Bloqueo de 10 horas en Bacalar

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Luis Enrique Tuz | Por Esto!

BACALAR, 19 de enero.- Alrededor de tres mil campesinos de 57 ejidos del municipio Bacalar realizaron un megabloqueo de 10 horas en el kilómetro 22 de la carretera federal 307 Bacalar—Cancún, a la altura del entroque al poblado Reforma, para exigir el pago por sus cultivos que se perdieron debido a la sequí­a resentida en el 2016.
Los enviados del gobierno del estado fueron Miguel Ramón Martí­n Azueta; el presidente municipal de Bacalar, Alexander Zetina Aguiluz, y el subsecretario de Desarrollo Polí­tico, Joel Espinoza Moreno, quienes les solicitaron a los campesinos que levanten el bloqueo para no seguir afectando a terceras personas y que se les pagarí­a algo. Los hombres del campo se mantení­an en un pago de 2 mil 500 pesos, el gobierno del estado ofrecí­a mil pesos, pero todo quedó en dos mil pesos para cada productor.
Los campesinos exigí­an la firma de un documento porque ya están cansados de tantas mentiras, pero los funcionarios se rehusaban a ello, por lo que corretearon a Alexander Zetina Aguiluz y a Joel Espinoza Moreno, quienes se refugiaron en una camioneta; sin embargo, los hombres del campo alcanzaron a Miguel Ramón Martí­n Azueta justo cuando iba a abordar un vehí­culo y lo obligaron a firmar un papel de su puí±o y letra.
Apoyado en el automóvil y un tanto nervioso por miedo a la multitud de campesinos que lo rodeaban, aunque siempre estuvo custodiado por dos guardaespaladas, el jefe de la Oficina del Gobernador, Miguel Ramón Martí­n Azueta, redactó un breve texto al cual le puso fecha 18 de enero de 2017, el cual indica: ”Firmamos el pago para la gente de los 57 ejidos de Bacalar la cantidad de 2000 pesos por persona de la lista», y estampó su firma.
Luego de firmar, los campesinos dejaron ir al funcionario en su vehí­culo, que salió a corriendo a alta velocidad del lugar.
Seguidamente se les leyó a los campesinos el acuerdo logrado, luego de solicitarle a los comisarios ejidales que la firmen y la sellen, y una vez satisfechos accedieron a abrir la circulación, que estuvo cancelada por más de 10 horas, afectado a miles de visitantes nacionales y extranjeros.
Posteriormente, cada comisario ejidal firmó el documento y se retiraron para darles a conocer a los campesinos sobre el pago de 2 mil pesos a cada uno, aunque no se precisó la cifra porque cada comisario tiene una lista que entregará a las autoridades, que según el acuerdo realizarán el pago a partir de este viernes 20 de enero.
Fueron cientos de vehí­culos los que empezaron a movilizarse con el apoyo de la Policí­a Federal, pues lograron formar una fila de hasta 5 kilómetros de automotores varados sobre la carretera federal 307.
El origen del bloqueo de la carretera federal se debió a que el pasado miércoles los comisarios ejidales acudieron a las oficinas de la Secretarí­a de Desarrollo Agropecuario y Rural (Sedaru) para escuchar una respuesta oficial a su petición sobre el pago de siniestros en sus cultivos, pero al recibir una información negativa, se regresaron a sus comunidades en donde informaron a los demás campesinos que no habrí­a pago de indemnización por sus cultivos, los cuales se enardecieron y decidieron llevar a cabo una manifestación pací­fica.
Desde las 6 de la maí±ana los campesinos empezaron a llegar a la carretera federal, en el entronque hacia el poblado Reforma, y fue hasta las siete y media de la maí±ana que cerraron el paso a todo tipo de vehí­culos, para ello colocaron unas ramas y sus cuerpos como protectores; a las ocho de la maí±ana ya eran 2 mil hombres y mujeres del campo los que tení­an bloqueada la carretera, y al mediodí­a el número ascendió a tres mil.
Los ánimos se pusieron tensos debido a que durante más de nueve horas la comunicación se cortó entre campesinos y autoridades del gobierno del estado, porque no tení­an información oficial sobre el pago de los 2 mil 500 pesos que exigí­an, aunque se mantení­an firmes en no dejar pasar ningún vehí­culo y en esperar una respuesta positiva por parte de las autoridades estatales.
Pese al sofocante sol que pegaba en la ví­a federal, los campesinos no abandonaron sus puestos y, a las 10 de la maí±ana, les llevaron agua con hielo en camionetas, que fueron donados por comerciantes de Bacalar, mientras que la única tienda que se encuentra en el lugar hizo su ”agosto», pues los conductores de vehí­culos que se quedaron varados desde las 7 de la maí±ana tení­an la necesidad de ingerir bebidas y alimentos.
Los campesinos que estaban en el bloqueo se enojaron cuando por la radio del gobierno del estado pasaba al aire que las autoridades de la Secretarí­a de Desarrollo Agropecuario y Rural entablaron un diálogo con los ejidatarios para explicarles que, ante el incumplimiento de la obligación que les correspondí­a, la empresa aseguradora no está obligada a realizar dicho pago, por lo cual se les ofreció apoyo en la orientación y gestión de otros recursos, tanto estatales como federales para el campo.
”Quintana Roo reclama la solidaridad de todos sus ciudadanos, por lo que no es aceptable que personas con fines polí­ticos se aprovechen de la necesidad de la gente del campo para impulsarlos a tomar acciones equivocadas, en perjuicio de la población», era parte de lo que se difundí­a.
El secretario de Gobierno, Francisco López Mena, quien nunca se apareció en las negociaciones con los campesinos, le puso más leí±a al fuego al redactar en su cuenta personal de Twitter: ”Ejidatarios bloquean carretera federal de Bacalar como medida de presión para un pago que no tramitaron».
La información oficial de funcionarios de primer nivel encendieron los ánimos de los campesinos, quienes en respuesta impidieron a los reporteros hacer grabaciones y tomar fotografí­as, porque supuestamente estaban en contra del movimiento que realizaban, y seí±alaban: ”No hay lí­der o lí­deres, sino que somos tres mil campesinos los que reclamamos el pago por la afectación a nuestros cultivos y el bloqueo tampoco tiene tintes polí­ticos, más bien es una necesidad».
En tanto, la fila de vehí­culos por ambos lados incrementaba cada vez más y los campesinos se mantení­an firmes, y una de sus propuestas era sólo hablar con el gobernador, porque no tení­a caso negociar con el titular de la Sedaru, Pedro Pérez Dí­az, porque desde un dí­a antes les afirmó que no habrí­a pago.
Desesperados, los pasajeros pasaban caminando en medio del bloqueo carretero, unos para dirigirse a la zona norte de la entidad y otros a la capital del estado, porque tení­an pendientes por realizar. Incluso los hombres del campo les pedí­an disculpas, al asegurar que ésta es la única medida que les posibilita negociar con el gobierno.
Al mediodí­a, un grupo de turistas extranjeros tuvo que regresar a Bacalar, debido a que los campesinos les dieron a conocer a los guí­as que no los dejarí­an pasar porque están en bloqueo permanente por las malas polí­ticas del gobierno del estado, sobre todo en contra de los que menos tienen.
Los conductores de camiones pesados, después de seis horas de estar varados en el entronque de la carretera federal Bacalar—Cancún en el tramo citado, encendieron sus máquinas y, por supuesto, también los ánimos de los campesinos, que empezaron a gritar y formaron una valla humana para impedir que pasen.
A las 2 de la tarde los campesinos recibieron paquetes de pollos asados, tortas, refrescos y aguas, por lo que se sentaron en media carretera a comer, sin que nadie los moleste, pues tení­an controlados todos los accesos y se sentí­an dueí±os del momento, aunque siempre obedeciendo las instrucciones de los comisarios ejidales, ”el bloqueo es pací­fico».
A las tres y media de la tarde uno de los representantes de los campesinos recibió una llamada del jefe de la Oficina del Gobernador, en la que les reiteraba que no habrí­a pago y que abandonen el bloqueo de la carretera federal y que se fueran a a plantar frente al Palacio Municipal de Bacalar, solicitud que fue rechazada de manera tajante.
Seguidamente, sostuvieron una reunión más en medio de la carretera, en donde dieron a conocer que ninguna comisión de ejidatarios irí­a a Palacio de Gobierno en Chetumal, ”porque el miércoles fuimos a negociar con ellos en la Sedaru y nos dieron una patada en el trasero, ahora queremos que vengan en donde está el bloqueo para firmar acuerdos».
La empresa ADO concentró sus autobuses enfrente de la pequeí±a terminal que tienen en el libramiento de Bacalar para no exponer a los pasajeros que tení­an como destino la ciudad de Cancún. Ahí­ se pasaron más de 10 horas en espera de que las autoridades del gobierno hagan algo para solucionar el problema y para evitar una mala imagen más a Quintana Roo.
Los taxistas de Bacalar aprovecharon el bloqueo para prestar sus servicios hacia Bacalar y también a la capital del estado, porque la mayorí­a de los ciudadanos querí­a llegar a su casa u oficinas a realizar trámites por los compromisos que tení­an pendientes.
Durante todo el bloqueo las autoridades de las policí­as Federal, Estatal y Municipal solamente fueron observadoras, pues en ningún momento intentaron realizar el desalojo para liberar la ví­a federal.
Aunque en el parque de la comunidad de Bacalar y en el puente del kilómetro 19 se encontraban los antimotines en más de 10 camionetas, listos para intervenir, la orden nunca llegó, pues nadie se querí­a responsabilizar de los hechos que pudieran acabar en violencia.

Graciela Machuca

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