Apoyados con tecnologí­a encuentran ‘La Ciudad perdida del dios Mono’

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Tábata Cortés/Milenio
TEGUCIGALPA, Honduras.- Los arqueólogos se han aliado con las herramientas tecnológicas más modernas para descifrar el pasado; el explorador estadounidense Steve Elkins es un claro ejemplo, ya que usa el Lidar —un aparato que permite escanear zonas como selvas para hacer mapas en 3D— en su búsqueda de la legendaria y perdida Ciudad Blanca o del Dios Mono que se encuentra enHonduras.

La leyenda dice que el nombre de dicho lugar se debe a que ésta fue construida con piedra blanca por una civilización desconocida que existió alrededor del aí±o mil d. de C., que también talló esculturas de hombres y animales. En 1940 el explorador Theodore Morde organizó una de las más famosas expediciones y aseguró haberla encontrado; sin embargo, murió poco tiempo después.

«He intentado esto hace 20 aí±os y me di cuenta de que es una tonterí­a. Se puede caminar por todo el lugar y no es más que suerte si te tropiezas con algo, pero con las nuevas tecnologí­as de teledetección, como el radar (Lidar) que utilizamos cambió el juego. Ahora podemos escanear una vasta área de una forma muy rápida desde la comodidad de un avión o laboratorio, analizar los datos y detectar elementos de inmediato.

«Puede borrar la vegetación (del mapa) y ver lo que hay», dijo en entrevista para MILENIO el explorador Elkins, quien en su larga búsqueda de la Ciudad Blanca en la selva de la Mosquita pudo comprobar que los avances tecnológicos son los nuevos aliados para encontrar elementos arqueológicos.

Un sinnúmero de especialistas realizan expediciones; sin embargo, la tarea nunca ha sido fácil ya que la exploración se complica porque adentrarse en terrenos inexplorados requiere de tiempo, esfuerzo, mucho dinero y, la mayorí­a de las veces, se quedan con las manos vací­as.

La historia se dará a conocer con el documental Explorer: La Ciudad perdida del Dios Mono, que se estrena hoy en el canal de Natgeo

Honduras le quitó el sueí±o a Elkins por más de 20 aí±os luego de que fuera a filmar un documental en la Mosquita y escuchara a cerca de la Ciudad Blanca, relató, al mismo tiempo que decidió regresar al lugar para poder resolver uno de los grandes misterios. Esta historia se dará a conocer con el documental Explorer: La Ciudad perdida del Dios Mono, que se estrena hoy a las 21:00 horas en el canal de Natgeo.

Volvió a Honduras con la convicción de que encontrarí­a lo que habí­a estado buscan por aí±os, pero lo hizo de una manera poco convencional: desde un helicóptero equipado con un Lidar (Laser Imaging Detection and Ranging).

í‰ste ha sido utilizado desde los 80 por geólogos e ingenieros, pero recientemente fue modernizado lo suficiente para poder ser de gran ayuda en la cartografí­a arqueológica. El aparato tecnológico permite determinar la distancia desde un emisor de láser pulsado a un objeto o superficie, lo que permite generar mapas en 3D.

Gracias a esta tecnologí­a, Steve y su equipo lograron captar las imágenes de lo que parecí­an muestras de dos ciudades desconocidas. El hallazgo hizo sentir al explorador «como un nií±o de cinco aí±os con el mejor juguete de su vida.

Sin embargo, tuvieron que ir al lugar exacto para comprobarlo. «Supimos dónde estaba y, aunque no era fácil llegar, al menos sabí­amos exactamente adónde ir», relató.

Cuando llegamos al lugar lo que encontramos fue fantástico, vimos que «este no era un pueblo simple (…) Se trata de una cultura mucho más importante de lo que se podrí­a haber pensado.»

En marzo, National Geographic dio a conocer la noticia de que un grupo de exploradores habí­a descubierto vestigios de lo que podrí­a ser la mí­tica Ciudad Blanca; sin embargo, arqueólogos de la región aseguraron que este hallazgo no se trataba de esa leyenda, pero sí­ era un gran logro.

Elkins dijo que un grupo de arqueólogos tienen planes para ir en 2016 a analizar los 52 objetos que fueron encontrados.

Concluyó que este es solo el comienzo, ya que la aplicación de la tecnologí­a en arqueológí­a «permitirá a la gente a encontrar cosas en otros lugares del mundo de una forma más fácil y como nunca antes habí­a sido».

Graciela Machuca

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