Militarización y militarismo, la herencia de MORENA para las nuevas generaciones

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Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martínez

Desde que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, informó sobre la participación de militares en la construcción, custodia y administración de obras como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, desde este espacio periodístico hemos expuesto las consecuencias sociales, políticas y económicas de militarizar las instituciones públicas, punto de vista que hemos compartido con diversas organizaciones de la sociedad civil y movimientos políticos que tienen muy claro que apostarle a la militarización es ir camino a la dictadura.

El analista político Eugenio Fernández Vásquez, en su colaboración denominada Razones Verdes entregada a Píe de Página, expone que con la salida de Javier May de Fonatur, el paso al ámbito militar de la empresa estatal que maneja el Tren Maya y el recorrido del presidente de la República por las obras de este proyecto inmobiliario estructurado por un ferrocarril parece haber concluido una etapa de la obra y empieza otra, que todavía está por configurarse.

En este contexto inician también nuevas urgencias y necesidades de luchas, “muy notablemente conseguir que se haga valer la ley, desmilitarizar el proyecto y restaurar lo restaurable tras el desastre provocado, sin contar con la urgencia de impedir nuevas violaciones a la ley e impulsar el desarrollo de iniciativas que mejoren las condiciones de vida locales sin destruir el entorno y el futuro”.

Por su parte, en su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Jorge Andrés Castañeda, fundador de Kairós Consultores, habló sobre lo que se puede esperar del Tren Maya, después que López Obrador supervisó las obras durante el fin de semana, haciendo un recorrido de prueba que duró ocho horas.

Para Jorge Andrés Castañeda uno de los puntos más criticados es el costo del proyecto, pues, según comentó, “vamos en 370 mil millones de pesos y falta mucho por gastar”. El proyecto original planteó una inversión pública de 120 mil millones de pesos.

La nueva administración federal enfrentará problemas fiscales múltiples derivados del sobre costo del Tren Maya y de la Refinería Dos Bocas, no solo por el presupuesto complementario que se le debe invertir para que sean eficientes, sino porque la rentabilidad no tiene una fecha definida, mientras tanto el pueblo seguirá pagando su operación.

Además, el Tren Maya, así como el Corredor Interoceánico serán empresas administradas por las secretarías de la Defensa y Marina, cuyas ganancias, cuando lleguen a consolidarse, irán directamente a la bolsa de esas secretarías y no a la de Hacienda, como debería ocurrir, porque el pueblo de México está pagando y seguirá pagando estas obras con sus impuestos.

“Ahora los militares van a asumir esas pérdidas y esconderlas”, dijo. “Los soldados son los dueños para evitar las privatizaciones en el futuro”, añadió el especialista.

En América Latina y el Caribe se tienes amargas experiencias cuando los militares se hacen cargo de empresas estatales e incluso de instituciones que no tienen nada que ver con la Seguridad Nacional, como es la Seguridad Pública, por lo que desde un análisis crítico se observa la incongruencia del presidente de la república, que en todo momento se olvida del contenido de la Constitución y del contexto histórico.

Al renunciar Javier May a FONATUR, el general Óscar David Lozano Águila será el nuevo titular del organismo federal encargado de la construcción del Tren Maya, para después operar la transferencia de nueva empresa ferrocarrilera a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

López Obrador agregó que ya firmó el Decreto respectivo para que la empresa que operará el Tren Maya pase a la administración de la Sedena, a más tardar el 31 de diciembre de 2023.

En tanto, a través del Noticiario Aristegui en Vivo, la Coordinadora del Observatorio Latinoamericano de Geopolítica en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Ana Esther Ceceña, comentó  que el Tren Maya es un proyecto monumental que no tuvo plan maestro, estudios previos de factibilidad y que se han hecho manifestaciones de impacto ambiental sobre la marcha. Además de que se ha modificado el trazo original afectando reservas ecológicas. «Estamos en realidades paralelas porque el presidente está haciendo un reporte del Tren Maya que no corresponde a lo que nosotros vemos en terreno».

El periódico La Jornada que se ha convertido en la vocería del gobierno federal, dio a conocer que la Sedena “asumió ayer el mando de la empresa Tren Maya, a través de la cual operará uno de los principales proyectos sexenales que se heredarán a las próximas generaciones”.

En su edición de este martes 5 de septiembre, La Jornada publica: “¿Por qué vamos a dejar en custodia esta obra en la Secretaría de la Defensa?”, se preguntó el presidente Andrés Manuel López Obrador. “Porque esta obra, como otras, se están financiando con inversión pública. No es deuda, no son esos mecanismos de asociación público-privada. Es presupuesto público, dinero del pueblo el que se está invirtiendo. Son obras de la nación, del pueblo. Queremos cuidarlas, que no vaya a suceder lo que hicieron los neoliberales corruptos, con dinero de todos los mexicanos se trasladó a particulares”.

La incapacidad del gobierno federal de sacar adelante la administración pública encargada por el electorado el primero de julio de 2018, ha llevado al presidente de la república a entregar el destino del país a los militares, por lo que las nuevas generaciones tendrán como herencia una nueva lucha social y política para combatir el militarismo, en lugar de contar con bases sólidas para seguir en el proceso de transición a una verdadera democracia.

Graciela Machuca

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