Dragon Mart completisimo reporte

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Exclusivo.- El 22 de marzo de 2011 con bombos y platillos fue anunciada en Quintana Roo la construcción del Dragon Mart Cancún: un mega centro comercial donde se venderí­an exclusivamente productos chinos y se distribuirí­an a todo México y América Latina con una inversión inicial de 200 millones de dólares. Pensado para ser el mayor mercado de mercancí­as chinas en América Latina, se dijo inicialmente que albergarí­a en sus 570 hectáreas, un hotel de lujo, 2500 viviendas para unos 3500 chinos, 40 mil metros cuadrados de bodegas y 3 mil 40 lotes comerciales además de lagos, jardines, áreas de estacionamiento y otras infraestructuras. El proyecto fue signado por el ex gobernador y hoy senador del PRI, Félix González Canto, y por el ”seí±or» Hao Feng, Jefe de Chinamex, empresa del Gobierno chino dedicada a la promoción y venta de los productos del gigante asiático en ultramar.
El proyecto del Dragon Mart Cancún presentado originalmente era una réplica, mucho más grande del Dragon Mart Dubái inaugurado en 2004, que mide 1,2 kilómetros de largo y 150 mil metros cuadrados y alberga 4000 mil locales comerciales  administrados, estrictamente, por ciudadanos de la patria de Confucio.
Visto desde el aire, el complejo de Dubái asemeja a un inmenso reptil que se desplaza sobre la tierra, con sus tejados plateados que simulan el sinuoso desplazarse de las escamas de una serpiente. Mide algo así­ como tres veces la extensión del estadio británico de Wembley y al ingreso el visitante es recibido por el rostro de un fiero Dragón que abraza con sus garras un globo terráqueo. Todo un sí­mbolo de la ambición expansionista china.
A pesar de las imponentes dimensiones del Dragon Mart de Dubái el proyecto originalmente planteado en Cancún es mucho más grande: hablamos de una extensión de por lo menos 9.5 veces el Estadio de Wembley, al que ingresarí­an diariamente, de forma inicial, 140 contenedores, con el objetivo de que llegaran a sumar por lo menos 400 al dí­a, los que serí­an transportados en buques de la poderosa flota mercante estatal china COSCO, hasta la Pení­nsula de Yucatán. Los contenedores serí­an descargados en el puerto yucateco de Progreso o en el balneario quintanarroense de Puerto Morelos (o ambos), y de allí­ llevados por carretera hasta el predio llamado El Tucán, ubicado en el kilómetro 331 de la carretera Cancún-Playa del Carmen.
El Dragon Mart de Quintana Roo serí­a el segundo que el Gobierno chino ayuda a abrir más allá de sus fronteras con 10 billones de yuanes, según explica China Daily, diario que seí±ala que el proyecto se llevará a cabo por lo menos en 6 aí±os y arrancará en coincidencia con el aí±o nuevo chino en 2013, luego de la primavera.
El periodista espaí±ol Heriberto Araújo coautor del libro ”La Silenciosa conquista china» seí±aló que el Dragon Mart es una cuestión de Estado, ya que según su investigación, el Gobierno chino, mediante el China Development Bank —pertenenciente al Estado- dispone de mil 500 millones de dólares para la ejecución de este centro comercial en Cancún, lo que indica que hay una intención de expansión de hegemoní­a polí­tica que sobrepasa simples intenciones empresariales.
La fachada local del proyecto está representada por la empresa inmobiliaria Real State Dragon Mart Cancún, la que es oficialmente la propietaria del terreno de 570 hectáreas, ya deforestadas, en el que se pretende erigir el mega centro comercial Dragon Mart. Uno de los propietarios de dicha empresa es Juan Carlos López Rodrí­guez, a su vez director de Management Dragon Mart Cancún. López Rodrí­guez sólo serí­a poseedor de un 45 por ciento de la Real State Dragon Mart mientras el otro 45 por ciento estarí­a en manos de una empresa regio montana llamada Monterrey-Cancún Mart S.A. de C.V. Y el 10 por ciento restante estarí­a en manos de la empresa estatal china, Chinamex Middle East Investment.
Sin embargo, el diario China Daily afirma que el ”Gobierno chino planea quedarse con 40 por ciento del proyecto y los Gobiernos de México y Estados Unidos un 30 por ciento cada uno». Otras informaciones seí±alan a los inversionistas de Monterrey como propietarios de un 45 por ciento de las acciones, mientras Chinamex detentarí­a otro 40 por ciento y el restante estarí­a en manos del empresario Carlos Castillo Medrano. Carlos Castillo, es oficialmente el presidente del Proyecto Dragon Mart en México, y Juan Carlos López, su director general. Ambos parecen ser más bien prestanombres o la fachada de quienes están realmente detrás del proyecto millonario.
Según informaciones publicadas en medios nacionales, el coordinador de las campaí±as de los panistas Diego Fernández de Cevallos, Manuel J. Clouthier y el ex presidente Vicente Fox, José Luis Salas Cacho, está detrás del proyecto. De hecho, a Fox se le vio recientemente organizar nada menos que el Festival de China en el Centro Fox. Durante dicho evento, al que acudió el entonces presidente electo, Enrique Peí±a Nieto, se anunció un fondo de 20 mil millones de pesos que serí­an destinados para empresarios mexicanos que quisieran asociarse con compaí±í­as asiáticas.
Según la nota publicada por El Universal, Vicente Fox dijo que se impartirí­an tres seminarios para los mexicanos que quisieran hacer negocios con China. Y también para los chinos que quisieran invertir en nuestro paí­s.
Cabe recordar que Juan Carlos López Rodrí­guez, formal director general del proyecto Dragon Mart México es un ex funcionario de aduanas, inhabilitado cuando laboraba en la Central de Administración Tributaria (SAT). También fungió de administrador de Logistic Free Trade Zone, empresa vinculada al empresario chino Zhenli Ye Gon, a quien le incautaron 205 millones de pesos durante el sexenio de Felipe Calderón en su residencia en el Distrito Federal entre joyas y más dinero en diversas divisas y moneda mexicana. Ye Gon también fue conocido por la presunta amenaza que le lanzó el hoy senador panista y ex secretario del trabajo de Calderón, Javier Lozano: ”Copelas o cuello».
Sólo a través de éste poderoso entramado de influencias se entiende la rapidez con la que se ha allanado el camino para que el Dragon Mart Cancún irrumpa en Quintana Roo pasando por encima de la legislación ambiental, de la opinión pública, sin consultar en lo absoluto a la población local y envuelto en la opacidad.
Precisamente a raí­z de las crí­ticas y de la reacción de la sociedad civil organizada en Puerto Morelos, la que ha cuestionado el proyecto y organizado un foro en Cancún con académicos y periodistas, Carlos Castillo y Juan Carlos López recibieron la orden de modificarlo para que cumpliera con las leyes ambientales del municipio Benito Juárez.
Presionados por la opinión pública, informaron de una modificación al proyecto original. Dijeron que se reducirí­a supuestamente el número de viviendas, las que serí­an 722, en lugar de las mil 250 que se proyectaban antes, aunque no especificaron más detalles de las mismas. También anunciaron que los ejecutivos cancelaron la construcción de un hotel, así­ como las viviendas de tipo vertical, para que el proyecto del Dragon Mart pudiera respetar las disposiciones legales del Programa de Ordenamiento Ecológico Local del municipio de Benito Juárez — POEL, por sus siglas- .
Asimismo, anunciaron una ”apertura comercial» para que no solamente ”China exponga sus productos, sino también Canadá, Centroamérica y Sudamérica», según prometieron con el ánimo de calmar las crí­ticas empresariales y del sector maquilador mexicano.
Inclusive, organizaron una reunión a modo con algunos vecinos de Puerto Morelos —que han sido los más aguerridos opositores- para acabar con las acusaciones de falta de transparencia del proyecto.
De esta manera, Juan Carlos López Rodrí­guez aseguró que, con los permisos de por medio, el proyecto podrí­a inaugurarse en el 2014 en lugar del 2013.
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TODO PARA LAS MULTINACIONALES CHINAS
”El plan manifiesto de la Organización Mundial del Comercio es conducir a todos los paí­ses del mundo —estén o no de acuerdo—al interno de un mercado mundial proyectado para el beneficio de las multinacionales», afirmaban Lori Wallach y Michelle Sforza en el libro OMC (Feltrinelli, Italia, 2000). Su tesis parece venir al dedo en el caso del llamado, Dragon Mart Cancún, auténtico desembarco de China en territorio mexicano y creación de una cabeza de puente  para la expansión de sus empresas y productos.
Se sabe que la potencia china en ascenso rompe todas las reglas para arrollar, aplastar, literalmente, a la competencia. No le importan los derechos humanos, laborales o la libertad de prensa, temas en los que China se distingue por sus posiciones autoritarias y/o represivas.
Menos aún le interesan las leyes de otros paí­ses sobre estos temas, las que más bien son un obstáculo a su modelo de capitalismo de partido de Estado que está colonizando el planeta y destruyendo la industria e inclusive la convivencia con su irrupción.
La Agencia de Investigación del Medio Ambiente (EIA, por sus siglas), ONG ambientalista estadounidense, acusó a China de ser el principal responsable de la deforestación en el planeta y el principal comprador de madera proveniente de la tala ilegal en el globo.
Otro botón de muestra: durante la cumbre de la Unión Internacional de Telecomunicaciones que se llevó a cabo en Dubái recientemente, los paí­ses árabes propusieron de forma sorpresiva un acuerdo mundial de los Gobiernos para controlar o más bien censurar internet. Dicha propuesta fue secundada de forma inmediata por Rusia y claro está, por China, nación conocida por su control y censura de la web.
Como seí±alan los periodistas espaí±oles Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo, en una entrevista realizada por el diario ibérico La Vanguardia el pasado 14 de noviembre de 2012, la población local de los paí­ses donde llegan los chinos con sus dragones o empresas ”no está viendo los beneficios; trabajan en condiciones lamentables … y ven cómo los proyectos chinos daí±an el medio ambiente».
En realidad, explican los periodistas espaí±oles, al Gobierno chino —por cierto, un régimen de casi ”pensamiento único»- no le interesan ni ”las buenas prácticas empresariales o que se respeten los derechos humanos», por lo que Gobiernos corruptos, no son un problema sino inclusive el mecanismo ideal para hacer negocios, como los que planean llevar a cabo en Quintana Roo
De hecho, afirman que en otros proyectos chinos alrededor del mundo el ”beneficio que se llevan las élites no siempre repercute en la población. Están saqueando los recursos naturales y exportan unas condiciones de trabajo casi esclavistas».
A esto hay que aí±adir, como advierten en la entrevista realizada por Marina Meseguer de La Vanguardia, que el estilo chino de hacer negocios es con ”mucha opacidad» y también de forma ”silenciosa porque se trata de una conquista económica, no militar», al menos por ahora.
Como explica David Barkin, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, ”China es en este momento el Gobierno con mayor cantidad de procesos de apropiación de tierras de ultramar de cualquier Gobierno del mundo. Superan las 40 millones de hectáreas».
Por lo pronto en la Pení­nsula de Yucatán pretenden apropiarse, a través de prestanombres, de 570 hectáreas.
El Estado de Yucatán ya sabe algo de lo que significa la irrupción china. En efecto. A lo largo de todo el 2012 han aparecido compradores chinos del ahora muy preciado Gusano de Mar o Pepino de Mar los que pagan a pescadores furtivos para que se arriesguen a pesar de la veda y de la falta de equipos, para saquear el litoral yucateco. Según Delfí­n Quezada Domí­nguez, Director de Pesca del Gobierno del Estado de Yucatán, ”bandas extranjeras de origen chino están pagando y controlando la pesca y comercialización ilegal de Pepino de Mar en Yucatán».
Son los chinos, ”los que con capitales oscuros y en complicidad con empresarios nacionales están saqueando al Pepino de Mar», insistió Delfí­n Quezada.
El funcionario estatal puso en guardia ante los conflictos sociales que ha generado esta situación en Yucatán al provocar malestar y enfrentamientos entre los pescadores yucatecos, que se ven obligados a respetar la veda, y los pescadores furtivos que la violan financiados por los chinos.
El desembarco chino en la Pení­nsula de Yucatán es avasallador y sin consideraciones hacia los derechos de la población o las leyes ambientales y comerciales. El caso del Pepino de Mar es emblemático y el anuncio de lo que se prepara con el llamado Dragon Mart, impuesto por las autoridades estatales de Quintana Roo con la connivencia de las autoridades federales de la pasada administración Calderonista.
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CUNDE EL MIEDO AL DRAGON MART
Todos los empresarios chinos comparten la misma forma de proceder, afirmanJuan Pablo Cardenal y Heriberto Araújo: ”controlan el negocio verticalmente, desde la fase de producción hasta la llegada de la mercancí­a a Dubái. Cuando un chino abre un negocio, el inversor chino es al mismo tiempo propietario, porteador, cajero, chófer, vendedor … el chino es el hombre empresa».
A través de éste estilo único de hacer negocios los chinos están de vuelta 800 aí±os después de que los Polo protagonizaran un viaje épico al corazón de la corte del Gran Khan y quedaran maravillados por la vastedad de la civilización que inventó la pólvora, el ábaco, la seda o la brújula. La expansión del coloso chino, que ha ido desplazando a las economí­as del Viejo Continente y Japón, una tras otra, como fichas de dominó, echa mano de una potente flota mercantil (la estatal COSCO, la segunda mayor naviera del mundo) al estilo del imperio británico en el siglo diecinueve o de las flotas genovesas y venecianas en el siglo XIII. Se finca en el establecimiento de enclaves mercantiles en territorios extranjeros con el patrocinio económico y polí­tico del Gobierno Chino, como hicieran en el Mediterráneo griegos o cartagineses.
En los enclaves llamados Dragones Comerciales o Dragon Mart los chinos llegan hasta donde les dejan las autoridades locales: en Dubái les impidieron comprar las tiendas o locales, las que sólo pueden rentar. El Dragon Mart de Dubái es propiedad del Gobierno dubaití­, pero las mercancí­as son todas chinas. En el caso del Dragon Mart de Kazajistán las cosas son diferentes: allá han podido comprar las tiendas.
El resultado está a la vista. La economí­a de China podrí­a sobrepasar a la de la zona Euro en 2012, al tiempo que India está por desbancar a Japón. China e India, calcula la OCDE, para 2030 superarí­an a Estados Unidos, la eurozona y Japón juntos.
Estamos ante el colonialismo al estilo chino con la implantación, en territorios de ultramar, de establecimientos o enclaves comerciales donde los chinos y sus productos son los dominantes, ante sala del desembarco polí­tico y cultural.
Como seí±alan los periodistas espaí±oles Juan Pablo Cardenal Nicolau y Heriberto Araújo Rodrí­guez en su libro ”La silenciosa conquista china» (Memoria Crí­tica, 2011), el paí­s asiático ”conquista mercados extranjeros no sólo por su capacidad de producir barato y rápido, sino a través de hubs o mercados regionales que sirven para la distribución de sus mercancí­as a lugares todaví­a más lejanos y donde la logí­stica desde China es compleja o cara».
Con la reducción de costos que podrí­a representar para los chinos el Dragon Mart Cancún, la pequeí±a y mediana industria puede verse pronto desplazada. Por ejemplo, el alcalde yucateco del municipio de Ticul, en Yucatán, Orlando Medina Un, seí±aló que la industria zapatera local ve como una amenaza el proyecto de expansión comercial china Dragon Mart que se desarrolla en Quintana Roo.
En Ticul hay por lo menos 150 talleres de calzado y decenas de artesanos dedicados a la elaboración de calzado para damas, caballeros y nií±os. Todos se dedican a comercializar sus productos en el mercado local, en la Riviera Maya y en varios puntos del sureste, por lo que la llegada del Dragon Mart los perjudicará.
”El problema de la invasión de calzado chino se da desde hace aí±os, ya que es un producto más barato pero de muy mala calidad y lo venden en los mercados y en puestos de informales», dijo el alcalde.
”Es por ello que hay incertidumbre y temor de los artesanos ticuleí±os porque el producto chino entrará ahora en forma más legal al paí­s e inundará el mercado local y poco a poco los puede desplazar de sus puntos de ventas en el mercado nacional», advirtió.
Los promotores mexicanos del Dragon Mart aseguran que no entrará calzado. Sin embargo, se ve difí­cil que puedan impedirlo si ya de por sí­ el mercado mexicano se encuentra inundado de productos chinos producidos a muy bajo costo con mano de obra semi esclava.
En Quintana Roo, por ejemplo, Camila Zambrano Cuenca, presidenta de la Asociación de Proveedores de dicho Estado, se mostró escéptica y dijo que ”todo son cuentas al aire porque no se conocen estudios de factibilidad ambiental, económica o urbana y no se cuentan con permisos de construcción, ni manifestación de impacto ambiental, en fin, no tiene ningún tipo de permiso y eso nos lo dijo claramente Juan Carlos López Rodrí­guez director del proyecto Dragon Mart Cancún».
Para Sigfrido Paz Paredes, asesor del Consejo Coordinador del Caribe lo que prevalecen son las dudas: ”no tengo claro cuáles son los beneficios que generará este proyecto pero no podemos impedir su avance porque haya quienes le teman a la competencia, porque se deben generar condiciones de libre comercio».
En un intento por acabar con las crí­ticas y con la creciente oposición popular al proyecto de Dragon Mart el Gobierno del Estado de Quintana Roo apoyó la realización de ”los estudios técnicos» por parte del TEC de Monterrey con la finalidad de ”aclarar los mitos que se han hecho alrededor del centro de exhibición internacional».
El estudio que realizará presuntamente el Instituto Tecnológico de Monterrey determinará ”el beneficio económico (neto) del proyecto Dragon Mart para Quintana Roo y para el resto del paí­s» e identificará ”las principales áreas de oportunidad y de riesgo que el proyecto de Dragon Mart puede generar entre los principales grupos de interés (stakeholders, sic) en Quintana Roo».
Pero además de los estudios del Tecnológico de Monterrey hay quienes piden que también las universidades públicas se involucren. Tal es el caso de los senadores Luz Marí­a Beristaí­n Navarrete y David Monreal ívila (PRD y PT, respectivamente) quienes propusieron ”un punto de acuerdo» solicitando que la UNAM y el Politécnico hagan estudios sobre los impactos sociales, económicos y ambientales del proyecto chino en ejecución.
Los senadores dijeron que ”se sabe que desde su autorización en el 2011 por el Gobierno Federal, se proyectó que este centro serí­a el más grande fuera del paí­s asiático, aunque su negociación y acuerdos se han tratado de manejar por lo obscurito».
Según los diputados del PRD y PT, respectivamente, ”existen otros dos centros como éste en el mundo, uno en la capital de los Paí­ses Bajos, ímsterdam y el que se localiza en Dubái, de los Emiratos írabes Unidos, ambos han sido construidos por las mismas empresas que están llevando a cabo el proyecto en México: Chinamex y Middle East Investment & Trade Promotion Center».
Los senadores insistieron en que ante ”la falta de transparencia, la presunta ilegalidad y corrupción con la que se ha venido gestando y obteniendo las autorizaciones para la construcción de Dragon Mart Cancún, hace que resulte cuestionable lo que se pretende lograr con la apertura de este centro».
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BARREN CON LOS ECOSISTEMAS
Pregunta el investigador David Barkin: ”¿Cuál es el modelo de desarrollo que nosotros queremos, que ustedes quieren, el modelo de desarrollo para éste municipio de Benito Juárez, que queremos para nuestro paí­s?».
El problema es que las multinacionales han puesto en la mira los recursos naturales mexicanos, y no parece que haya quien los pueda frenar. Desarrollos turí­sticos, semillas transgénicas o Dragones Comerciales, todos privilegian el interés de las grandes empresas por encima de los derechos e intereses de los ciudadanos mexicanos.
”La globalización del comercio y de las finanzas está diseí±ada por las multinacionales que, en ausencia de reglas universalmente válidas, maniobran simplemente a partir de sus propias exigencias. La institución de la Organización Mundial del Comercio es un paso fundamental para la formalización y el reforzamiento de un sistema creado expresamente en función de esto», aí±aden Lori Wallach y Michelle Sforza.
Los periodistas espaí±oles Juan Pablo Cardenal Nicolau y Heriberto Araújo Rodrí­guez puntualizan que ”las dictaduras son más eficaces para el desarrollo que la democracia. La cuestión es: ¿quién paga la factura? En China la pagan los 1.000 millones de chinos rurales, los beneficiados son los 300 que viven en los entornos urbanos. En los paí­ses en los que actúa, Pekí­n habla de una situación win-win(gana-gana), pero cuando vas a ver el impacto que tiene sobre la población, la foto es bastante diferente».
Y la foto revela que ”esta forma de hacer negocios tiene un tinte neocolonialista. Esto no es sólo culpa de China, sino de los Gobiernos receptores, que no exigen lo mismo que China exige a las empresas extranjeras que se instalan en su paí­s».
Pero quién podrí­a esperar que a los chinos alguien les exigiera, desde el Gobierno del Estado o desde el Gobierno Federal, respeto a las leyes ambientales de Quintana Roo, cuando hasta ahora han sido pisoteadas sin freno. Nadie puede negar que Cancún y la llamada pomposamente Riviera Maya han sido una mina de oro para empresarios extranjeros y nacionales, polí­ticos y sus familiares al amparo de la violación de las leyes ambientales, de la compra de tierras ejidales a precios irrisorios y de la explotación de los recursos naturales sin freno ni consideración alguna que no sea la acumulación de forma expedita.
Ex funcionarios de Fonatur, ex gobernadores, ex presidentes municipales (de todos los partidos polí­ticos), lí­deres populares, empresarios bien relacionados con el poder polí­tico, han acumulado inmensas fortunas desde la creación del emporio cancunense hace escasas 4 décadas, entre la multiplicación de la miseria y el surgimiento de inmensos barrios marginales (llamados Regiones) y ciudades dormitorio en Cancún o Playa del Carmen.
Cancún es un excelente ejemplo del llamado capitalismo salvaje o ”crony capitalism» que caracteriza al modelo neoliberal de ”desarrollo», y que en el sureste del paí­s ha puesto sus reales con la consecuencia de una sociedad brutalmente dispar, una escalada temible del crimen organizado aparejada al deterioro ecológico.
La fórmula mágica son los negocios desde el poder y la completa impunidad para pisotear las leyes. De lo demás se encargan las buenas relaciones basadas en el quid pro quo, el nepotismo y la omertá entre polí­ticos y funcionarios de todos los niveles de Gobierno.
Dos recientes proyectos son muestra evidente de esto: el mega balneario para el Jet Set internacional que planean los poderosos Ponce de Bepensa en la isla de Holbox (también en Quintana Roo) y el Dragon Mart Cancún en Puerto Morelos, en el que confluyen intereses comerciales y económicos de la clase polí­tica nacional, quintanarroense y extranjera, en un crisol ejemplo de lo que son los buenos negocios en la era de la globalización de la potencia china.
Sin contar con los permisos ambientales, municipales, ni con los estudios de impacto ambiental, social o económico, la obra del Dragon Mart inició con la deforestación del inmenso predio de 570 hectáreas, del que se barrió todo vestigio de vegetación.
Para allanar el camino la Semarnat se lavó las manos aduciendo que no era su competencia el predio, sino sólo el cuerpo de agua que comprende el llamado Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos. Lo que abrió la puerta a que el Gobierno del Estado entregara de forma expedita la llamada Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
En un comunicado de la APIRQ (Asociación de propietarios e inversionistas de la Riviera Maya y Quintana Roo), con fecha del 27 de septiembre de 2012, se puntualizaba que la Secretarí­a de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), afirmó que el proyecto se edificará en una zona federal ”considerada como banco de materiales explotados, por lo cual el terreno es considerado sin afectación de impacto ambiental».
Buena argucia, ya que al parapetarse tras la fachada de una sascabera (banco de material pétreo, presente en una pequeí±a parte del terreno) la Semarnat pudo dar ví­a libre al proyecto haciendo a un lado la posible contaminación de los mantos freáticos de la zona, por ejemplo, en la llamada Ruta de los Cenotes. O sus consecuencias, a través de los mantos freáticos, en el Parque Marino de Puerto Morelos donde se ubica una parte de la segunda barrera de arrecifes más importante del mundo, como nos seí±alaron miembros del colectivo ciudadano Voces Unidas de Puerto Morelos, con quienes nos entrevistamos en exclusiva en Quintana Roo.
Se sabe, por ejemplo, que el área donde se pretende erigir el Dragon Mart Cancún está destinada a áreas naturales, turí­sticas y mineras con una densidad de 2, 3 y hasta 4 viviendas por hectárea. Condiciones que no cumplí­a el proyecto original del Dragon Mart, cuyas densidades rebasan con mucho las establecidas por la ley ambiental.
El Plan de Ordenamiento Ecológico del Municipio de Benito Juárez marca el área en la que se pretende construir el proyecto como incompatible para el desarrollo urbano, suburbano e industrial, seí±alan en un comunicado enviado al ex presidente de la República, Felipe Calderón, los miembros de Voces Unidas de Puerto Morelos.
”No se contempla la necesidad de construir un relleno sanitario de manejo especial exprofeso para el mismo, y no cuenta con los usos de suelo adecuados y apegados a la NOM-086 que reglamenta la construcción y operación de rellenos sanitarios», afirman.
Advierten de las repercusiones comerciales: ”una de las mayores afectaciones de este proyecto es la económico-social, ya que la invasión de productos chinos a nuestros mercados implicará, por un lado, una competencia desleal con las empresas nacionales y regionales, y por el otro una preferencia laboral de mano de obra china sobre trabajadores mexicanos. El número de empleos que el proyecto Dragon Mart Cancún ofrece crear localmente será mucho menor que las posibles pérdidas de empleos a nivel nacional por el cierre de empresas mexicanas».
Y rematan: ”Los que firmamos este manifiesto rechazamos tajantemente la ilegalidad, la falta de transparencia y la aparente corrupción con la que el proyecto Dragon Mart Cancún se ha venido gestando y obteniendo  autorizaciones cuestionables, así­ como cualquier otro proyecto que ponga en riesgo la estabilidad social, económica, cultural y medioambiental de nuestra región».
Por su parte, la Comunidad de ciber activistas Avaaz (definida como la comunidad global de movilización online que integra la acción polí­tica impulsada por la ciudadaní­a dentro de los procesos de toma de decisiones globales), inició una movilización en la web para detener el proyecto del Dragon Mart Cancún.
A través de esta iniciativa, a la que invitan a sumarse, afirman que ”este megaproyecto chino-mexicano obtuvo el 6 de septiembre la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que promovió ante el Instituto de Impacto y Riesgo Ambiental del Estado de Quintana Roo (INIRA) el pasado 31 de julio de manera irregular, ya que este Instituto negó la consulta pública obstruyendo así­ el derecho a la información y a la consulta ciudadana».
El proyecto del Dragon Mart Cancún comprende también, como denuncian los habitantes de Cozumel agrupados en la asociación civil, ”No al Parque Eólico de Cozumel», la instalación de generadores de energí­a eólicos que lo nutrirí­an de energí­a.
”El proyecto eólico en Cozumel es para darle energí­a al Dragon Mart en Cancún, beneficios para la isla son nulos al contrario pura destrucción», afirman y seí±alan a la empresa México Power Group S.A. de C.V. de pretender destruir los ecosistemas costeros de la isla.
Aseguran que ”el proyecto eólico en Cozumel y Dragon Mart en Cancún están relacionados: las autoridades van a pasar por encima de la ley y de los procedimientos jurí­dicos ¡con tal de verse beneficiados!».
Las reales dimensiones del proyecto del Dragon Mart Cancún van así­ cobrando forma, ya que además del Parque Eólico, se pretende construir también en Puerto Morelos una Terminal para la descarga, almacenamiento y redistribución de combustibles llamada ”Terminal de Abasto y Reparto del Caribe», en un área de manglares cercana a cenotes.
El proyecto (a última hora suspendido de forma provisional por la delegada de la Semarnat en Quintana Roo) de Sedirsa Promotora S.A.P.I. de C.V., prevé un total de 13 tanques de almacenamiento de combustibles con capacidad, cada uno, para ”55,00 BB o 30,000 BBL», según el tipo de gasolinas que almacenen. Dichos tanques almacenarán gasolina Magna, Premium, Diesel y Turbosina.
Además se construirán ductos marinos (4.72 km) y terrestres (5.46 km) que servirán para la descarga de gasolinas, diesel y turbosina.
El sistema de transporte estará abastecido desde el mar por medio de un buque tanque que atracará costa afuera en donde se instalarán 4 lí­neas de recepción y transporte así­ como una plataforma de atraque.
Las instalaciones también deberán contar con accesos terrestres para el ingreso de pipas así­ como estacionamiento público y planta de tratamiento de aguas residuales, entre otros.
Por si fuera poco, para la llegada de los cientos de contenedores procedentes de China ví­a marí­tima a través de COSCO, se tendrá que ampliar el puerto de altura en Puerto Morelos y las infraestructuras terrestres se verán rebasadas rápidamente.
Como advierte Avaaz, un puerto de altura en Puerto Morelos es vital para que en los primeros tres aí±os de operación el complejo comercial equipare el volumen de intercambio comercial que tuvo el recinto de Dubái en el 2011, de hasta 52,000 contenedores  ví­a marí­tima. Es decir, Puerto Morelos tendrí­a que decir adiós a su vocación turí­stica de bajo impacto y sus habitantes migrar para no ser devorados por el colonialismo mercantil chino.
Durante el foro ”Argumentos, Impactos del Dragon Mart», realizado en la Universidad del Caribe en Cancún y organizado por un amplio frente de ONG y ciudadanos, se cuestionó: ”¿Cuál es el lí­mite de crecimiento de Cancún. ¿Lo vamos a llevar hasta el infinito, hasta que sea un lugar en buena medida inhabitable y que hayamos destruido la gallina de los huevos de oro? ¿Como ya lo hicimos con Acapulco?; Acapulco es un sitio con muy pocas posibilidades de recuperación ambiental, social y en muchos sentidos Cancún va corriendo en la misma dirección. Lo que domina en esta región es el gran negocio inmobiliario por encima de cualquier otra consideración».
En el foro en el que participaron, entre otros, el periodista espaí±ol Heriberto Araujo (coautor del libro La Silenciosa Conquista de China), Roberto Eibenshutz Hartman, arquitecto y Maestro en Urbanismo de la UNAM y el Doctor Alfonso Xavier Iracheta Cenecorta, coordinador del Programa Interdisciplinario de Estudios Urbanos y Ambientales —PROURBA- del Colegio Mexiquense, se dijo que detrás de los empresarios, está el Gobierno chino que intenta posicionarse en paí­ses ricos en recursos energéticos como México.
Durante el foro también se alertó de ”que la industria hotelera se verí­a seriamente afectada ante un emporio industrial que cambiarí­a drásticamente la apariencia de este lugar convirtiendo los plácidos recodos en depósitos de basura y pilas de metal, cambiando así­ la vocación natural de la zona de turí­stica a comercial-industrial»
”Veo que este proyecto no tiene ninguno de los estudios de impacto o de equipamiento social necesarios, simplemente impresionó por el tamaí±o de inversión y porque aparentemente traerá mucho empleo, y obtuvo el apoyo sin ningún cuestionamiento, y no se trata de estar en contra del desarrollo, sino que se tenga toda la información. Me sorprende que tenga una preautorización ambiental, cuando los instrumentos del propio Gobierno dicen que esa zona en la que se llevará a cabo es de conservación y no debe urbanizarse; es una contradicción profunda y el riesgo es que Cancún se convertirá en un lugar poco habitable, poco respetable en todos los sentidos y van a crecer todos los problemas sociales que se imaginen», aseguró por su parte Iracheta Cenecorta.
***
DE COLOFí“N, LA LUCHA POLíTICA
El Dragon Mart Cancún tiene como trasfondo la lucha polí­tica de cara a las elecciones estatales de 2016, en un Estado que ha sido gobernado por el PRI desde su creación y que podrí­a enfrentar una derrota, según sus propios pronósticos, ante la oleada migratoria que ha cambiado la composición polí­tica de la sociedad.
Las elecciones intermedias también se metieron de lleno, ya que en unos 7 meses Quintana Roo enfrentará la renovación de las 10 alcaldí­as (incluida la de Cancún), así­ como el Congreso local.
No en balde, el perredista Julián Javier Ricalde Magaí±a, alcalde de Cancún, ex presidente del PRD en Quintana Roo, se opone al Dragon Mart Cancún, sí­mbolo para muchos quintanarroenses de la forma de proceder del PRI desde la creación del destino turí­stico, que tanto ha deteriorado la calidad de vida en esa ciudad y en la Riviera Maya.
Considerado como el proyecto del sexenio de Roberto Borge (y de su padrino polí­tico, Félix González Canto), el choque entre el PRD y el PRI por el Dragon Mart Cancún preanuncia lo que serán las elecciones de 2016. Hay quienes le apuestan a una alianza PRD-PAN para derrotar al Tricolor sin olvidar que el ex candidato predicador, Greg Sánchez, antes de ser encarcelado, encabezaba holgadamente las preferencias de voto en 2010.
La joya de la corona, ni qué duda cabe, lo representa Cancún. El PRI, por lo pronto, ya inició el proceso polí­tico con su campaí±a ”Reciclando basura por alimentos», a través del cual el mandatario cancunense entrega productos ”de la canasta básica» en los barrios marginales de los municipios de Quintana Roo.

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Graciela Machuca

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