Jóvenes protagonizan movimientos sociales en el mundo ¿Y qué pasa con los jóvenes de la Pení­nsula de Yucatán?

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Bernardo Caamal Itzá

¿Qué pasa con los adolecen- tes y jóvenes en la pení­nsula de Yucatán? Se cuestionan algunas familias mientras ob- servan escenas que proyecta la televisión sobre las revueltas y protestas populares que se han escenificado en Egipto, Túnez y Yemen. De acuerdo a los me- dios masivos de comunicación, en sus imágenes dejan entrever, a los jóvenes como impulsores de estos movimientos sociales. Son las primeras imágenes que conocemos de lo que sucede en el mundo árabe, aun no sabemos y cuál es la realidad de estos movimientos sociales.

Los medios electrónicos circulan la noticia de estos movimientos e informan a su vez sobre la muerte de los jóvenes Mohammed Bouazizi y Khaled Said, quienes seí±alan que son la pieza clave de esta revolución que vive ahora el mundo árabe. Said fue apaleado hasta morir en la puerta de un cibercafé tras in- tentar subir a YouTube un ví­deo sobre corrupción policial egipcia. Bouazizi se inmoló en Túnez des- pués de que la Policí­a le requisara las verduras que iba a vender en un puesto ambulante.

Ambos eran jóvenes, pro- testaban por las injusticias y clamaban por un futuro mejor. Ellos no lo verán, pero sus muertes encendieron la mecha de la juventud árabe. Una juventud muy populosa -sólo en Túnez los menores de 30 aí±os suponen el 52% de la población- cada vez más formada y ávida de cambios democráticos y de libertad de información. Una ju- ventud que vive en el islam sin fanatismos y que está cansada de ver que los hombres que rigen sus paí­ses son los mismos que cuando nacieron. Las revueltas sociales en estos paí­ses árabes han sido provocadas por la pobreza, el desempleo, la desigualdad creciente y el dete- rioro inexorable de los servicios públicos han desfigurado la sociedad. Hoy la gente exige un cambio, pero la lucha no comenzó la semana pasada, seí±alan los analistas, en cuanto a la situación de la juventud en éstos paí­ses, en el caso, la media de edad en Túnez, con una población de 10 millones y medio de habitantes, es de 29,7 aí±os. En Argelia, la edad media baja hasta los 27,1 aí±os. Esta es una caracterí­stica, la de una población joven, que compar- ten con otros paí­ses de la región, el norte de ífrica, que engloba a unos 200 millones de personas, un tercio de ellas menores de 15 aí±os, y dos tercios menores de 40. Esta población joven ya no es iletrada como antaí±o: el 75% de la población en Túnez puede leer y escribir, el 70% en Argelia.

A la inflación y el desempleo hay que sumar la corrupción de las autoridades y la falta de liber- tades, así­ como la desigualdad entre las clases altas y bajas. Ese descontento se ha materializado en enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad y en ataques contra los sí­mbolos del Estado, tanto en Túnez como en Argelia. No obstante, existen diferencias que conviene resaltar, como explica Yassin Temlali, periodista argelino y colaborador de Afkar/Ideas.

En el paí­s que preside Zine El Abidine Ben Ali desde hace 24 aí±os, las protestas han gra- vitado en torno al desequilibrio regional entre los dos Túnez: ”uno que acapara las inversiones y las oportunidades de empleo y otro, principalmente agrario, poco aten- dido por los beneficios del milagro tunecino», afirma Temlali. En Ar- gelia, sin embargo, los contrastes económicos regionales han sido eclipsados por los contrastes ”aún más chocantes entre la riqueza del Estado y el estancamiento de los salarios, entre las enormes necesidades de mano de obra y la dilapidación de los fondos públi- cos por responsables corruptos o en grandes proyectos confiados a sociedades extranjeras por razones electoralistas», concluyó el perio- dista argelino. Meses previos a estos sucesos, Dominique Strauss-Kahn, jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) alerto de esta situación en su momento, seí±alando que Egipto y Túnez, era una bomba de relojerí­a, por- que hay las condiciones propicias para las revueltas sociales.

Para entender un poco sobre las caracterí­sticas de las revo- luciones, León Trotsky, en su prólogo de Historia de la Revolu- ción Rusa, puntualizó «El rasgo caracterí­stico más indiscutible de las revoluciones es la interven- ción directa de las masas en los acontecimientos históricos. En tiempos normales, el Estado, sea monárquico o democrático, está por encima de la nación; la histo- ria corre a cargo de los especia- listas de este oficio: los monarcas, los ministros, los burócratas, los parlamentarios, los periodistas. Pero en los momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas, estas rompen las barreras que las separan de la palestra polí­tica, (…). La historia de las revolucio- nes es para nosotros, por encima de todo, la historia de la irrupción violenta de las masas en el gobier- no de sus propios destinos». Por tanto, dentro de las condiciones históricas particulares de esta so- ciedad, estas revoluciones surgen de la crisis que está sacudiendo al sistema capitalista mundial. Las ”rebeliones de pobres» se combinan con una movilización inmensa por la democracia. Los efectos de la crisis económica mundial, junto con la opresión de las dictaduras, están convirtiendo a estos paí­ses, en la situación ac- tual, en los eslabones débiles de la dominación imperialista. Están creando las condiciones para el comienzo de procesos de revolu- ciones sociales y democráticas.

Mientras eso sucede en el mundo árabe ¿Qué pasará con los jóvenes de la pení­nsula de Yucatán?

-Dijimos en los aí±os 40’s a 60’s desde tengamos comida aunque no haya dinero; porque en ese tiempo no podí­amos vender estos productos debido a la falta de camino. Lo que hicimos con el maí­z fue criar a los cerdos y con ello obtuvimos abundan- te carne. De ese tiempo hasta la fecha la gente ya cambio en cuanto a su forma de vivir. Hubo un cambio digo. Culpamos a los programas del Gobierno porque la gente que vigila el cumpli- miento de sus metas como son corruptos, pues originan que las actividades programadas no se realicen, y esto ocasionó que la gente sea irresponsable, enton- ces su resultado es lo que ahora palpamos( Fragmento del video ”Cómo caminar ese camino» que recoge experiencias de foros co- munitarios realizado por EDUCE en unas de las comunidades ma- yas de Othón P. Blanco, Quintana Roo 2010).

Figura No. 1.- Situación apí­- cola hasta el aí±o 2007

Ante este cuestionamiento, seguramente innumerables res- puestas tendremos. Los polí­ticos no quedaran muy atrás y dirán, nuestros jóvenes ya están aten- didos con los diversos programas que tiene el Gobierno en sus tres niveles; pero serí­a interesante sa- ber con precisión como llegan los programas y como le da atención a los jóvenes para que cumpla con el objetivo planteado; por tanto, es de interés conocer los resultados de un estudio realizado en la actividad apí­cola efectuado en el municipio de Peto (Yucatán) en el aí±o 2007.

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Graciela Machuca

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