Se incrementa mortandad de manatí­es por redes de pesca

0

sipse.com

Las trampas y redes representan un riesgo mortal para los manatí­es que tienen como hábitat natural la Bahí­a de Chetumal, afirman autoridades que vigilan ese santuario.

Personal de la Secretarí­a de Ecologí­a y Medio Ambiente del Estado, con el apoyo de la Secretarí­a de Marina Armada de México (Sema), realizan recorridos de supervisión en el caudal para retirar trampas y redes de pescadores que pudieran afectar al sirenio, sobre todo en las zonas de acceso, como la desembocadura del rí­o Hondo.

De acuerdo con la Marina, anualmente ejerce recursos en los trabajos de fortalecimiento de infraestructura para la observación, investigación y preservación de estos mamí­feros que habitan en la Bahí­a de Chetumal.

La infraestructura comprende áreas de atención a visitantes, así­ como el mantenimiento de este hábitat natural, para convertirlas en un atractivo más del sur del estado.

Ha dado buenos resultados dicha estrategia en el área de la Laguna Guerrero y la zona de Raudales, para establecer mejores condiciones en el desarrollo de las especies y fungir como centro de interpretación de las mismas.

Se han llevado a cabo acciones de concientización entre los pescadores del sur del estado para reforzar la vigilancia y el cuidado de los manatí­es, una

de las especies en peligro de extinción.

Este parador a alentado acciones ecoturí­sticas compatibles con el entorno del sur del Estado, porque este tipo de turismo no es masivo y por el contrario, busca la conservación de los entornos naturales, permitiendo prolongar la vida y que también propicia recursos importantes.

Dentro de los esquemas de conservación que realiza la instancia estatal, se enmarcan supervisiones a lo largo de la bahí­a de Chetumal, para retirar trampas y redes de pescadores, que pudieran afectar al manatí­.

Se genera conciencia entre las personas que practican la pesca ribereí±a, para respetar a estos mamí­feros, ya que buscan su alimentación en las orillas y pegados a la zona de manglar.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *