Mujeres y Polí­tica

Soledad JARQUíN EDGARLa guerra que se libra en México, más la mediática y caricaturizada contienda electoral 2012, sin duda, provocan la exacerbación de los poderes fácticos en el paí­s, algunas de ellas se manifiestan con la indiferencia y la omisión y otras de peor forma con la violencia y la impunidad, pero ambas son terribles.La prensa no está lejos de ser alcanzada, esta misma semana otro informador fue asesinado, esta vez en el norteí±o estado de Sonora. Las agresiones contra periodistas se cuentan en cientos en este sexenio de Felipe Calderón, se trata de asesinatos, desapariciones, secuestros, agresiones fí­sicas y amenazas, ejemplo de ello es el hecho de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha radicado desde 2005, un total de 580 expedientes de queja y ha emitido medidas cautelares a favor de 69 trabajadores de los medios. Crí­menes impunes en más del 80 por ciento de los casos.Sabemos por las organizaciones de periodistas y de derechos humanos que el Distrito Federal, Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Chihuahua son las entidades más peligrosas para el ejercicio informativo en México. Por ejemplo, en Oaxaca el pasado 3 de mayo, durante una protesta Pedro Matí­as, dijo que en el gobierno de Gabino Cué suman 31 las agresiones contra trabajadores de los medios y defensores de derechos humanos, por supuesto, la impunidad es total, ningún caso ha sido esclarecido.Esta misma semana, organismos defensores del derecho a la información y gremiales de periodistas (Federación Latinoamericana de Periodistas México, la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y el Club Primera Plana), en una carta enviada a Felipe ”El Valiente» Calderón, exigen que actúe y de resultados y seí±alan que durante los gobiernos conservadores del PAN las ví­ctimas mortales suman 109 y 19 desaparecidos, pero la noticia del asesinato Marco Antonio ívila Garcí­a, reportero sonorense cambia nuevamente las cifras: ahora son 110 asesinatos y 18 informadores desparecidos y desaparecidas.Mayo ha sido cruento para la libertad de expresión y la libertad de estar informados, ahí­ están los casos lamentables de asesinatos en Veracruz de Regina Martí­nez, Gabriel Huge, Guillermo Luna y Esteban Rodrí­guez, todos informadores, así­ como de Iracema Becerra quien laboraba en el área de ventas de un diario local de aquella entidad; de René Orta Salgado en Morelos y este sábado despertamos con la noticia de que fue encontrado el cuerpo sin vida de Marco Antonio ívila Garcí­a, quien antes habí­a sido reportado como desaparecido.Artí­culo 19, documentó un total de 565 agresiones contra periodistas, medios y trabajadores de la prensa entre 2009 y 2011, lo increí­ble es que 303 se atribuyen a funcionarios públicos y 77 a la delincuencia organizada.En el 2012 se le agrega un ingrediente más al clima polarizado y violento contra las y los trabajadores de la información, se trata como decí­a al principio del escenario de ”confrontaciones» (ridí­culas, mediáticas y caricaturizadas en extremo) entre polí­ticos que buscan llegar a la presidencia de México, a una curul o un escaí±o, lo cual ahonda los ataques que pueden ser tan terribles como los descritos antes o tan graves como se pueda mediante desplegados o aclaraciones que pretenden directa o indirectamente el desprestigio de los y las informadoras, periodistas o comunicadores.Ese es el caso de Carmen Aristegui, quien tiene la virtud de obtener otro filón de la verdad o lo que faltaba de ella, tal vez —incluso- sostiene con pruebas lo que otros plantean que no pasó, que no existe o que ni siquiera nos damos cuenta que está pasando-, a veces sólo aclara una situación. En su programa, quienes colaboran con ella encontraron ese espacio donde sí­ es posible desglosar pacientemente los intrincados enredos de la corrupción y hasta de los discursos y lo que se esconde detrás de ellos.Aristegui confronta a las y los protagonistas polí­ticos y también a los empresariales (el otro poder), a veces los encara y los lleva a decir lo que no querí­an expresar. Esta periodista investiga mediante la entrevista y hace periodismo radiofónico todos los dí­as. A la gente le gusta ese periodismo y como ha podido y contra el duopolio televisivo se ha metido a muchos canales de paga, a través de las radios llega a muchí­simas poblaciones mexicanas y está a través de la internet en todas partes donde esta conexión es posible.Por eso incomodan y molestan sus cuestionamientos, comentarios y reflexiones más en tiempos donde se cuestiona al PRI, al PAN, a la ”izquierda» y también al poder magisterial de la maestra Elba Esther y su discí­pulo el seí±or Quadri que están envueltos, recubiertos, sostenidos, hechos (incluso) por los grandes consorcios televisivos mexicanos de donde, habrí­a que decir, la excluyeron por no convenir a sus intereses, a sus ganancias.Con certeza eso es lo que se puede decir sucedió con el ”yo acuso» (y de pasadita ensucio) que se puede leer en el desplegado que firmó Alejandro Puente Córdoba, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec). Puente Córdoba es, además, candidato plurinominal al Senado de la República por Movimiento Ciudadano y que como ha quedado explicado en el programa de Aristegui, ello provocó que el diputado federal del PT, Porfirio Muí±oz Ledo, fuera desplazado, sin pedirle una disculpa o al menos ofrecerle un explicación.En su desplegado Puente Córdoba acusa a Aristegui, una y otra vez, de ser empleada, ”cómplice a sueldo» de Carlos Slim, el hombre cuya fortuna ”equivale al 6% del Producto Interno Bruto de todo el paí­s».Esta vez, Puente Córdoba —quien es considerado por los crí­ticos como ”personero» de Emilio Azcárraga, dueí±o de Televisa-, tuvo como pretexto la entrevista que le hizo Aristegui a Enrique Peí±a Nieto. Defensa a ultranza de quien dice va a ganar las elecciones presidenciales.La ”democracia demencial» está saltando en este paí­s y los empresarios del duopolio no tienen un pelo de tontos, de ahí­ que ya se hayan metido de lleno a la contienda y le hayan hecho manita de puerco a los partidos que si militan en un enfermizo bipolarismo, para crear eso que ya conocemos como la ”telebancada» del Senado.Ninfa Salinas Sada, hija de Salinas Priego, es diputada federal y ahora candidata pluri por el PVEM, quien además ha propuesto a Juan Gerardo Flores, diputado federal y cercaní­simo a Televisa.El PRI postula al presidente de TV Azteca, Jorge Mendoza Garza, quien por si fuera poco hoy es Senador y fue presidente de Información y Asuntos Públicos de TV Azteca; Tristán Canales Najjar, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión y para complementar Arely Gómez González, quien es hermana del vicepresidente de Noticias de Televisa, Leopoldo Gómez. Además de los candidatos a diputados también relacionados con el poderoso duopolio como Mónica Garcí­a ex empleada de Televisa; Humberto Sarkis, secretario de la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara del ramo, y al director general de la Asociación de Radio del Valle de México, Simón Valanci. Solo faltaron el Chavo del 8 y el Chapulí­n Colorado.Sin duda, lo sucedido con la periodista Carmen Aristegui tendrí­a que servir para reflexionar sobre lo que como paí­s nos espera en materia de medios de comunicación y que nos quede bien claro que en esta contienda lo que vemos es una gran incongruencia de las ”izquierdas» y se ratifican los compromisos del PRI con las televisoras.Lo demás, es sin duda un pleito entre empresarios, tan voraces y explotadores que pueden jactarse los Carlos Slim, los Salinas Pliego y los Emilios Azcárraga de pertenecer a una élite que mantienen los millones de usuarios de la televisión abierta o de paga, telefoní­a y los servicios del triple play que nos ofrecen con los precios más altos del mundo y que dentro del poder podrán legislar a su modo y conveniencia con la venia del PRI y de la ”izquierda».

Graciela Machuca

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