Dos versiones de la violencia intrafamiliar La noche del 4 de abril de 2007, Ricardo Ávila consumió una botella de vodka, se emborrachó, y sucumbió a la vieja costumbre de golpear a su esposa y sus dos hijos. Corpulento, con un metro noventa de estatura y 100 kilogramos de peso, se convirtió, como siempre, en un vendaval imparable para su familia. Esa noche, sumó a la acostumbrada violencia física la imprevisible...
por Hugo Martoccia publicado el 7 marzo, 2009 a las 03:03 pm