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Es un enemigo mortal y silencioso. La hepatitis (inflamación del hí­gado causada por un virus) es una enfermedad que de no ser detectada a tiempo «¨—ya que algunos sí­ntomas no se presentan hasta que el paciente está en etapa de gravedad—, puede implicar complicaciones y desembocar en cirrosis y cáncer.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), alertó a los paí­ses la semana pasada para que tomen medidas de prevención, pues después de haber elaborado un extenso estudio que involucró a 126 paí­ses de todo el mundo, los datos arrojados indicaron que tan solo 47 de ellos cuentan con un plan para combatir la hepatitis. Y solamente 36 de esos paí­ses tiene unidades «¨especializadas.

Desde la alerta mundial que emitió la OMS en el 2010, comenzaron los programas de advertencia, sin embargo, la hepatitis no es un tema fácil para los sistemas de salud, debido a los costos elevados de su tratamiento.

Esta enfermedad es la causa principal por la que se hacen transplantes de hí­gado.

En el marco del Dí­a Mundial de la Hepatitis, Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), dijo que ”las personas tienen muy poco conocimiento acerca de la hepatitis, de su potencial gravedad y de sus serias consecuencias en la salud y calidad de vida».

Hay cinco tipos de hepatitis (A, B, C, D y E), la B y C son las más mortales.

La hepatitis A y E se pueden contagiar por agua contaminada, mientras que la B, C y D —las peores— se transmiten por la sangre de una persona infectada y por medio de relaciones sexuales sin protección.

Al igual que el virus del VIH, la madre infectada puede transmitirle la enfermedad al nií±o durante el embarazo.

”El número de defunciones asociadas con la hepatitis es aproximadamente igual al de personas que mueren en las carreteras por lesiones de tráfico», seí±aló Rafael Mazin, asesor principal en VIH de la OMS.

No hay vacuna

Cada aí±o, mueren 350 mil por causas vinculadas a las hepatitis C (VHC).

De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el 1.4 por ciento de la población en México padece hepatitis C, alrededor de un millón 600 mil personas.

En este paí­s, anualmente se presentan aproximadamente 19 mil 300 casos, según el INSP.

Aún no hay vacuna de prevención para este tipo de hepatitis, pero sí­ para la A y B.

Alrededor del 80 por ciento de las personas infectadas con VHC no sabe que tiene esta enfermedad de la que existen seis genotipos y 50 subtipos.

La hepatitis C puede presentarse de manera aguda y/o crónica.

Aunque se considera una enfermedad ”curable», en muchos de los casos no es así­.

Según la OMS, ”la hepatitis C tiene un periodo de incubación que dura entre dos semanas y seis meses». Este organismo declaró la semana pasada que ya se están planteando guí­as de prevención nuevas para el tratamiento de la VHC.

Entre los objetivos de un tratamiento contra la hepatitis está reducir el daí±o al hí­gado y el cáncer en ese órgano.

En algunos de los casos se puede evitar el daí±o hepático grave e inclusive el cáncer.

De hecho, Margarita Dehesa, de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática, dijo que ”en la actualidad la hepatitis C se puede curar en 28 semanas, con una inversión aproximadamente de 100 mil pesos».

Juntos contra la hepatitis

Entre las ONG que exigen el apoyo de  las autoridades para que se tomen medidas para diagnosticar y prevenir el contagio de hepatitis C, está Voces Frente a la Hepatitis C.

Esta asociación pidió la semana pasada al gobierno del paí­s que se certifique, a través del Seguro Popular, a hospitales y personal médico para hacer un diagnóstico adecuado y oportuno.

Y es que cuatro de cada cinco personas no presenta sí­ntomas cuando se infecta. El virus puede tardar en manifestarse hasta 30 aí±os. Durante ese tiempo el daí±o que se hace al hí­gado es grave.

Lucí­a Brown Villalba, directora de Proyectos de la Fundación Mexicana para la Salud Hepática, apunta que cuatro de cada 10 pacientes de hepatitis ”tiene acceso a un trasplante de hí­gado, lo que refleja que 60 por ciento carece de esa posibilidad para sobrevivir».

”La detección temprana resulta vital para que los pacientes sean canalizados con el especialista y reciban los tratamientos adecuados; asimismo, para que los pacientes conozcan más sobre la enfermedad y pregunten a su médico sobre cómo pueden mejorar su calidad de vida, sin importar la institución en la que se estén siendo atendidos», subraya Miriam Castellot, paciente y coordinadora del Grupo de Autoayuda Unidos por una Vida Mejor.

Margarita Dehesa enfatiza que el porcentaje de infectados en México podrí­a ser mayor, ya que casi el 50 por ciento de los enfermos no tiene un diagnóstico adecuado, ni oportuno. Además, muchos no conocen los sí­ntomas, ”el porcentaje del mal diagnóstico es de aproximadamente 30 por ciento. Se tiene que capacitar a los médicos para el tratamiento».

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis C (VHC), es una enfermedad del hí­gado causada por el virus homónimo. Aunque se considera una enfermedad curable, en muchos de los casos no es así­.

> Riesgo y complicaciones
El cuadro clí­nico de la hepatitis puede ir desde un padecimiento que dura unas semanas, hasta una afección grave que puede desembocar cáncer y cirrosis.

> Contagio
Se transmite por el contacto con la sangre de una persona infectada. Así­ como al hacerse tatuajes, perforaciones en la piel y al suministrarse drogas intravenosas o intranasales.

> Cura
La hepatitis C se puede tratar con antiví­ricos que ayudan a que el cuerpo se deshaga del VHC, pero actualmente no hay una vacuna contra ella.

Graciela Machuca

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