Dr. Eduardo Ariel Herrera ívila

El 21 de marzo se acerca y la primavera está tocando a la puerta, el rico olor a tierra húmeda y a flores, los pajarillos trinan con alegrí­a y los animales entregándose a los deliquios carnales con la libertad que les brinda el carecer de conciencia. La primavera, que hermosa es a pesar de los recuerdos que muchos podrí­amos tener y que se basan en actividades de nuestra infancia.

La primavera es un periodo de mucha paz y tranquilidad (las vaca- ciones de Semana Santa se ubican dentro de ese periodo), sin embargo, existen muchos que al pensar en esta época, irremediablemente, reci- ben una descarga de adrenalina al recordar las fiestas que las escuelas promoverán en su nombre. ¿Quiénes no rememoran las participaciones que tuvieron disfrazados de conejitos, mariposas, florecitas o granje- ros mientras sonaba una canción infantil que nos recordaba que el tí­o Juan tení­a una granja?; pero ese no será el motivo que les proveerá de la descarga de adrenalina mencionada anteriormente; ¡¡NO!!, el verdadero motivo será el emocionarse porque sus pequeí±os descen- dientes participarán en dichos festivales y, como padres, harán hasta lo imposible porque sus nií±os, que apenas y logran entender el motivo de ese festival, logren brillar como grandes luminarias de Hollywood (o al menos de Televisa o TV Azteca, mí­nimo del canal 7 local). Ahora, me vienen mil preguntas al pensar en esas reacciones sobre las actividades que observaré durante este periodo de marzo y a con- tinuación enlistaré algunas: – Cuando me toqué estar en la posición de padre, ¿también intentaré que mi hijo (o hijos, si me va bien) sobresalga en dichos festivales? – ¿Tendré la idea de que mi hijo es el próximo Diego Luna, Gael Garcí­a Bernal, Amalia Hernández O Isadora Duncan? – ¿Cuánto tengo que comenzar a ahorrar para que mis hijos puedan lucir el mas maravillosos de los trajes? – ¿Qué haré si mis hijos carecen de habilidades para el baile o la actuación? – ¿Podré controlar las ganas de participar en su nombre a fin de que no quede mal el apellido de la familia? Me surgen otras preguntas pero omitiré mencionarlas en esta revista, ante las caracterí­stica familiares que promueve; sin embargo, pondré un poco de énfasis en la última pregunta del listado anterior, ¿Podré controlar las ganas de participar en su nombre a fin de que no quede mal el apellido de la familia?, me preocupa no aceptar el nuevo lugar que la sociedad me marcará en la transición natural que se da. Tal vez suene raro, sin embargo, después de algunas platicas con compaí±eros, familiares y amigos, me queda la idea de que muchos viven a través de sus hijos lo que ellos estuvieron aí±orando por aí±os y no lograron realizar o conseguir (que quede claro, no todos, pero si una gran mayorí­a). Observando a mí­ alrededor, me doy cuenta de que no solamente los festivales tienen esa pequeí±a caracterí­stica de hacer complicada la transición generacional; pareciera que las personas con experiencia (para no herir susceptibilidades con lo de ”edades») no confí­an en los jóvenes que ellos mismos educaron y no brindándoles la oportunidad de acceder a los puestos que demuestren la capacidad que ellos tienen, se siguen manejando muchas cosas con las reglas ”antiguas» a pesar de que nos insisten en entrar a la modernidad y dejar la apatí­a para demostrar cuál es el í­mpetu y empuje con el que cuenta nuestra generación, solamente para estrellarnos contra el muro de la desconfianza con una fuerza que nos deja viendo estrellas durante meses. Parece que la actualidad generacional que vivimos nos seguirí­a permitiendo sobrevivir como ”NiNis», alargando la transición natural y necesaria en nuestra sociedad mientras nos establecemos en una zona de confort de la que pretenderán sacarnos en próximos aí±os, después de un discurso cargado de fuerza y enjundia por parte de un diputado o senador que busca afanosamente la candidatura de su partido para algún otro puesto de elección popular. Pero, regresando al tema inicial, la primavera (o mejor dicho, el mes que nos trae la primavera) nos permitirá observar el inicio de una transición generacional en un puesto que requiere no solamente contar con el apoyo de gente importante, sino de capacidad y buenas decisiones, a fin de poder sortear con éxito las dificultades que pre- senta una grey enardecida y deseosa de mejora en un estado que se jacta de estar avanzando. En fin, las festividades de marzo comenzarán para algunas personas desde el momento de su asignación a puestos de primer nivel, para otros se vivirán durante los festivales escolares y mientras vemos a pequeí±os que seres son vestidos con disfraces más estilizados a los que utilizamos nosotros, pero que generará la misma vergí¼enza en aí±os posteriores al mirar las fotografí­as. Disfruten de este mes.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *