Las mujeres que construyen, a diario, Quintana Roo y no necesitan de murales o que su nombre se escriba con letras de oro

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez 

Avelia Santos Cruz es una mujer maya de 63 años de edad que desde hace muchos años vende sus productos típicos de la región, en el mercado de Felipe Carrillo Puerto, quien con grandes esfuerzos y ejemplo de perseverancia, al lado de su esposo Jorge Cahuich, también de la misma edad, logró sacar adelante a sus tres hijos con estudios de ingeniería: la mayor estudio Química, el que sigue Informática y el menor Alimentos.

Vender en el mercado ha sido sinónimo de marginación y discriminación, porque antes del 2014, Avelia y otras vendedoras que provienen de las comunidades mayas estaba expuesta a las inclemencias del tiempo en un área no apta para ofrecer con dignidad sus mercancías. Las autoridades municipales de ese entonces escucharon sus demandas y les adaptaron un área para que desarrollaran su trabajo en mejores condiciones, siempre discriminadas en la parte posterior del mercado cerca del basurero.

Avelia, ahora que ya logró que su hija y dos hijos terminaran una carrera profesional continuará con la venta de sus productos e insumos de la región, porque la vida sigue y tiene que conseguir para su manutención, al igual que su esposo, quien es campesino y ahora, por segunda ocasión lo nombraron Comisariado Ejidal en su comunidad, por lo que tiene que prestar ese servicio de acuerdo a las normas del ejido.

En una entrevista realizada a Avelia y a Jorge comentaron que las ventas mejoran cuando es quincena, pero en otros días bajan bastante, pero Avelia seguirá viniendo a vender de su comunidad. Cuando su hijo menor estudió en el Instituto Tecnológico de Felipe Carrillo Puerto, ella se vino a vivir a la ciudad, sus otros dos hijos tuvieron que irse a estudiar a Chetumal.

La historia de Avelia es similar a la de miles de mujeres quintanarroenses que este 10 de mayo solo necesitan como celebración un espacio para trabajar, para engrandecer a Quintana Roo.

Avelia es ejemplo de las mujeres mayas que no necesitan murales o que su nombre lo escriban con letras doradas, porque están convencidas que su aporte a Quintana Roo consiste en impulsar a sus hijas e hijos a estudiar, a prepararse cada día más para contribuir, con su trabajo diario al engrandecimiento del estado.

Al recorrer la zona maya se ven ejemplos dignos de reconocimiento, de abuelas, madres, hijas, hermanas, tías, sobrinas, primas, comadres o vecinas, que con decisión y persistencia han sacado adelante a su familia, y con ello a su comunidad y a todo el estado de Quintana Roo, a pesar que la clase política solo se acuerde de ellas en épocas electorales, cuando va a la zona rural a tomarse la foto abrazando a las mujeres ancianas, a las niñas, pero cuando llegan al poder, esas personas que les dieron los votos solo representan un medio para su próximo cargo político.

Así como Avelia, podemos mencionar muchos otros casos, como los de las madres que buscan justicia por los feminicidios de sus hijas o las que con sus propias uñas rascan la tierra y la atención de las autoridades para que les den una esperanza de búsqueda.
De acuerdo a cifras oficial, en 2020, la población en Quintana Roo fue de 1,857,985 habitantes (50.4% hombres y 49.6% mujeres). En comparación a 2010, la población en Quintana Roo creció un 40.2%.

Con estos datos vemos que la participación de las mujeres en la economía estatal es de gran importancia y si a ello le agregamos la inequidad, porque el trabajo doméstico de las mujeres no es valorado ni pagado, sin embargo, mujeres como Avelia tienen que encargarse de llevar dinero a su casa, además, de ser las responsables del cuidado de los hijos y de la administración de la economía familiar.

Desde luego que la realidad de Quintana Roo, la de las mujeres que día a día construyen al país, no le interesa a la gobernadora Mara Lezama, quien ya alcanzó la atención de la clase política y de los medios de comunicación que se editan en la Ciudad de México. Por el momento, tiene la encomienda de cuidar políticamente los 50 mil millones de pesos que dice que el gobierno federal está invirtiendo en Quintana Roo.

Mientras este ocho de mayo, la delincuencia incendió un negocio de carros usados y de desecho en Cancún, como un castigo porque los propietarios no pagaron el llamado derecho de piso, la gobernadora se fue a la pasarela nacional y a dar entrevistas pagadas como la que se transmitió la noche de este lunes con Juan Becerra Acosta, a quien le dijo que en Quintana Roo, “Los pobres estuvieron abandonados por mucho tiempo… ahora el sureste mexicano es volteado a ver por un gobierno federal… “, sin embargo, la pobreza extrema afecta a miles de familias quintanarroenses, las cuales están a merced de la delincuencia, la que cogobierna con la 4T.

Además, de cuidar los intereses políticos y económicos del gobierno federal y de irse a tomar fotos con los directores del INSABI y de la CFE a la Ciudad de México, Mara Lezama debe ponerse a trabajar para crear políticas públicas que reviertan la incidencia en desaparición de personas en Quintana Roo.

De enero a marzo de 2023 se documentaron 289 desapariciones de personas, de las cuales seis de cada 10 personas que fueron reportadas como desaparecidas han sido localizadas. El 82% de ellas lo hicieron con vida, mientras que el resto sólo pudo ser recuperado su cuerpo, la mayoría de las veces con huellas de violencia, de acuerdo al reporte del Despacho de la Dirección General de Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Quintana Roo.

Mientras el Quintana Roo real sigue convulsionando, la gobernadora busca presencia en la escena nacional.

 

Graciela Machuca

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