Necesariamente Incomoda: A propósito de la mirada Europea a nuestras selvas en Quintana Roo.
Graciela Machuca
Desde hace aí±os los ecosistemas con la mayor cobertura forestal en el país han sido codiciados por una gran cantidad de gobiernos e instituciones internacionales con el propósito de establecer programas y proyectos de conservación e investigación en conjunto con las autoridades o ministerios del medio ambiente del estado y el país.
El Estado de Quintana Roo no es la excepción ya que se encuentra en un punto estratégico dentro del mapa o zona de mayor riqueza biológica en el mundo y que conforma el Corredor Biológico Mesoamericano, por eso, es tal su importancia, que los ojos están puestos sobre ella.
A decir verdad las iniciativas de los gobiernos internacionales vienen con un gran propósito de proporcionar todas las facilidades económicas como técnicas para sacar adelante los trabajos que se realizarán en un área y proyecto determinado. Pero entonces, la contraparte de los gobiernos federales, estatales y locales es donde se traba no existiendo la voluntad y el interés de llevar acabo tales propósitos para las cuales fueron valorados, de igual forma se dice que contribuirá a mejorar las condiciones de vida de las comunidades y ejidos, así como, darles el empoderamiento para alcanzar a tener las capacidades necesarias de conservar sus recursos naturales dentro de sus territorios.
En particular todos los programas realizados por los gobiernos y la secretaria del medio ambiente de nuestro país han fracasado; por poner un ejemplo ”reforestación», se dice que se han reforestado miles o quizá millones de hectáreas, desde hace mas de un cuarto de siglo, cuando realmente no existen tales evidencias, esto por un lado, porque los recursos federales llegan después de que pasa la temporada de lluvias o existe una mala organización entre los mismos responsables de llevar acabo estos programas entre otras cosas.
Podríamos enumerar una serie de ejemplos del fracaso de los programas a los distintos niveles en materia ambiental, o simplemente no existe el interés, ni la voluntad política para hacerlos, si realmente se quisiera actuar conforme a derecho, reglamento y leyes que lo rigen, no estaríamos hablando de fracasos en medio ambiente, devastación de la selvas y escocidios.
Por tanto, no existen capacidades ni valores tanto técnicos como personales y mucho menos especialistas dentro de las propias comunidades y ejidos pese a lo que se autoproclama que puedan realizar las actividades cuando el proyecto o los trabajos tienen su fin, debido a que los aspectos técnicos son rebasados por voraces y mezquinos intereses personales.
Por otra parte seí±alar, que el éxito de los proyectos de cualquier índole, radica en una buena comunicación e información a las comunidades y ejidos de los proyectos que llegaran a sus tierras, en su gran mayoría habitantes de lenguas indígenas donde debe haber un traductor para que sea más explícito el propósito que conllevan tales proyectos y por tanto voluntad política por parte de los gobiernos, pero esto no existe por lo menos en Quintana Roo.
Así mismo, la aportación económica que se destine no quede en las arcas del gobierno o los bolsillos de algunos cuantos burócratas, ONG´s, lideres o grupos de poder dentro de las mismas instituciones y las propias comunidades o ejidos, como hasta ahora ha sucedido; por dar un ejemplo la cantidad destinada para realizar las actividades del proyecto solamente el 20% del presupuesto es el que se deja para hacer los trabajos técnicos donde realmente es la parte central del proyecto y el 80% restante es para la parte administrativa y la burocracia.
La Zona Maya de Quintana Roo ha estado secuestrada en materia forestal desde hace mas de 25 aí±os por entes que solamente han visto por sus intereses, y no de los ejidatarios y campesinos, los mismos que siguen en la pobreza y que han visto depredar sus selvas.
Graciela Machuca
