Quintana Roo va a militarizar su seguridad Pública

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Carlos Barrachina Lisón
25 de mayo del 2018

Hace unos dí­as empezaron a llegar los primeros Policí­as Militares a Cancún. El aí±o pasado el Gobernador Carlos Joaquí­n seí±aló que se invertirí­an más de 600 millones de pesos para la Construcción de un Cuartel para Policí­a Militar en Cancún. En estos momentos el avance de la construcción es de aproximadamente de un 40%, según seí±aló recientemente el Gobernador; se piensa que esté concluido para el mes de octubre, y que lleguen 3,000 policí­as militares que se distribuirán por todo el estado.
En lugar de apostarle por el fortalecimiento de la Policí­a Estatal y de las municipales, esta administración ha optado por instalar 3,000 cámaras de videovigilancia, y por establecer un convenio con la SEDENA. El siguiente paso va a ser que de nueva cuenta el Secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo sea un militar.
¿Por qué aventuro esta hipótesis? Porque esto exactamente es lo que ha sucedido en Guerrero, en Baja California Sur, en Sinaloa, en Nuevo León, en Oaxaca, y en Tamaulipas. En Guanajuato se construyó el cuartel de la Policí­a Militar en Irapuato, pero la falta de «compromiso» de Michoacán y Jalisco ha hecho que no se haya completado el «convenio» de colaboración regional con la SEDENA.
í‰sta parece ser que es la nueva forma de operar de la SEDENA en todos estos estados de la República, en relación al crimen organizado. Se firman convenios, de los que deberí­amos conocer el contenido, se construye un cuartel para la policí­a militar, se selecciona un oficial como Secretario de Seguridad Pública, y aquí­ paz y después gloria.
Al mismo tiempo que los policí­as militares llegaban a Cancún, se retiraraban 2,466 elementos del ejército de Tamaulipas, porque la entidad federativa no habí­a cumplido con su convenio. ¿En qué consiste ese convenio? Hace pocos meses, en febrero de este aí±o, el Gobernador interino de Nuevo León seí±alaba como infundados los rumores de que el ejército se encontraba inconforme por el inclumplimiento del convenio por parte del estado, y confirmaba que los 1,054 policí­as militares seguirí­an en Nuevo León un aí±o más.
Es cierto que genera vértigo la situación de inseguridad que se vive en buena parte de la república, pero se ha demostrado que la presencia de los militares como policí­as no ha reducido la tasa de homicidios. Es muy preocupante que los principales polos turí­sticos del paí­s tengan que estar custodiados por las fuerzas militares: Los Cabos, Acapulco y Cancún están siguiendo el mismo patrón de comportamiento.
Con todo respeto para las Fuerzas Armadas, ésta no es la solución. íšnicamente el fortalecimiento de las policí­as locales puede lograr que se mejore la situación de nuestra seguridad. De momento Rodolfo del íngel tiene las horas contadas. Cuando se acabe el cuartel de la policí­a militar, y éstos se instalen, tendremos nuevo secretario de Seguridad Pública (a no ser que la probable victoria de AMLO logre un giro radical en las relaciones civiles-militares en el paí­s).

Graciela Machuca

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