La trampa de la soberbia en tiempos electorales

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Anwar Moguel

 

En el intrigante e intrigoso juego de la política, la pertenencia y respaldo de un partido se ha convertido en una herramienta de poder, pero también en un catalizador potencial de soberbia para los aspirantes arropados por la maquinaria partidista, peligrosa trampa en la que muchos caen antes de tiempo, descarrilando sus propias posibilidades.

A menudo, gobernantes y aspirantes a gobernar caen presa de una confianza excesiva, rozando la arrogancia, gracias al respaldo institucional que reciben. Este fenómeno es alimentado por la percepción de que la membresía partidista brinda una ventaja competitiva significativa, erigiéndose como una especie de armadura que protege de las incertidumbres del proceso electoral. El acceso a recursos financieros, el respaldo logístico y una base de votantes preexistente son considerados activos cruciales que impulsan la seguridad de estos candidatos, llevando a muchos a asumir actitudes que desafían la prudencia política.

Esta actitud frecuente entre los políticos locales, eclipsa la necesaria humildad que debería caracterizar a cualquier aspirante a un cargo público y obnubila su visión, haciendo que menosprecie a sus oponentes y descuide la conexión vital con el electorado. Craso error.

Y para colmo, este mal tan humano como el pecado, no hace distingo de partidos y colores. Pues tanto afecta a aquellos que ya se sienten con la unción de lo alto de la coalición que actualmente está en los cuernos de la luna, Morena-PVEM-PT, como a los opositores que muchas veces no están conscientes de su propia decadencia.

Tal es el caso de la presidenta municipal de Solidaridad (Playa del Carmen), la no-panista Lilí Campos Miranda, quien sabiéndose dueña y señora de los despojos del PAN, PRI y PRD en el estado está tomando decisiones cuestionables que la ha hecho perder aliados, perdiendo de vista que en la elección por venir es ella la rival más débil.

Pero lo mismo ocurre con algunos despistados dentro de la coalición cuatroteísta, que además de que están cantando victoria antes de tiempo, se sienten sobrados pensando que el simple empujón de la marca les garantiza el acceso al Olimpo. ¡Aguas!

Y a propósito de falta de visión, ¿en donde tendrán puesta la mirada las autoridades del Instituto Nacional Electoral (INE) que no se dan cuenta del dispendio realizado por aspirantes a candidatos en las pre pre pre campañas? Andan en todo, menos en misa.

Es importante que los suspirantes se sosieguen, encuentren un equilibrio y mantengan la humildad, los pies en el piso, para conectar con los electores y para asumir el liderazgo que es indispensable al encabezar una candidatura. Tender puentes, generar alianzas, mantener la confianza y una política de puertas y oídos abiertos, serán elementos claves para el triunfo.

Graciela Machuca

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