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+ Gómez Leyva,

Danell, ¿quién sigue? +

”Nada contra Peí±a Nieto…» El periodista Ciro Gómez Leyva hizo un comentario en Milenio TV sobre Enrique Peí±a Nieto que, en Los Pinos, consideraron una ofensa al Presidente. Apretaron las tuercas.

Hoy, Ciro está fuera de esa pantalla. La reportera veracruzana Verónica Danell transmitió durante su noticiero nocturno en MegaNoticias — Canal 6 de Jalapa-, video y audio de Peí±a Nieto cuando, en uno de sus tantos resbalones, aseguró que Boca del Rí­o era la capital de Veracruz.

Sin manipulaciones. Sólo presentando lo que habí­a ocurrido horas antes.

Dos dí­as después, Verónica fue llamada a Recursos Humanos. Estaba despedida. Regresó el PRI. Y también la censura, uno de sus deportes favoritos. ***** A partir de que el PRI con Peí±a Nieto ganó las elecciones presidenciales del 2012, el fenómeno fue creciendo: sigilosa, a la vieja usanza, la censura en México regresó sin pudor alguno aunque, a decir verdad, desde la campaí±a presidencial varios diarios nacionales y locales estaban sometidos —o auto sometidos sin mucho esfuerzo-, a los dictados del equipo priista de Peí±a.

Y por supuesto que la censura en algunos medios no es nueva. Un botón: investigando el asesinato de un empresario que habí­a sido secuestrado en Toluca durante el gobierno, precisamente, de Peí±a Nieto, su viuda me buscó y por supuesto que accedí­ a dar detalles sobre este caso en mi noticiero radiofónico y en mis columnas. Cuando le pregunté por qué no acudí­a a medios locales mexiquenses, me respondió: ”¡Uy, no! A los periódicos a los que he ido, me dicen que allí­ no pueden publicar nada contra el gobierno ni contra la Procuradurí­a».

En los estados, la censura es más feroz que nunca. En el Veracruz de Javier Duarte. En Chihuahua de otro Duarte, César, donde su secretario particular, Odorico —así­ se llama- Vázquez, aseguró que está prohibido criticar a la figura del gobernador ”en esta vida y en la futura». Se puede criticar a cualquier funcionario, menos al jefe del Ejecutivo (estatal) ”porque éste es sagrado». Ningún medio de comunicación se mete con el gobernador  porque es la máxima autoridad y él (Duarte) está para resolver los problemas de todos, según el tal Odorico. No, pues sí­.

Veracruz y Chihuahua son gobernados por el PRI. Desde siempre, la censura ha sido práctica y piedra angular de los gobiernos priistas, tanto federal como estatales. Desde Los Pinos hasta la alcaldí­a más humilde se suele apretar a medios crí­ticos con eliminarles publicidad, enviarles auditorí­as, correr a plumas incómodas, y asunto arreglado.

No es para menos: los priistas no están diseí±ados para la democracia. Fueron formados como entes que giran en torno al presidencialismo sin capacidad de protestar, sin autoridad para el debate, sin márgenes democráticos y asumiéndose como súbditos más que como polí­ticos demócratas.

Así­ los formaron y así­ han entendido la función de los medios, de los periodistas: como obligados a no ejercer crí­ticas ni cuestionamientos al Presidente. Y cuando hubo un riesgo mayor con Miguel de la Madrid, mandaron a asesinar al columnista de Excélsior,  Manuel Buendí­a.

En la provincia mexicana, la censura es brutal. Pero con la llegada del PRI a Los Pinos, se agudizó. Pocos medios en México han conservado su independencia editorial. El resto — la mayorí­a-, se han sometido —por necesidad, voluntad propia, conveniencia o convicción- a los lineamientos dictados por Los Pinos en materia informativa. Que nadie hable de la violencia, y a obedecer. Y todos conocemos perfectamente a los diarios que censuran información contraria a Peí±a Nieto.

O que la esconden cuando el Presidente dice alguna tonterí­a. Cada vez es más frecuente en algunos medios —reitero: sólo en algunos-, escuchar frases como ”Al Presidente no se le critica…», ”Nada contra Peí±a Nieto», o bien ”nada contra el secretario de Hacienda», o ”no se le pega a Mancera», o ”hay que mantener buena relación» con fulano o sutano. Es la censura.

Es el PRI. ***** El caso de Ciro Gómez Leyva respondió —de acuerdo a lo recabado por esta Red Pública-, a que durante su noticiero en MilenioTV, dio a entender que al Presidente le habí­an faltado pantalones para enfrentar conflictos como el de la CNTE. Ello provocó la furia de Los Pinos. Según sabemos, por ello se cortó parte de la publicidad gubernamental a MilenioTV.

Cuando se pidió una explicación, se habrí­a exigido la cabeza de Gómez Leyva. Hoy, Ciro está fuera de esa pantalla.        Más allá de que Gómez Leyva cause simpatí­a o animadversión —en lo personal lo considero un buen periodista-, los ajustes de cuentas contra voces, plumas o medios que cuestionen o critiquen al Presidente, a sus hombres o al gobierno, se han intensificado de manera peligrosa para la acotada libertad de expresión y riesgosa ante la pasividad comodina de la mayorí­a de medios, columnista y periodistas. El caso de Verónica Danell es indignante.

Danell resistió varios embates de censura en su Noticiero que se transmití­a de 20:30 a 21:15 a través de Megacable de Canal 6 de Jalapa, que gozaba de un rating aceptable. Ya fuera con presiones para que no criticara al gobierno de Javier Duarte, o que solamente transmitiera imágenes y boletines, de manera textual, enviados por la oficina de prensa del gobernador.

Cuando en abril de 2013 el presidente Peí±a Nieto realizó una gira por la entidad, confundió —una vez más- nombres y lugares, aludiendo a que Boca del Rí­o era la capital de Veracruz. Su yerro le dio rápidamente la vuelta al paí­s a través de redes sociales —YouTube y Twitter principalmente-, mientras en los ”diarios nacionales» se ocultaban las torpezas presidenciales. Danell hizo lo que le indicaba la ética periodí­stica: transmitir el resbalón de Peí±a Nieto. Dos dí­as después fue llamada por Recursos Humanos de la empresa.

Le notificaron su despido. ”¿Por qué?, preguntó. Hace ocho meses se te dio una orden que no has cumplido, fue la respuesta. ¿Y el noticiero cómo va?, punzó Verónica. El noti va bien, le contestaron. Pero Danell ya estaba fuera.  ***** Contados son los medios que mantienen una postura crí­tica hacia el gobierno de Peí±a Nieto.

Solamente algunos columnistas se atreven a cuestionar, con cifras, datos y bases, al Presidente, a sus colaboradores, a su gobierno. A muchos los compran. A otros los doblegan. A más los corren. A raí­z del regreso del PRI a la Presidencia, la censura en México se agudizó de la mano del priato. Y desde el poder priista, se ejecuta con frialdad.

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Graciela Machuca

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