En Cancun una madre soltera sale adelante vendiendo dulces de calidad a turistas.

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Muchas madres solteras vienen del interior de la republica o de otros paices al polo turistico a sobrevivir de la prostitución, o de enrrolarse en actividades ilicitas, sin embargo este es un ejemplo de trabajo licito para afrontar los gastos de sostenimiento de una familia que por situaciones multiples se queda en manos y a la sombra de la madre: como Maria Luisa son kuy pocas las jovenes que piensan en trabajos licitos.

En los últimos tres aí±os, Marí­a Luisa Rodrí­guez Figueroa y sus dos hijas han vivido de la elaboración y comercialización de dulces de tamarindo estilo Guerrero. En sus planes está el hacer crecer su empresa que, por el momento, es netamente familiar. Actualmente reparte toda la variedad de sus productos en 200 tiendas de abarrotes, lo que indica que ya tiene un ruta de entregas y entre su cartera están tres hoteles en la zona de playas. La distribución varí­a de una a dos semanas, según el requerimiento del producto.

Tras perder su trabajo en el 2009 por la crisis económica, echó mano de los conocimientos aprendidos durante su juventud en Guerrero, y como ella dice: «arriesgarse» a vender dulces de tamarindo para sacar adelante a su familia.

«Soy madre soltera, al perder mi trabajo me desesperé al principio, porque no me contrataban en ningún sitio, pese a mi experiencia laboral, por lo que decidí­  invertir el dinero de mi liquidación en materia prima para elaborar dulces a base de tamarindo, un producto muy solicitado por personas de todas edades y salí­ a vender de casa en casa», recordó.

La entrevistada es originaria de Oaxaca, pero la mayor parte de su vida radicó en Acapulco, Guerrero, en donde los productos de tamarindo son muy cotizados y comercializados al igual que los de coco, y puso  en práctica lo que aprendió. El negocio es netamente familiar, la materia prima la compra en Cancún con las personas que vienen de los poblados a venderla en los mercados ambulantes, el azúcar , la sal y el chile los compra en grandes cantidades porque le resulta más económico, en el caso de las envolturas, dependiendo el lugar donde surtirá es como decide la presentación.

Al ser cuestionada sobre lo que ha sido sostenerse vigente,  explicó que el trabajo ha sido arduo, pero muy satisfactorio y le ha permitido poner  en práctica muchas cosas, algunas son buenas y otras algunos tropiezos, pero eso no la ha vencido, al contrario la fortalece para seguir tocando puertas y alcanzar su sueí±o de mantenerse en el gusto de la gente.

La presentación de los dulces es en cajitas transparentes de plástico con 20 bolitas con un costo de 50 pesos,  igualmente  están en jarritos de barro, tipo paletas en cucharita, así­ como en paletas , pulpa en bolsitas y las bolitas también las vende por unidad, su valor es de tres pesos.

Antes de dedicarse a la fabricación de los dulces laboraba en hoteles, empresas comerciales con un salario entre los ocho y 12 mil pesos mensuales, con el que pagaba su casa en el fraccionamiento Tierra Maya, la escuela de sus hijas en secundaria y preparatoria, además de otros gastos propios de una cabeza de familia.

Un dí­a de trabajo para Marí­a inicia muy temprano con la elaboración de los dulces, actividad a la que dedica seis horas a la par que hace la comida para sus hijas y ella, mientras sus retoí±os la ayudan en las labores domésticas, por la tarde una vez que tiene cierta cantidad de producto se sale a la calle para hacer las entregas correspondientes  sin dejar de buscar nuevos lugares a donde dejar su mercancí­a y por la tarde noche regresa a casa a descansar y volver a ser madre de familia.

Graciela Machuca

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