Quintana Roo: Aumento de intimidación y amenazas a periodistas

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Graciela Machuca—-

 

 

Las intimidaciones y amenazas, son el pan de todos los dí­as para los periodistas en las zonas de violencia (Tamaulipas, La Laguna, Guerrero, Michoacán, zonas de Veracruz…etc) sobre todo a los reporteros que tienen espacios en redes sociales y aceptan como amigos a cualquier persona.

 

En Quintana Roo no se conocí­an esos escenarios de violencia que se dieron la semana pasada el lunes en Playa del Carmen y el martes de Cancún, ni ese ambiente, Mas que amenazas esto parece como acciones de desesperación de operadores polí­ticos que no saben como es la prensa ni como hacer aliados.

 

Urge entablar estrategia conjunta debido a que esto es otra razón para establecer ligas de intercambio reciproco y respetuoso entre gobierno con medios y periodistas para acordar como abordar los asuntos de violencia sin menoscabo de la autoridad ni de la libertad del periodismo.

 

Durante 4 dí­as del 21 al 25 de septiembre de 2106, convocados por la DW Akademie, participamos periodistas de diferentes paí­ses en el análisis de la situación real sobre los riesgos en que desempeí±amos el quehacer periodí­stico

 

 

Conclusiones del Encuentro Transfronterizo de Periodistas sobre Libertad de Expresión

Una radiografí­a de la situación actual

La situación de la prensa en México y Centroamérica es grave. Datos de la OEA revelan que, en promedio, un periodista es asesinado cada 30 dí­as. En lo que va del aí±o, nueve periodistas han perdido la vida en México; cinco en Guatemala; cuatro en Honduras y tres en El Salvador. Las condiciones de riesgo en el ejercicio periodí­stico se han agudizado por el empoderamiento de los enemigos de la prensa, que nace de la impunidad.

En nuestra región, los enemigos de la prensa más visibles son: el Estado, la corrupción gubernamental, colusión entre crimen organizado y el sistema polí­tico, grupos de poder económico, deficiente marco jurí­dico, condiciones laborales adversas para el periodista, la politización de la justicia, campaí±as de desprestigio, espionaje, malas prácticas periodí­sticas y la falta de capacitación en temas de seguridad personal. Además, las agresiones a periodistas en Latinoamérica se han registrado por parte de funcionarios de todos los niveles de gobierno, esto en un afán de censura.

Frente a esta crisis, es importante fortalecer la institucionalidad y la democracia mediante el ejercicio de libertad de expresión. En este caso son particularmente útiles herramientas como el uso de las instancias de transparencia para la obtención de información y fortalecer la participación ciudadana, así­ como democratizar las instituciones.

Surge la necesidad de la intervención de organismos defensores de la prensa, algunos oficiales y otros no gubernamentales. De acuerdo con Artí­culo 19, una organización de este tipo, se han registrado 123 casos de agresiones y amenazas a periodistas en México, este 2016, en los que la mayor parte de las agresiones provienen de estructuras gubernamentales y funcionarios con mandos públicos. De ese total, en ocho casos, han brindado acompaí±amiento legal al periodista.

Sin embargo, estas asociaciones civiles han asumido labores que le corresponden al Estado en cuanto a la tutela del derecho a la libertad de expresión y la protección de los periodistas para que ejerzan su libre ejercicio. Pese a las deficiencias de los organismos no gubernamentales, éstos representan actualmente la única alternativa funcional de socorro para los periodistas en riesgo en nuestro paí­s y Centroamérica.

Tampoco hay que dejar de lado esfuerzos individuales y colectivos desde el gremio periodí­stico para trabajar en ambientes más seguros. Por ejemplo, la creación de redes o asociaciones de periodistas como una ví­a de apoyo, así­ como para elaborar y compartir protocolos de seguridad. No menos importante es exigir a los medios de comunicación que asuman la responsabilidad de apoyar a los periodistas y brindarles seguridad y protección.

Hacia una profesión más segura: Consideraciones sobre los mecanismos de protección

En la actualidad, México cuenta con un mecanismo de protección a defensores de derechos humanos y periodistas, mientras en Centroamérica se encamina a su aprobación. Estas herramientas están orientadas a brindar prevención, sistémica y protección en caso de violaciones de derechos humanos como la libertad de expresión.

La sola creación del mecanismo implica que los estados reconocen la situación crí­tica y de atentados contra la vida de periodistas que laboran en distintas regiones.

Si bien, representa una instancia a la cual pueden acudir los periodistas en caso de necesitarlo, la percepción de los periodistas es que este mecanismo de protección no funciona correctamente, pero lo tanto es perfectible y puede convertirse en un instrumento legal muy útil.

Para que se convierta en un mecanismo efectivo y eficaz, se requiere verdadera voluntad polí­tica del estado. También que se considere la situación de cada periodista según su propio contexto y región, que las respuestas sean oportunas, así­ como con efectos disuasivos respecto a las amenazas que los periodistas reciben, a fin de preservar su seguridad y su vida.

Por ello es importante conocer, analizar y estudiar las lecciones que ha dejado México en cuanto a la elaboración y aplicación de mecanismos de protección para perfeccionar su implementación en Centroamérica con el cometido de no repetir errores ya detectados.

Las nuevas amenazas digitales

Gran parte de nuestra labor periodí­stica mediante computadoras, celulares, tabletas y otros dispositivos móviles. El uso diario de estos aparatos puede normalizar los riesgos que representan y por lo tanto, permitir que crezcan como amenazas.

Hay que recordar que desde el gobierno, los sectores empresariales, el crimen organizado y otros particulares ejercen particulares ejercen vigilancia y espionaje sobre la sociedad en general y en particular sobre los medios de comunicación.

Es por ello que los periodistas tenemos la responsabilidad y obligación de proteger nuestros datos, información, fuentes y perfiles personales, así­ como familiares, utilizando herramientas que nos proporcionen mayor seguridad y protección en nuestro trabajo periodí­stico.

Una manera de convertir nuestros ámbitos personales y profesionales más seguros es promover estas herramientas y aplicaciones entre nuestros colegas y fuentes con quienes trabajamos, ya que se requiere que adopten las mismas medidas para garantizar una transferencia más segura de información.

 

 

Graciela Machuca

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