR GARCIA LUNA, EL PAN NUESTRO CON FELIPE CALDERON ERA ENCARCELAR Y DESAPARECER GENTE INOCENTE: GRAL TOMÀS ANGELES DAUAHARE

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*.- En México se reparte miseria en lugar de impartirse justicia.

«‹»‹»‹»‹»‹»‹»‹»‹ Por Edmundo Cázarez C.

”Aunque duela reconocerlo, la sociedad se ha deshumanizado, nos hemos encerrado en nuestro microcosmos y se han perdido muchos valores. Nos han convertido en rehenes de nosotros mismos, nos han subordinado a la tecnologí­a y nos han desprendido de nuestras raí­ces, y en México, se reparte miseria en lugar de impartirse justicia», seí±aló en entrevista exclusiva con. CxUGlobal, el General de División, Diplomado de Estado Mayor en calidad de retiro, Tomás íngeles Dauahare.

De frustrado ingeniero mecánico a destacado militar. El general de división y ex agregado militar en Estados Unidos y ex subsecretario de la Defensa Nacional, enfatiza que en nuestro paí­s los militares no hacen polí­tica. Reconoce que los mexicanos tenemos un ejército a la altura de las circunstancias. Asimismo, lamenta que los sueldos de los militares jamás han sido generosos sino que gracias a las compensaciones es como logran sobrevivir.

El también ex director general del Heroico Colegio Militar, ”su alma mater», accede relatarnos cómo fue que el expresidente Felipe Calderón ordenó su arbitraria e injustificada detención imputándole delitos inexistentes que lo manutuvieron recluido en el penal de alta seguridad de Almoloya. Con lágrimas en los ojos al recordar lo sucedido nos narra: ”El presidente Felipe Calderón, siendo subsecretario de la Defensa Nacional me invitó a platicar con él en Los Pinos, me preguntó si Genaro Garcí­a Luna andaba en malos pasos y le dije: ”Sí­ seí±or presidente, no lo puedo evitar pero es mi verdad y por ello ordenó mi detención».

A sus 78 aí±os de edad, reitera que lo que vivido no se lo desea ni a su peor enemigo ”Agentes de la policí­a federal enviados por Genaro Garcí­a Luna saquearon mi casa así­ como las de mis hermanas y familiares, se llevaron documentos, archivos y destruyeron todo lo que pudieron sembrando el terror en mi familia y amigos»

Amable, fino en su trato, educado y pulcro en el vestir, acepta ser entrevistado en el interior de un restaurante en la ciudad de Cuernavaca y sin poner objeción alguna para la realización de la entrevista, acompaí±ado por uno de sus nietos y un abogado. Al cuestionarle cómo pasó la primera noche dentro del penal de alta seguridad de Almoloya por esa arbitraria, injustificada y reprobable detención, sus ojos se llenaron de lágrimas, yo no daba crédito ver llorar a un distinguido militar de ese nivel.
-¿Cómo le va en la vida?
-Afortunadamente, ya me va bien y hasta duermo tranquilo
-¿De nií±o jugaba a los soldaditos de plomo y por eso decidió ser militar?
-Caray, ¿acaso usted es adivino? Siempre quise ser militar, además, también jugué a los soldaditos.
-¿A lo mero macho, quiso ser militar por vocación o por ser nieto del ilustre General Felipe íngeles?
-A esa edad no se pensaba tanto en cuestiones del linaje sino una auténtica vocación.
-¿Bueno, sin que se me enoje, platí­queme qué recuerdos tiene de esa nií±ez?
-Una nií±ez, muy feliz como todos los nií±os de mi época, en donde la calle era nuestro patio de juego.
-¿A que jugaba?
-A la roí±a, a los encantados, al trompo, a las canicas, al tacón, al burro 16 y me atrevo a decir que fue una nií±ez sumamente feliz.
-¿Tomás íngeles, un nií±o aplicado, medio burrito o del montón?
-Ja,ja,ja, creo que era un nií±o del montón y tirándole a burrito
-¿Totalmente acostumbrado a que la letra con sangre entra?
-En buena medida si, era el método de enseí±anza de antes y lo aceptaba tal cual.
-¿No obstante los recios castigos?
-Pues no me quedaba otra.
-¿Cuántos eran en su familia?
-Fuimos seis hermanos, me tocó ocupar el segundo lugar, por cierto, el único varón entre cinco hermanas.
-¿Bendito entre las mujeres?
-Hasta la fecha. Tuve tres hijas y también tres nietas, así­ es que soy muy bendecido.
-¿Al ser el único varón en casa, los reyes magos, fueron generosos o unos manchaditos?
-No, manchaditos nunca lo fueron, al contario, eran muy modestos.
-¿Cuál era su juguete favorito?
-Las pistolas y los soldaditos, pero lo que me dieran era suficiente, dado que mi papá también fue militar, aquí­ debo recalcar que los sueldos de los militares nunca han sido generosos y mucho menos en aquellas épocas.
-¿Cuál fue el juguete que nunca le trajeron por más que lo pedí­a?
-Fí­jate Edmundo, que nunca fui exigente, siempre lo dejé a la elección de los reyes magos
-¿De verdad, los sueldos de los militares son de dar risa?
-Pues no de risa, pero lo que les ayuda mucho son los llamados ”niveles» o la compensación garantizada, eso es lo que les ayuda mucho hoy en dí­a para sobrevivir.
-¿Cómo veí­a al México de ése entonces?
-Aí±oro mucho a ése México. Nací­ en la Ciudad de México, ésa bendita y hermosa ciudad y hasta me convertí­ en un aferrado paseador.
-¿En qué colonia nació?
-Soy nativo de la famosa Santa Julia de la colonia Anáhuac, pero a temprana edad mis padres se mudaron a la colonia Argentina en donde permanecí­ hasta que ingresé al Heroico Colegio Militar, no obstante, mis padres siguieron viviendo ahí­ hasta que se fueron a vivir a Izcalli, en el Estado de México.
-¿Con qué promedio termina la primaria?
-Ja,ja,ja,ja, vaya preguntas que me lanzas intempestivamente. ¿Quieres que me ”queme» con mi nieto, aquí­ presente? Ja,ja,ja. Creo que con un siete…¡¡Vaya en que predicamentos me pones!! Ahora ¿cómo demonios le voy a exigir?
-¿Le ayudaban con las tareas?
-Mi mamá me ayudaba mucho con las tareas, ella era mi maestra dado que mi papá como militar siempre ausente de la casa.
-¿Escuchaba la radio al no existir la televisión?
-Mi mamá tení­a un pequeí±ito radio de bulbos.
-¿Qué música escuchaba?
-Siempre escuché y sigo escuchando la música mexicana y ranchera pero también la de Agustí­n Lara.
-¿En dónde curda la secundaria?
-Estuve en la escuela secundaria número 15 que se encuentra frente al Colegio Militar de Popotla, sobre la calzada México Tacuba y después me cambié a la secundaria número 4, que se encuentra en la Ribera de San Cosme.
-¿Cuál fue la materia ”coco»?
-Las matemáticas, en primero y segundo era un dolor de cabeza para mí­, pero en tercer aí±o saqué 10 de promedio, le empecé a tomar carií±o a las matemáticas.
-¿En su mente seguí­a muy claro el deseo de ser militar?
-Era un chamaco que no me perdí­a las ceremonias de graduación de los cadetes cuando el Colegio Militar estaba en Popotla, ni los festejos del 13 de septiembre cuando se iban marchando desde Popotla hasta el Monumentos a los Nií±os Héroes en Chapultepec, caminaba desde la banqueta y al lado de los cadetes
-¿Un puberto tremendo con las nií±as?
-Ja,ja,ja. Siempre he comentado con mis hijos y nietos que fui muy tonto para conquistar a las muchachas.
-¿Muy tí­mido?
-No sé si tí­mido, recuerdo que en la secundaria tuve una noviecita que nadie olvidamos, y la segunda, es quien ahora es mi mujer. Sin embargo, me enteraba por mis hermanas, que le llamaba la atención a sus amigas y decí­an que era demasiado serio y hasta soberbio.
-¿Ya estaba listo para ingresar al Colegio Militar?
-Mi papá no me dio el permiso para entrar al Colegio Militar en 1958.
-¿No alcanzaba el promedio que exigí­an para ingresar?
-Debo confesar que repetí­ segundo de secundaria por burro!!
-¿Lo acepta tal cual?
-Pues sí­, no hay de otra, además era muy distraí­do.
-¿Se iba de pinta?
-Solamente una vez cuando estaba en la secundaria nos fuimos de pinta al cine.
-¿A ver pelí­culas porno?
.Ja,ja,ja, en ese tiempo no existí­a ese tipo de cine.
-¿Qué pelí­culas iba a ver?
-Nos í­bamos de pinta al cine Opera a ver la pelí­cula sobre el Bismarck, pero estando ya en el cine me remordió la conciencia y ya no lo volví­ hacer.
-¿»Matadito» con las tareas?
-Así­ que digamos dedicado o ”matadito», la verdad es que no, no fue así­
-¿Qué otra opción tení­a para estudiar aparte del Colegio Militar?
-Me gustaba mucho la ingenierí­a, de hecho, cuando terminé la secundaria ingresé al Instituto Politécnico Nacional con el propósito de estudiar Ingenierí­a mecánica y estando ahí­, me di cuenta que eso no era lo mí­o.
-¿Pero si su papá no le habí­a dado permiso para ingresar al Colegio Militar, cómo se las ingenió?
-Junto con otro amigo que se habí­a venido de su pueblo para ingresar al Colegio Militar nos animamos.
-¿Y Cómo le iba hacer si su papá le habí­a dicho que no?
-Preparé toda mi documentación y redacté un permiso, que en ese entonces otorgaban los padres para que sus hijos pudieran ingresaran al Colegio Militar, cediendo la patria potestad al Estado.
-¿Una tarea difí­cil de lograr con su papá?
-Cuando le presente el documento que habí­a redactado, mi papá hizo el berrinche de su vida pero al final de cuentas lo firmó, ni tardo ni perezoso los llevé al Colegio Militar y me citaron a los exámenes de admisión y los aprobé!!!
-¿Por fin lograba su sueí±o?
-No!!, aún no estaba dentro del Colegio Militar, todaví­a faltaba la autorización de la Secretarí­a de Hacienda y aprobara la erogación, sin embargo, desde el momento en que pasamos los exámenes fuimos aceptados, es decir, todaví­a no causábamos ”alta» ni pasábamos por ”cajas», pero í­bamos al Colegio Militar desde las 8 de la maí±ana a 4 de la tarde recibiendo academias.
-¿Qué sintió el primer dí­a como alumno del Colegio Militar?
-Esa emoción y alegrí­a la sentí­ en el momento en que fui a entregar mi documentación, cuando pasé frente a un busto de uno de los Nií±os Héroes (Juan de la Barrera), sentí­ una vibración especial.
-¿De verdad, es usted un ser insensible?
-Eso me lo han dicho muchas personas, inclusive, una amiga escritora empeí±ada en escribir mis memorias, dice que soy un ser sumamente frio y el más difí­cil para abrir su corazón.
-¿A lo mero macho, no le gusta hablar de usted?
-Yo no sé qué es lo que tenga usted, pero está logrando hacerme hablar, lo que muchos y muchas no lo han podido hacer.
-¿Abusa de ser modesto?
-Es que no tengo nada de que presumir, no obstante algunos reconocimientos que he recibido, no sé si me los han dado por ser demasiados generosos, hasta un ”Micrófono de Oro» me dieron cuando ni locutor soy, quizás, soy muy hablador.
-¿Siendo cadete del Heroico Colegio Militar, cómo logró superar la separación familiar?
-Mi mamá tení­a una tortillerí­a y le ayudaba acarreando, todos los dí­as, dos botes de petróleo, al paso del tiempo, al comal se le acumulaba una capa de carbón y se tapaban las mangueras y me encargaba en desarmar todo y hacer limpieza. Me dolió mucho no ayudarle ya a mi mamá.
-¿Cuáles secretos le esperaban en su estancia como cadete?
-Ninguno, ya estaba acostumbrado a baí±arme con agua frí­a a las 5 de la maí±ana, por cierto, quedé encuadrado en la primera compaí±í­a, la de los más altos de estatura.
-¿De los forros y fornidos?
-Ja,ja,ja, veo que conoce el léxico militar, pero estando en tercer aí±o, ya era de los más chaparros, a las nuevas generaciones parece que les dan de comer ligas, se crecen demasiado.
-¿Siendo cadete, alguna vez pensó llegar a ser el Director General?
-Se queda pensativo, suspira profundamente, le da un sorbo al café que le sirvieron previamente, nos observa detenidamente y exclama-: ”Siempre quise y era mi propósito ascender cuando me tocaba ir a concursar en mis promociones, siempre me preparé a conciencia y creo que lo logr黝
-¿Cuántas boletas de arresto recibió en el Colegio Militar?
-Solamente una…
-¿Reprobó alguna materia?
-No, sino que fue por cuestión de una novatada que mis compaí±eros le aplicaron a un muchacho de nuevo ingreso y como yo era el cadete más antiguo que estaba cerca del lugar de los hechos, al llegar un oficial, me hizo responsable de lo que le habí­an hecho al cadete de nuevo ingreso.
-¿En qué consistió el castigo?
-Una boleta de 80 puntos de demérito, equivalente a dos fines de semana sin salir ”franco», es decir, poder ir a mi casa.
-¿En esa época también alquilaban los cadetes para los XV Aí±os?
-Ja,ja,ja, a usted no se le va una. ¿De casualidad usted no fue cadete o militar? Sí­, la verdad es que sí­…
-¿Usted cuanta veces fue ”chambelán»?
-Alguna vez me tocó, pero no nos alquilaban como usted lo menciona. Ja,ja,ja, me gusta su forma de llevar la entrevista, nos invitaban a los quince aí±os y pues era como un ”relax» al encierro.
-¿Era bueno para el danzón, el mambo y el rock?
-No que va, soy un bulto de cemento para bailar.
-¿Las nií±as caí­an al tener cerca un cadete con uniforme de gala?
-Pues sí­, pero yo no me daba cuenta
-¿Cuál era su sueí±o, llegar a ser Secretario de la Defensa Nacional?
-Uff, vaya pregunta… -Momento que aprovecha de manera inteligente para solicitar amablemente al mesero le cambiaran su café que estaba frio y prosigue- ”Mis sueí±os eran irme a la Escuela Superior de Guerra, ser Agregado Militar en Estados Unidos o ser comandante de alguna Unidad o Zona Militar
-¿Al graduarse como oficial, cuáles eran sus metas a corto y largo plazo?
-Mi meta inmediata era ascender a Teniente. La meta a largo plazo, era no casarme tan pronto sino hasta llegar a ser capitán.
-¿Recuerda algunos de sus compaí±eros que hayan destacado en la milicia?
-Por respeto a ellos, me reservo sus nombres, no sé si les guste que los cite en una entrevista de prensa, pero hay varios muy brillantes.
-¿Cuál fue su primera comisión como oficial del Ejército Mexicano?
-Al XXVI Batallón de Infanterí­a con sede en Puebla, causamos alta cinco oficiales y nos pusimos de acuerdo para llegar juntos y al final de cuentas llegamos cada quien como pudo.
-¿Temeroso de enfrentarse con el México real y no la teorí­a aprendida en las aulas del Heroico Colegio Militar?
-No temeroso pero sí­ alerta y ver qué es lo que nos deparaba el destino en esta primera comisión.
-¿Un México violento como el actual?
-No, para nada, era un México hermoso, tranquilo y solidario. Cuando estuve en el Colegio Miliar, la inmensa mayorí­a de cadetes son provincianos, habí­a y hay una gran hermandad entre los muchachos
-¿Se han perdido los valores?
-Aunque duela reconocerlo, la sociedad se ha deshumanizado. Nos hemos encerrado en nuestro microcosmos y se han perdido muchos valores.
-¿Nos hemos convertido en rehenes de nosotros mismos?
-Mmm… Sí­ y no.
-¿Por qué si y no?
-Porque nos han convertido en rehenes de nosotros mismos. Nos han subordinado a la tecnologí­a. Nos han desprendido de nuestras raí­ces.
-¿Rechazamos nuestro histórico pasado?
-La historia y geografí­a de México la estudiábamos mucho desde la primaria, secundaria y preparatoria. Actualmente, es lo que menos importa. Repito, nos han desprendido de lo que es nuestro. Es triste ver que nuestros nií±os y jóvenes desconocen por completo quienes fueron Miguel Hidalgo, José Marí­a Morelos, Ignacio Allende, etcétera, pero todo esto, fue deliberado por intereses trasnacionales.
-¿Demostramos ser mexicanos nada más cuando nos conviene?
-Se ha diluido mucho ese amor verdadero a nuestras fiestas cí­vicas o religiosas, ahora, son un negocio redondo y se perdió ese fervor nacional.
-¿Ser mexicano significa ser naco o cursi?
-No, no y no, de ninguna manera!!. Tenemos una idea muy errónea de nuestra gente autóctona y que desafortunadamente llamamos ”indí­genas». Ellos, son la raza más pura. Son nada más ni nada menos quienes aún mantienen nuestra esencia en valores y virtudes. Con el respeto que me merecen, hay quienes en casa las escogen para realizar labores del hogar, la gente más humilde y son las más honradas y leales.
-¿Por qué se han perdido esos valores?
-Nos han despojado de esos valores, quieren unificar a toda la humanidad, que tenga una sola lengua, una sola religión y un gobierno único en aras de unos cuantos poderosos.
-¿No tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre?
-Pues en este caso, ni siquiera quien lo hace compadre.
-¿Seguimos siendo un paí­s de agachados?
-Vaya pregunta. Hemos perdido… Yo no dirí­a un paí­s de agachados… Uff, los intereses se han tornado tan poderosos que han reprimido todo. ¿Qué quiero decir con esto?, todo aquel que despunta como un luchador social, como un lí­der, a todos, los mediatizan, los hacen a un lado y los asesinan.
-Siendo un militar de alto nivel ¿Cómo le hizo para no perder el piso?
-Yo no creo ser más que nadie y ni menos que nadie.
-¿El poder los hace perder la realidad y la cabeza?
-No hay nada más que tener el ”don» de la ubicación.
-¿A lo mero macho, en el ejército hay más generales que tropa?
-No es lo mismo el subteniente o teniente en un batallón que el mismo teniente en una escuela de formación en donde se tiene que ser demasiado exigente y drástico. Así­ viví­ y así­ me desempeí±é.
-¿La vida en los cuarteles es más relajada?
-En los cuarteles la relación varí­a y se adapta uno a esa situación. Los oficiales necesitan tener una comunicación más estrecha con la tropa.
-¿Por qué se dice que los militares son gorilas vestidos de verde?
-Es una idea errónea e importada de los paí­ses de América del Sur y muy mal aplicada en México.
-¿Tenemos un ejército subordinado o sumiso a una orden presidencial?
-Vaya, que pregunta tan fuerte. Tenemos un ejército a la altura de las circunstancias. Un ejército que debe responder a una sola persona: el presidente de la República, en el entendido que es la persona que los mexicanos escogieron para ser su dirigente y comandante supremo de las fuerzas armadas.
-¿Los militares no hacen polí­tica?
-En México, los militares no hacemos polí­tica.
-¿No existe la polí­tica militar?
-La polí­tica militar la hace el jefe de estado y es quien decide qué empleo le dará a las fuerzas armadas.
-¿Si ese jefe supremo de las fuerzas armadas da una orden equivocada, los militares la acatan de rodillas?
-¡¡Que duro es usted!! No sé de algún presidente de la República que haya dado una orden equivocada a las fuerzas armadas. Quizás, haya dado instrucciones equivocadas a otras instituciones financieras, administrativas o sociales, tal vez, pero no veo que haya dado una orden equivocada a las fuerzas armadas.
-¿Tenemos el ejército que merecemos?
-No obstante que soy un militar en calidad de retiro, yo dirí­a que sí­. Es un ejército que responde a quien nos manda, pero también, responde a quienes servimos y de donde provenimos.
-General, con el respeto que me merece ¿Tenemos un ejército de juguete con tanquecitos del aí±os de la canica?
-Tenemos el ejército que el paí­s requiere. No somos un paí­s imperialista que tiene una economí­a muy fuerte y poderosa que le permita tener ejércitos poderosos y costosos
-¿Un ejército resulta muy costoso para la economí­a nacional?
-Los ejércitos son muy costosos. El equipo de las armadas resultan muy costosos, portaviones, submarinos, barcos, son sumamente costosos, así­ como la fuerza aérea es muy costosa con aviones que valen una fortuna.
-¿En nuestras Fuerzas Armadas estamos en paí±ales todaví­a?
-México no tiene el potencial económico para sostener un ejército de esos. ¿Se quiere un ejército a cambio de la ausencia de escuelas, hospitales, caminos, presas?
-¿Independientemente que México sea un paí­s pacifista por naturaleza, en caso de un conflicto armado mundial nos defenderemos con resorteras?
-En México, históricamente hemos sufrido agresiones e invasiones y no por eso contemplamos más guerras. De darse una situación como la que me plantea, defenderemos nuestro territorio haciendo uso de todos nuestros recursos.
-¿Qué sintió ser Director General del Heroico Colegio Militar, su alma meter?
-Una satisfacción muy grande, dirigir a dos mil 446 cadetes y tener a esas inteligencias en las manos de uno, uff, fue una responsabilidad enorme porque era ver hacia donde encausar a jóvenes llenos de vitalidad e inteligencia.
-¿En los planteles de educación militar se respetan los valores?
-Esa fue una de las principales tareas y encomiendas del alto mando, al grado tal que le propuse al entonces Director General de Educación Militar para que en todos los planteles de educación militar se llevaran a cabo simposios para Educar los Valores.
-¿Cuál ha sido el mejor Secretario de la Defensa Nacional que hemos tenido?
-Han habido varios como el general Joaquí­n Amaro, el general Félix Galván López, el general Antonio Riviello Bazán y cómo olvidar a Marcelino Garcí­a Barragán.
-¿A lo mero macho le hubiera gustado ser Secretario de la Defensa Nacional…?
-Sin permitirnos la oportunidad de concluir la pregunta, su tono de voz es más fuerte y clara, con énfasis responde: ”Por supuesto que habí­a la aspiración, era uno de mis objetivos, existí­a la posibilidad pero no se logró…
-¿Por qué no lo dejaron llegar?
-Siendo presidente de la República Felipe Calderón, me invitó a platicar en Los Pinos me pregunta ¿Genaro Garcí­a Luna anda en malos pasos?, le dije: ”Sí­ seí±or presidente, no lo puedo evitar pero es mi verdad».
-¿Se enojó porque le revelaba cosas negativas de su gran amigo?
-Felipe Calderón al escuchar mi verdad, de inmediato se levantó de su escritorio, con voz tajante me exigió que le presentara mi respuesta por escrito, cosa que procedí­ de inmediato, era una orden del entonces jefe supremo de la Fuerzas Armadas.
-¿Qué sintió estar detenido en el penal federal de Almoloya como represalia a lo expuesto ante el presidente de la República?
-Intempestivamente, la voz del destacado militar, se le quiebra, con un nudo en la garganta trata de responder, en sus ojos se asoman un par de lágrimas, mismas que limpia muy discretamente con los dedos de su mano derecha y responde-: ”Estar en esos lugares es una experiencia que, desde luego, dura pero que arroja mucho y aprendí­ mucho»
-¿De verdad se aprende algo en un penal de alta seguridad?
-Aprendí­ a observar y ver quiénes eran los detenidos, cuál era el perfil de cada uno de ellos, la cantidad de gente inocente que ahí­ caí­a, el trato, la conducción y cómo tratan de arrancarle el pudor a uno y cómo convierten a las personas que están adentro en totalmente más antisociales.
-¿Una auténtica ley de la selva?
-En el módulo donde estuve, el Centro de Observación y Clasificación, habí­a orden. Ahí­ permanecí­ durante todo el tiempo en el pasillo 1, celda 7, aunque continuamente nos cambiaban de celdas, pero estábamos totalmente aislados.
-¿Un auténtico calabozo?
-En cada celda habí­a una reja que no se abrí­a para nada, lo que resulta totalmente difí­cil para fugarse de una prisión de este tipo, claro, si es que no hay colusión entre los custodios y autoridades internas.
-¿A usted le pusieron vigilancia especial?
-Al principio si, sobre todo cuando í­bamos a los juzgados
-¿Qué pasaba por su mente la primera noche en calidad de detenido?
-La primera noche la pasé en la SIEDO, estaba totalmente sumergido en la confusión.
-¿Su detención fue arbitraria y con lujo de violencia?
-Yo vení­a de Cuernavaca, al dí­a siguiente tení­a un desayuno con don Javier Olea, el padre de los Olea y con Humberto Hernández Haddad, quien ahora es subsecretario de Turismo. Eran como las siete y media de la noche y al entrar a la unidad habitacional donde tengo un departamento, aquí­ en la Ciudad de México, nos intercepta un auto y se bajan dos oficiales de la policí­a judicial militar.
-¿Lo agredieron?
-No para nada, uno de ellos me dice: ”Mi general, con todo respeto, somos agentes de la policí­a judicial militar y tenemos esta orden de localización y presentación en la SIEDO».
-¿Usted puso resistencia a ser detenido?
-No, les digo que adelante. Me bajan del vehí­culo donde yo vení­a y me suben al auto donde ellos viajaban.
-¿Le permitieron hacer alguna llamada en esos momentos?
-Sí­, me dijeron que podí­a hacer todas las llamadas que pudiera y quisiera.
-¿Para quién fue esa primera llamada?
-Para mi esposa, después a un abogado y la tercera fue a Humberto Hernández Haddad para ofrecer disculpas dado que ya no podrí­a estar con ellos en el desayuno por lo que me acababa de suceder. Eso fue todo.
-¿A lo mero macho, lo trataron con respeto?
-Sí­, con mucho respeto. Me llevan primero con el médico de la policí­a militar para una revisión y de ahí­ a la SIEDO.
-¿Le hicieron saber cuáles eran los cargos que le imputaban?
-No, pero yo sabí­a perfectamente de dónde vení­a todo y porque vení­a. Esa misma noche el Ministerio Público dio lectura a una sarta de babosadas.
-¿Algo que usted ni siquiera habí­a declarado?
-Obviamente negué todo y pensé hacia dentro de mí­… ¡¡Esto es tan absurdo que no va a costar más trabajo, pensé de inmediato que todo se arreglarí­a cuando concluyera la administración de Felipe Calderón y así­ fue!!
-¿De qué lo acusaban?
-Me acusaban de que Arturo Beltrán Leyva me daba cinco millones de dólares por conocerme, que supuestamente en el estacionamiento de Perisur me habí­a reunido con el ”Azul», y que además era mi compadre y que me llevarí­a a una casa del Pedregal para encontrarnos con Arturo Beltrán Leyva.
-¿Eso era todo?
-¡¡No!!, sino que también me dijeron que Edgar Valdéz ”La Barbie», me iba a dar 50 mil dólares mensuales y que yo era amigo de ”El Chapo» y del Mayo Sambada. Caray!!, entonces yo era el bueno, ”el capo de capos».
-¿La furia presidencial se desató por haber tenido el valor de descubrir a Garcí­a Luna?
-Estando en el arraigo averigí¼é, a través de un amigo, que habí­a participado en un evento académico organizado por la Fundación Colosio en San Luis Potosí­, en donde se trataba de diseí±ar lí­neas de acción para combatir el narcotráfico, dí­ mi opinión y fue algo que hizo mucho ruido, no les gustó pero nada y me dicen que tanto Garcí­a Luna como Galván Galván, le dijeron al presidente que yo era un peligro para ellos.
-¿Un pretexto más para ordenar su detención y encarcelarlo?
-Así­ es, deciden encarcelarme con la autorización del propio presidente
-¿En que va terminar su asunto, interpondrá demanda contra Felipe Calderón ya que no es presidente?
-Mire Edmundo, entiendo muy bien su pregunta ¿En qué me podrí­a beneficiar decir que Felipe Calderón es un tipo nefasto e inhumano? Quizás, optarí­a y en caso dado, interponer una demanda por el daí±o moral hecho a mi persona.
-¿Serí­a echarle más leí±a al fuego?
-Insisto, ¿Pero demandar por demandar a quién?
-¿Cuenta con abogados que lo asesoren?
-Sí­, quizás, ellos tengan una pelí­cula más clara que yo en el aspecto penal y legal.
-¿Fue una manera de evitar que usted llegara a ser Secretario de la Defensa lastimándole a usted y al ejército?
-No solamente denostó al ejército sino a mí­ en lo personal, a mi familia y también a mis amigos. Usted lo dijo a la perfección, nos lastimó terriblemente a todos
-¿Borrón y cuenta nueva?
-No por supuesto que no y menos de parte mí­a.
-¿Qué es lo que necesita un destacado militar como como usted para exigir justicia por el terrible daí±o que le hicieron?
-Es que no tengo los recursos para estar pagando abogados ni el poder polí­tico, económico y ni de ninguna otra í­ndole para enfrentar eso.
-¿Pero usted tiene a su favor la ley…?
-…Mire Edmundo, desafortunadamente sabemos cómo se maneja todo, y la verdad, ya quiero estar en paz después de todo lo que pasé, ni tampoco tengo ya el humor para estar asistiendo a declaraciones y todo eso
-¿En México, en lugar de impartirse justicia se reparte miseria?
-Sí­, en buena medida sí­. En México en lugar de impartirse justicia se reparte miseria. Es lo que hemos padecido desde la conquista: la injusticia. La justicia en el marco de la seguridad nacional ocupa un espacio muy amplio, y dentro de la justicia social, la penal.
-Cómo agregado militar en Estados Unidos, usted recibió elogiosos comentarios por su desempeí±o por parte del Secretario de la Defensa de ese paí­s ¿Cómo es posible que con el poder presidencial mexicano lo encarcelan así­ porque sí­?
-Ese fue el pan nuestro en ese sexenio y más instigado por el propio Garcí­a Luna que por el propio Felipe Calderón. Ese era el pan nuestro, y así­ como me sucedió a mí­, a quien se les atravesara en el camino o se interpusiera a sus intereses, en el mejor de los casos, lo encerraban, desgraciadamente, la gran mayorí­a no tuvo la suerte de ser encerrados y su final fue desaparecerlos.
-¿Si la Corte de Estados Unidos le solicitara aportar información sobre Garcí­a Luna lo harí­a?
-Claro que ratifico lo que dije sobre él. Desafortunadamente, no tengo las pruebas. Hice un escrito en el que me auxiliaron algunas personas cuando Felipe Calderón me pidió por escrito lo que le habí­a dicho sobre Garcí­a Luna, de ese informe, me quedé con una copia…
-¿Y qué sucedió?
-Se la llevaron cuando saquearon mi casa, me robaron todos mis documentos y computadora…
-¿Se atrevieron a eso…?
-No solamente saquearon mi casa, sino también las casas de mis hermanas y familiares, destruyeron muchí­simas cosas.
-¿Quiénes?
-Agentes de la policí­a federal enviados por Genaro Garcí­a. ¿Ahora me entiende? ¿Cómo voy a emprender una aventura sin pruebas? ¿Qué pruebas y elementos voy a presentar?
-¿Le parece poco la prueba tajante de que estuvo detenido injustamente, qué más necesita?
-Una mecánica para hacer efectivo ese proceso. Dí­game usted ¿Cómo demando y a quién demando?
-¿Se va a quedar con los brazos cruzados?
-Mire Edmundo, soy un hombre de la tercer edad, me siento ya muy cansado. Lo que viví­ no se lo deseo a nadie… ni a mi peor enemigo!!!. Quizás, tendrí­a que platicarlo con mis abogados para que me digan cuál serí­a el camino y cuáles son las posibilidades de éxito.
-¿Cómo ve la impartición de justicia en la actual administración?
-El Presidente López Obrador expresó que me conoce, que soy una persona seria y responsable.
-¿Lo conoce?
.No, nunca he tenido una comunicación estrecha con él, ojalá y la tuviera.
-¿Se ha denigrado la imagen del ejército construyendo aeropuertos?
-No, eso no es verdad. El presidente López Obrador ha recurrido mucho a los ingenieros militares en cuanto a obras…
-¿Cómo simples albaí±iles?
-No, como albaí±iles no, sino como administradores y dirigentes en las obras porque, precisamente es donde se daba la corrupción y la utilización de material de mala calidad. El presidente no tiene a quien más recurrir. Los soldados no están pegando tabiques en Santa Lucia. El General Vallejo está como Director General de la obra, él, a su vez, subcontrató a empresas especializadas en eso.
-¿Simplemente acata una orden presidencial y es disciplinado?
-Está llevando a cabo una tarea con pleno conocimiento, honradez y eficiencia.
-¿Es tan fácil borrar la corrupción en un solo sexenio?
-No y no. Es una cosa estructural. Desafortunadamente, hablábamos hace rato de las virtudes que se perdieron. No nos enseí±an virtudes en las aulas. Recordemos que Luis Echeverrí­a quitó la materia de civismo de las escuelas, cuando muchos piensan que fue Carlos Salinas de Gortari. Desde aquellos aí±os dejamos de recibir educación en valores y virtudes
-¿Cuál ha sido el mejor presidente que ha tenido México?
-Uff, que pregunta tan difí­cil me hace… Bueno, recuerdo con agrado a don Adolfo López Mateos, a don Adolfo Ruiz Cortines, a Gustavo Dí­az Ordaz y el general Lázaro Cárdenas, así­ como a los estadistas Plutarco Elí­as Calles, don Porfirio Dí­az, y por supuesto don Benito Juárez, el primer gran estadista.
-¿José Marí­a Morelos y Pavón hubiera sido un gran presidente?
-indudablemente, un gran estadista e independiente pero las circunstancias truncaron su vida.
-¿Qué opinión le merece el actual presidente?
-Es un lí­der que se está esforzando por transformar a nuestro paí­s, en cuanto a la corrupción y la recuperación del patrimonio nacional.
-¿A lo mero macho, cree usted que pueda con el paquete?
-Le dejaron un paquetazo enorme y está afectando intereses muy poderosos y arraigados en nuestro paí­s. Intereses muy poderosos desde dentro y fuera de México.
-¿Tenemos al presidente que México merece?
-Como í­bamos, í­bamos derechito al precipicio y a la desintegración como nación
-¿Ya cualquiera puede ser presidente de la República?
-Pues no cualquiera. Hemos tenido presidentes brillantes, otros cultos y otros incultos..¿y?
-¿Existe el peligro que se pueda repetir el caso Obregón o Kennedy en México?
-Esa es una posibilidad que existe, la cual espero y deseo no suceda porque está afectando muchí­simos intereses.
-¿Pero si él mismo no quiso la protección del Estado Mayor Presidencial y mejor lo desapareció?
-Pues es su forma de ser y se debe de respetar
-¿Pero ya no es un simple ciudadano Andrés Manuel López Obrador, sino Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y le pertenece al paí­s?
-…-Sin darme la oportunidad de terminar de formular pregunta me dice: ”Pues así­ piensa el presidente, dí­game usted, ¿Que quiere que yo haga»? Estoy seguro que cantidad de personas militares y no militares se lo han dicho una y mil veces y ni así­ entiende.
-¿Pero no está enojado verdad?
-No, pero el presidente es así­.
-¿Fue un simple capricho haber desaparecido el Estado Mayor Presidencial?
-El Estado Mayor Presidencial llegó a un grado en que hubiera sido mejor el cambio de personas.
-¿El cuerpo de seguridad del actual presidente cuenta con la misma logí­stica con la que operaba el EMP?
-El presidente cuenta con el apoyo de un grupo ayudantes militares que planea sus actividades y viajes.
-¿Lo mismo pero con otro nombre?
-Ya no se llama Estado Mayor Presidencial pero con funciones muy parecidas
-¿A que Tomás íngeles prefiere: al ex subsecretario de la Defensa Nacional, al agregado militar en Estados Unidos, al ex director del Heroico Colegio Militar o al hombre?
-Al mexicano que ama a México.
-¿Cómo es el Dios del General Tomás íngeles?
-uff que pregunta…
-¿Los militares también creen en Dios?
-Claro, somos parte del pueblo y somos seres como cualquier persona. Creo en un altí­simo Dios, creo en Jesús su hijo, en la Virgen Marí­a, en los íngeles, en los Arcángeles y todas esas energí­as de luz.
-¿En que no cree?
-En los Papas, no creo en los Cardenales, no creo en los Arzobispos porque no siguen fielmente lo que nos enseí±ó Cristo: la humildad.
-¿Escribirá sus memorias?
-Jamás me habí­an hecho una entrevista como esta y reconozco tu agudeza. Me lo han sugerido mucho pero tocó vivir una etapa muy fea y oscura de nuestro paí­s.
-¿Tiene temor de un atentado?
-Tengo descendientes y estoy seguro que a quienes harí­a alusión, son gentes que ahí­ están, tienen poder económico y polí­tico suficientes.
-¿A que le tiene miedo?
-A nada ni a la muerte y por eso estoy libre
-¿No tiene nada de que arrepentirse?
-Uff, de algunas barbaridades sí­…
-¿Cómo qué?
-Desde hace rato me pregunto: ¿acaso usted es sicólogo? En el ejercicio de la función y en aras de garantizar la tranquilidad y la paz de nuestra sociedad…
-¿Mató a alguien?
-No, yo no soy un asesino. A lo que me refiero, es que fui muy estricto y hasta severo con mis subordinados
-¿General, muchas gracias por su tiempo, desea agregar algo más?
-El agradecido soy yo por platicar con Edmundo y quiero recordarle que la grandeza de un hombre se mide por lo que trae y no por la estatura ni por la edad. Me gustarí­a mucho tener tu estatura y tu IQ mi querido Edmundo.

Graciela Machuca

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