Militarizan Tulum ante el fracaso de las estrategias de seguridad pública de Castañón Trejo
Necesariamente Incómoda
Graciela Machuca Martínez
Los hechos de violencia que siguen en ascenso en el conocido internacionalmente, Tulum, ya es un motivo de preocupación en la mesa de seguridad pública de la presidencia de la república, a tal grado que recientemente se ordenó el refuerzo de las estrategias de seguridad en ese municipio con 200 elementos más de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano.
Mientras el presidente municipal, regidores y directores del ayuntamiento se encuentran en campaña, la delincuencia organizada y común se han apoderado del municipio para hacer sus negocios, así como para procurar y administrar justicia y desde luego, son los responsables de la seguridad pública, porque definen en que lugares operar y en cuales, no.
Quien ahora es el responsable de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en Tulum, Pedro Enrique Jaramillo Visoso, declaró a la prensa, que el objetivo de llevar a más militares a ese municipio es para reforzar la vigilancia, inhibir y combatir las actividades de la delincuencia organizada y fortalecer la seguridad en el noveno municipio.
Ya era hora que un servidor público de alto nivel de ese ayuntamiento reconociera que la seguridad pública debe ser reforzada con militares, porque las estrategias municipales de seguridad pública, a pesar de sus millonarios gastos, han sido un rotundo fracaso.
“El personal castrense, con su alta movilidad, armamento y equipo especializado, se suma a las labores de inteligencia, reconocimiento terrestre y patrullaje en coordinación con las autoridades locales”, dijo Jaramillo Visoso. ¿Pero qué no, la población y visitantes de Tulum ya gozaban de una seguridad pública, de primer mundo?
Con esta acción militar se busca “reforzar la seguridad para la temporada vacacional de Semana Santa”. De allí mi comentario de que el asunto es tan grave que ya llegó a la mesa de decisiones de la presidencia de la república. El gobierno federal se vio obligado a garantizar la seguridad de los turistas con personal militar, ello, ya es un asunto de seguridad nacional.
Dicho funcionario, también explicó que los recorridos de militares se estarán realizando conforme al pleno respeto a los derechos humanos, para que los tres niveles de gobierno regresen la paz y tranquilidad a Tulum. Faltaba más, que no se realizaran conforme a los derechos humanos, si no estamos en un estado de excepción para que sea de otra manera.
Si los tres niveles de gobierno están trabajando de manera conjunta para que “regresen la paz y tranquilidad a Tulum”, entonces qué hace el presidente municipal con licencia, Diego Castañón Trejo, ofreciendo al electorado que busca un gobierno de continuidad, es decir, ¿ausencia de paz y tranquilidad en Tulum?
Revisando las publicaciones diarias del periódico Cambio 22, este miércoles 13 de marzo leí una nota en la que se detalla: “Tulum es una plaza en guerra porque el crimen organizado también ha encontrado una importante veta para el narcomenudeo, la extorsión, el cobro por ‘derecho de piso’, las invasiones, la trata de blanca, el lavado de dinero a través de los bienes raíces y todo lo ilegal inimaginable en este polo turístico”.
Pero a Tulum no solo lo agobia el crimen organizado, sino la ineficiencia del gobierno municipal, porque por ello, los consorcios inmobiliarios trabajan fuera de la ley, no respetan la normatividad, la anarquía en desarrollo urbano es un lastre que la ciudadanía irá pagando con el tiempo.
Desde luego que la ineficiencia en los servicios públicos está a la orden del día y allí se nota la discriminación con que trabaja el gobierno municipal, mientras que a las grandes empresas turísticas les dan los servicios prácticamente regalados, a la población local, la tienen en el olvido, sin servicios y cuando los tienen, son de mala calidad.
Graciela Machuca
